CAPITULO 27

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Seduciendo al diablo

Katt

Cierro mi maleta después de empacar las cosas necesarias para el viaje, hoy viajamos a París para el evento de Camille.

Llegaremos un día antes para descansar, la francesa se fué hace algunas horas, nosotros le daremos el alcance más tarde. Luca no me ha dirigido la palabra en toda la mañana y es raro que el sea el que esté en silencio.

Presiento que le molestó mi actitud de anoche, pero en mi defensa...

¿En mi defensa? ¿Desde cuándo yo tengo que defender lo que hago?

Mi comportamiento está cambiando, lo puedo notar. Mi manera de mirarlo está siendo otra, mis celos se intensifican, porque si, cuando ví que se besaba con Camille sentí celos.

Me cuesta admitir que mis sentimientos están cambiando porque no deben ser así, enamorarme no es una opción, no con él. Arruinaría todo lo que pensé y supuse.

Por otro lado estaba Alex, ese malnacido me arruinó la noche. Jugar a la ruleta rusa no fue difícil ya que no le temo a la muerte, sé que algún día tendré que morir sea porque tuve mala suerte o porque me caiga de una barranco.

Saco mis maletas a la sala donde Luca me espera en la puerta con los lentes de sol, me ignora por completo y sale al elevador cargando sus maletas, ni siquiera hace el amago de tomar las mías.

«No es que necesitara ayuda pero la intención cuenta»

Elige un todo terreno para irnos, metemos las maletas en la parte de atrás y yo voy de piloto. Debe estar tan molesto que no hace problema por quién conduce. Me indica que iremos primero a la clínica para ver cómo salió la óperación de Ethan.

Conduzco en silencio, nunca me había parecido tan incómodo estar callada, yo soy una persona de pocas palabras, me cuesta expresarme pero ahora mismo me siento rara al no escucharlo.

-¿Que pasa?-hablo por fin-¿Te comió la lengua el ratón?

Mira la ventana fijamente ignorando mi comentario.

-Te estoy hablando-insisto-¿NO tienes algo que decir?

-No-responde si mirarme-No quiero hablar contigo.

-¿Y se puede saber el por qué?-pregunto girando el volante a la derecha-Entiendo que seas imbécil pero me parece innecesario tu comportamiento.

-¿Tiene el descaro de preguntar el porqué?-siento su mirada sobre mi pero me fijo en la carretera-Juegas como una demente, me diste el puto susto de la vida cuando creí que te ibas a morir ¡¿Y todavía preguntas el por qué?!

-¡No tienes porqué preocuparte por mi! ¡Se supone que soy yo la que te cuida!-inquiero irritada-No entiendo tus molestias o tus comportamientos.

Suelta una risa amarga y expulsa todo el aire.

-Creeme que yo tampoco entiendo mis comportamientos-murmura-Tú no conoces a Alex, todo lo que toca está podrido, es como...

Se queda en silencio.

-¿Cómo qué?-pregunto.

-Como yo-termina-Esta conversación terminó, aún sigo molesto.

-Como quieras.

Estamos todo el trayecto en silencio hasta que llegamos a la clínica, subimos hasta la habitación de Ethan. Me encuentro con Archer en la puerta quien me sonríe cuando me ve.

-Hola, fresita-me abre los brazos y le doy un abrazo que me refuerza la alegría.

-Hola, vieja chismosa-nos reímos.

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