21. Un conflicto que solucionar

1.3K 105 10
                                    

Lyla.

—Papá, por favor, cálmate, ¿quieres? No estoy con un hombre casado —aseguro sin tener éxito en tranquilizarle. No deja de gritarme desde el otro lado de la línea y a pesar de querer explicarle, dudo que me deje hacerlo.

Evangeline ha decidido detener el auto y salir un momento para dejarme hablar con mi padre. Debe sentirse bastante incomoda con la situación y la comprendo, yo me sentiría igual si estuviera en su lugar.

—No me pidas que me calme, Lyla Rico, porque no lo haré hasta que tenga respuestas concretas.

—Te las daré, pero escúchame —pido con calma —. El chico con el que estoy saliendo no está casado, iba a casarse y...

—¿DESHICISTE UN MATRIMONIO? ¡LYLA! —estalla. Esto ya me está desesperando y tengo una idea de quién provocó esto. —Eso no fue lo que te enseñamos tu madre y yo, tú...

—¡Basta, papá! —lo detengo sin elevar demasiado la voz — No deshice a ningún matrimonio, tú me conoces, me conocen. No puedo creer que creas eso de mí, soy tu hija.

—Por ello te estoy llamando, hija, cuando supe que estás con ese hombre del que no sabemos nada, me preocupé. Nosotros... Nunca habías ello algo así —su voz suena derrotada, incluso decepcionada, lo cual me duele y mucho.

Creí que me conocían, que sabían cómo soy, pero con esto veo que dudan de mí, o eso está provocando la persona que le ha dicho tal barbaridad. Si fue Kathya, juro que

—Escucha, papá, jamás creí que creyeran eso de mí, sólo que es un mal momento para hablar. Estoy con una amiga y es horrible que tenga que escuchar nuestra pelea, así que por favor, te pido que hablemos mañana, ¿sí?

—No, señorita —sentencia—. El hombre misterioso y tú vendrán a Italia para aclarar esto frente a frente.

—¡¿Qué?! —mi cuerpo casi salta del asiento del copiloto —. Sabes bien que no tengo el dinero suficiente para ir a verlos.

—Pídele algo de dinero a tu amigo Will, pero tienes que venir lo más pronto que puedas, ¿entiendes? Tu madre y yo te damos una semana o nosotros iremos hasta Shinning City. —Antes de que pueda protestar, mi padre termina la llamada.

Evangeline se asoma por la ventanilla de su asiento para verificar que mi llamada ha concluido una vez que aparto el móvil de mi oído.

Tengo una semana para ir a ver a mis padres o ellos vendrán. Sólo Dios sabe que si ellos vienen aquí, estoy segura que serán capaces de ir por Dylan en donde sea que se encuentre y de reclamarle hasta cansarse; eso si no es que mi padre decide golpearlo primero. Nunca ha sido violento en realidad, excepto una vez que cuando mamá y él eran más jóvenes. De acuerdo al relato de mi madre, un chico trató de aprovecharse de ella en uno de los empleos que tuvo cuando ya había conocido a mi padre; quiso tocarla a pesar que dijo que no y gracias a que mi padre llegaba en ese momento a recogerla, no pasó otra cosa. Era la primera vez que mamá veía a mi padre de ese modo, violento y vuelto loco con tal de defenderla.

—¿Estás bien, Lyla? —Evangeline me saca de mis pensamientos. Niego con la cabeza suspirando profundamente.

—Mi padre quiere que Dylan y yo vayamos a Italia —le respondo bajando la cabeza —. Alguien les dijo que tu primo está casado y que estoy saliendo con él a pesar de eso.

Cierra los ojos y con su mano en un puño, golpea el borde de la puerta.

—Estoy segura que esa ha sido Kathya —comenta molesta —. Ella le dijo a Dylan que no lo dejaría ser feliz contigo.

Besos Bajo La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora