17. Ella o yo

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Dylan.

Kathya se cruza de brazos con el ceño fruncido mirando a Lyla, quien no hace más que bajar la cabeza apenada.

—Sigo esperando una explicación, Dylan, ¿quién se cree ella para venir a cenar? —inquiere con fastidio.

Doy unos cuantos pasos hacia ella y la tomo de los brazos, incitándola a avanzar para salir de la habitación, de la casa.

—Vámonos, no quiero dar una escena aquí —le pido, a lo que ella me fulmina con la mirada.

—Creo que será mejor que me vaya y...

—No, Lyla, yo te traje aquí y yo te llevaré a tu casa. Sólo aguarda un momento, por favor.

—¿La trajiste y ahora la llevarás? ¿Acaso no puede tomar un taxi?

—Sí puede hacerlo, es sólo que no me apetece dejarla ir sola,  Kathya, así que vamos afuera, por favor.

Aún protestando, se dispone a salir de la casa conmigo; nos detenemos en el jardín.

—Ahora sí, explícame qué está pasando, Dylan, esa mujer vendrá a tu casa a cenar y además a un recital de Lilian.

—Se llama Lucy, Kathya; y sí, irá conmigo. Mi hermana la invitó aunque yo también pensaba invitarla.

—¿Y por qué no a mí?

—Por favor, Kathya, tú jamás quieres ir y la única vez en la que decidiste ir fingiste tener una emergencia de la oficina; sin embargo, tu jefe me llamó más tarde preguntando por ti, precisamente porque no respondías el teléfono.

»Nunca te dije nada porque pensé: no debo forzar a Kathya para que siempre esté conmigo, ella tiene sus asuntos, yo los míos y a veces hacemos cosas juntos, pero no en todo tenemos que estar unidos.

Ahora estás furiosa porque no te invité y en su lugar he invitado a una amiga. No puedes hacer esto.

Permanece en silencio, apretando los labios mientras observa hacia otro lado.

—En ese caso, que tu amiguita y tú disfruten de la cena, Dylan. —Avanza hacia mí sin detenerse, empujándome al llegar a mi lado. —Por cierto, me iré de viaje de nuevo una semana por el trabajo, espero que disfrutes el tiempo con ella.

Dicho esto, se marcha por completo, dejándome afuera de mi casa con una sensación extraña.

«¿Por qué no me siento mal de haberla dejado ir así?»

—¿No quieres ir tras ella e invitarla? Yo no iré, puedo hablar con tu hermana y explicarle que tu novia...

—No —interrumpo con firmeza a Lyla, quien ya se encuentra a mi lado. —No voy a quitarte la invitación por dársela. Supongo que escucharon que ella se irá de viaje, así que qué más da si la invitara, de cualquier modo se iba a ir. No entiendo por qué se puso de ese modo.

—Tal vez porque se siente celosa. Quiero decir, has estado pasando mucho tiempo conmigo y no sé si se siente desplazada, aunque no debería porque sólo somos amigos y tú la amas.

«¿La amo?»

—Sí, la amo —repito, lo que provoca que sienta como si lo estuviera diciendo para convencerme y no porque de verdad lo sienta.

«¿Desde cuándo me siento así? Siempre he estado totalmente convencido de que la amo. Siempre ha sido así, desde la Universidad»

—Dylan, no quiero meterme pero...

—No puedo creer que se haya puesto así, no deberías soportar eso, Dyl. —La voz de mi hermana se hace presente. Baja las escaleras del umbral y cuando llega hasta mí me mira cruzándose de brazos y negando con la cabeza.

Besos Bajo La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora