CAPITULO 17

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Sentimientos encontrados

Luca

En el día que Katt no estuvo presente me dejé llevar por las cosas que hacía antes y no había tenido tiempo.

La noche anterior me había ido de fiesta y no sé cómo terminé con tres rubias en mi cama. Debía admitir que yo siempre he sido más de las de cabello negro y hace poco he preferido a una castaña que me saca de mis casillas. Me incorporo de la cama dejando a las rubias y me dirijo al baño para darme una ducha fría para quitarme toda la resaca de anoche. Archer conservó su distancia y no me jodió para nada.

Cuánta diferencia entre él y la odiosa de Katt.

El sexo de anoche lo recuerdo borroso, estaba ebrio y cachondo cuando traje a las rubias, el sexo según lo que recuerdo no fue tan malo pero ya no me satisfacía como meses antes, no sabía la razón y no quería averiguarla porque algo dentro de mi sabía que la respuesta no me gustaría nada. Con respecto a Katt había decidido que me seguiría dando revolcones con ella hasta que me cansara, me importaba una mierda lo que tuviera o no, yo la seguiría tratando igual que siempre; lo peor que puedes hacerle a una persona es tratarla diferente por algo que no puede controlar.

Salgo del baño de mi habitación y me cambio mientras veo dormir a las tres mujeres envueltas en mi sábana, observo sus rostros y veo que son muy parecidas la una a la otra, seguramente son hermanas. Las miro con detenimiento esperando ver unos labios carnosos, pestañas largas, unas cejas oscuras y una nariz con algunas pecas pero no hay nada de eso.

Tocan el timbre y me levanto para abrir la puerta. ¿Quién será a esta hora?, abro la puerta y me encuentro a Katt ahí parada con una chaqueta de cuero, una camiseta, un vaquero rasgado y unas botas de motociclista.

—¿Y tus llaves?—le pregunto cubriendo con mi cuerpo el marco de la puerta.

Katt está más....distinta, su mirada es más fría.

—Las olvidé—me la quedo viendo tratando de descifrar qué es lo que pasa—¿Me dejarás pasar?.

Estaba apunto de decirle que no pero su expresión me hizo desistir de la idea. Me moví dejando que pasara a mi lado y su olor a Jazmín y Lavanda invade mis fosas nasales haciendo que contenga la respiración.

—¿Se puede saber donde estabas?—pregunto mientras cierro la puerta, me fijo en que ya no tiene el cabestrillo—¿Tu mano ya sanó?

—No tengo porqué darte explicaciones—se dirige a la cocina para coger una botella con agua—¿Dónde está Archer?

Claro que me respondería así ¿Qué más podría decir?.

—Si, si tienes que dármelas porque trabajas para mí—le recrimino—Tienes que responder lo que te pregunto.

Rueda los ojos y toma un trago de agua mojándose los labios desconcentrándome en el proceso. Sabía que había pasado la noche en la casa de Archer pero quería escucharlo de ella.

—No, yo no tengo porqué hacerlo así que no me jodas.

Creo que le gusta mucho cabrearme con su actitud, y me cabrea más el que no la haya despedido ya.

—¿Katt?—Archer llega a la sala en pijama y cara de recién levantado—Pensé que llegarías más tarde, cuando me llamaste ayer supuse que tardarías.

¿Lo había llamado? Bien, sé que no tiene que llamarme pero cuando un empleado falta al trabajo llama a su jefe, ¿No?.

—Pues ya ves que no—se acerca a él—Ven, tengo que hablar contigo.

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