CAPITULO 43

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El dolor de una pérdida

Katt

Uno, dos, tres.

Tres golpes a la puerta que no se derriba y termino volviéndome loca tratando de salir, no puedo quedarme, no puedo dejar que pase más tiempo, tengo que vengarme.

Camino por toda la habitación en busca de algo con qué romper la puerta << maldito Luca>>el sentimiento de abandono me inunda y no sé qué hacer, si esto fuera otro momento de mi vida seguramente lloraría, me deprimiría y suicidaría pero esto ya no es como cuando era niña; ya no es como cuando murió mi madre y me derrumbé.

Tiempo es lo que me falta y maldigo al que me encerró aquí pensando que así me detendría ya que fui estupida para dejarme encerrar, mis sentimientos hacia él me vuelven tonta y es algo que no me puedo permitir.

Mi mente evita pensar en Archer y en su pérdida para no echarme a llorar y asimilar su muerte ya que si no lo aceptaba podía fingir que aún está vivo, ¿no?. La cabeza me estalla y ya me cansé de buscar mi arma en toda la habitación pero aún así no hay nada con lo que pueda salir. Me siento en la esquina de la habitación meciéndome de un lado al otro para poder controlar el ataque que quiere darme pero no permito que pase a mayores ya que el cansancio emocional es enorme y no creo que aguante sin llorar mucho más pero sé que tengo que ser fuerte porque aún me queda la venganza.

Han pasado más de ocho horas y me levanto como animal embravecido cuando escucho la puerta del penthouse abrirse, minutos después la puerta de mi habitación se abre pero no es Luca quien entra, es mi perro.

Bass.

Mi Doberman se para en dos patas y su hocico me acaricia como si sintiera mi tristeza.

—¿Qué haces aquí?—le pregunto acariciándole las orejas en punta.

—Yo lo traje—Luca aparece por la puerta con la correa de Bass en la mano—Pensé que lo extrañarías, ya sabes, es lo más cercano que tenía a...

—No digas su nombre—siseo.

—Lo más cercano que tenías a Arche—continua.

No pasa ni medio segundo cuando lo derribo al suelo sentándome encima de él, trata de atraparme con las manos pero le encesto un puñetazo en la mandíbula.

—¡No tenías derecho a encerrarme!—lo golpeo de nuevo—¡Era mi puto problema, él era mi muerto!

Deja caer los brazos sin intención de defenderse y lo golpeo más y más.

—¿Dónde está su cuerpo?—se queda en silencio—¡¿Dónde está?!

—Con su padre.

Otro golpe.

—Si te sientes mejor golpeándome, hazlo—susurra— Pero eso no va a traerlo de vuelta.

Me incorporo respirando rápido por la ira que me abarca como si fuera una descarga que me da ganas de acabar con todo lo que tengo a mi paso, Luca no tenía derecho a hacerme eso.

—Era mi muerto...era mi amigo—le hago saber cuando se levanta sobándose—No tenías el derecho de hacerme eso, ¡no lo tenías!

—Era tu amigo, si, pero también era hijo y si hubiera vivido un poco más hubiera sido padre.

Con cada palabra que pronuncia es como si me asfixiara, la zozobra no ayuda y cada segundo que pasa me siento fatal...por mi amigo, por mi cómplice, por mi todo.

—Lo hubiera quemado y nadie se hubiera enterado.

Se acerca y me toma por los hombros sacudiéndome pero no dura mucho ya que Bass se interpone entre los dos gruñendo y enseñando los dientes afilados. Protegiéndome.

TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora