¿Quién dijo que toparse con alguien infantil sería un total desastre?
Lyla, una chica Italiana incapaz de ver la vida como un adulto común, pero sí siempre con una sonrisa y sacando lo mejor de sí tendrá que mudarse a Estados Unidos, un país totalme...
Golpeo con toda la fuerza que me es posible mi puño izquierdo contra la pared que tengo enfrente. Siento cómo mi sangre hierve al verlo salir del edificio con esa chica, a la que muy tontamente le arreglé la ropa el día de la entrevista con mi hermano.
¡Ha! Quién diría que justo ahora comienzo a odiarla.
Frunzo el ceño cuando me percato de lo que estoy pensando, porque acabo de decir que comienzo a odiarla, pero, ¿eso está sucediendo porque está saliendo con Will?
Entonces lo miro sonreír y después desaparecen al cabo de subir a un taxi.
En ningún momento se percataron que estaba escondido, pero debo admitir que me habría gustado, de ese modo al menos podría haber enfrentado a la chica. Pese a todo lo que pienso, ¿qué objeto habría tenido este? Yo fui quien le dijo a William que no siento absolutamente nada por él, es sólo que estos días de vuelta en la Universidad han sido complicados. A mi regreso me solicitaron el diseño inspirado en algún tema de mi interés, algo que demostrara y transmitiera lo que sentía. No lo tenía hecho, así que pedí una prórroga para entregarlo después. Me dieron una semana más, y vaya que fue un reto, ya que no pensaba en nada inspirador, hasta que una noche antes de que terminara el plazo un sueño me hizo querer dibujar. Hice un diseño romántico, algo que me dejó sorprendido, y no porque no lo hubiese hecho antes puesto que era un traje en un hombre, lo que me causó revuelo en mi persona fue el que el modelo era Will. ¡¿Por qué carajos lo había dibujado?! Esa fue la pregunta que me atormentó por días, inclusive se me fue el deseo de querer diseñar, incluso coser, cortar y demás, lo cual era bastante malo teniendo en cuenta que el recital de mi hermana es dentro de unos días y no tengo gran avance de los vestuarios para ella y sus compañeras.
Giro mi cuerpo, echo hacia atrás mi cabeza y me deslizo en la pared hasta caer al suelo.
No puedo creer que William, el chico sexy con quien me acostaba sólo porque era bueno en lo que hacíamos ahora sea el causante de esta maraña en mi cerebro. Así como tampoco creo que justamente la chica a la que le obsequié un broche salga con él. ¿Realmente es bisexual y me lo ocultó todo este tiempo?
—¡Maldita sea! Odio esto —exclamo enfadado.
Reviso mi móvil, tengo que volver a la escuela para seguir con mis diseños lo más pronto posible o no habrá recital. Así que me dispongo a levantarme y marcharme cuando de pronto mi móvil vibra.
Deja de seguirme, ¿quieres?
—Demonios.
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Después de haber intentado toda la noche dejar de pensar en Will, a la mañana siguiente pongo en marcha los vestuarios del recital, y es que Lucy me llamó anoche preguntándome sobre el progreso y tuve que decirle que no iba muy bien debido al exceso de trabajo de la escuela.
Durante muchas horas me mantengo en la maquina de coser y con los maniquíes tratando de dejar de lado el hecho que Will ya sabe que lo seguí, hasta que por fin termino los vestuarios.
