Tentación

CAPITULO 1

Antes que todo quiero recalcar que esto es un borrador y puede haber errores, es un libro con escenas fuertes y no apto para cualquier público, los giros de la trama que no les gusten pueden hacérmelos saber con el debido respeto, recuerden que es una historia hecha por mi y solo yo decidiré que hacer con mi historia. Los derechos son reservados y en un intento de copia se tomará acciones legales, al igual que no se puede usar el nombre de mis personajes.

Dicho esto, bienvenidos a mi historia donde el salseo no faltara.

Dónde todo comenzó

Katt

Sentada en una mesa de Starbucks tomando un café negro, revisaba el expediente de mi nuevo cliente: Luca Salvatore.

Su padre había dejado muy claro que su hijo estaba muy reacio a tener un guardaespaldas, pero no se pudo resistir en tener curiosidad de como seria tener un guardaespaldas mujer, claro, era el típico muchacho millonario mujeriego y no se perdería la oportunidad de tener a una mujer a su lado las veinticuatro horas del día, porque si, ese trabajo era de tiempo completo.

Haría de chófer y viviría con él y, aunque pagan muy bien esa no era la razón por lo cual trabajaba como guardaespaldas; el dinero jamás fue un problema para mí y de hecho me sobraba mucho dinero del que podría gastar.

Mi padre es el hombre más importante de negocios en Colombia y Rusia, yo soy su única hija, por lo cual era su única heredera, pero desde que decidí que no quería pertenecer a ese mundo tomé la decisión de renunciar a mi herencia por nacimiento.

Desde que murió mi madre cuando yo apenas tenia diez años, las cosas entre mi padre y yo cambiaron: casi nunca estaba en casa y yo me crie con miles de niñeras hasta que cumplí los quince años de edad y le pedí a mi padre que me enviara a la escuela militar para que me entrenaran. A él no le encantó la idea pero después de tanta insistencia por mi parte terminó aceptando.

Me fui un día después de mi cumpleaños y jamás regresé a casa, estuve cinco años en la escuela y aprendí todo lo que alguien debía aprender para defenderse de cualquiera que quisiera hacerme daño y aunque al salir de la escuela militar me habían ofrecido un puesto como maestra de armas y defensa, no me agradaba la idea; desde que terminé la escuela siempre me gustó la idea de defender a los demás y así fue como me convertí en guardaespaldas y era la mejor, incluso mejor que muchos hombres.

Acabé mi café y me puse de pie para dirigirme a mi reunión con mi nuevo jefe, me metí al coche que me habían dado para ese trabajo, era un Ranger Rover color negro y era aprueba de balas lo cual era perfecto. Conduje por unos veinte minutos mientras recorría las calles calurosas de las Los Ángeles, me recordaba a mis tiempos en Colombia antes de irme a la escuela en Rusia ¿olvidé mencionar que mi padre me envió no a solo una escuela militar si no a la mejor escuela de la cual salían asesinos ? claro que no el tipo de asesino el cual lo persigue la policía, si no el tipo de asesino militar, un escuadrón especial el cual reclutaban para hacerlos asesinos eficaces y altamente letales. y yo había sido la única mujer en graduarse con honores en ese escuadrón.

Parqué en una mansión gigante, con una pileta de agua antes de entrar a un jardín inmenso, la mansión era blanca pero con los tejados color naranja, muchas ventanas y una puerta principal gigante, los guardias me dejaron pasar al comprobar quien era y me dirigí directamente al despacho de el señor Amalio Salvatore.

Toqué la puerta dos veces.

— ¡Pase!—gritó una voz.

Y eso fue lo que hice.

Los ojos verdes azulados y el cabello negro lo hacían un hombre atractivo a pesar de su edad.

—Llegas justo a tiempo— dijo mirando su reloj de oro que debió costar una fortuna.

—Siempre llego a la hora— afirmé en un tono neutral. frío.

Con un gesto de su mano me indicó que tomara asiento pero yo negué con un movimiento de la cabeza y me quedé cerca a la puerta.

—Como sabes mi hijo tuvo un atentado hace algunas semanas porque al parecer le gusta meterse con mujeres casadas— soltó una risa amarga—Quise ponerle un guardaespaldas y se negó, pero luego le mostré tu fotografía y acepto gustoso-dijo poniendo los ojos en blanco.

Me hubiera reído de su gesto si no fuera porque no se me permitía trasmitir emoción alguna mientras trabajaba.

—Yo regresaré a Italia mañana y no volveré hasta nuevo aviso— continuó— Pero según tu expediente se ve que eres una guardaespaldas eficiente, pero lo que más me causa curiosidad es que según esto—señaló una carpeta que tenia en la mano—eres una excelente asesina y eso aunque parezca raro me deja más tranquilo antes de irme. sé que Luca estará en buenas manos.

Era verdad. Yo fui por mucho la mejor asesina de la clase, mis notas eran implacables y cuando maté a mi primer objetivo fue eficaz y sobre todo fue letal.

—Así será—afirmé.

El señor Amalio me dedico una sonrisa.

—Bien.....te puedes retirar, tus cosas ya están en el departamento de mi hijo.

Dicho esto giré sobre mis talones y me dirigí hacia la salida

Subí al auto y pisé el acelerador para ir al lugar donde viviría indefinidamente, el departamento se encontraba en una de las zonas más exclusivas de Los Ángeles. No tardé en llegar al edificio de quince pisos en el cual vivía mi nueva responsabilidad, mientras entraba al edificio memorizaba cuantas cámaras, guardias y porteros habían. Entré al ascensor y me dirigí al último piso y el cual me dejaba ver que a mi nuevo protegido le gustaba la vida excéntrica. Llegué a la puerta del departamento 1550 y la abrí con el juego de llaves que me habían llegado previamente.

En cuanto puse un pie en el departamento lo primero que vi fue que mi nuevo protegido estaba desnudando a una rubia despampanante en su sofá, sus ojos se abrieron por la sorpresa pero pronto me dedicó una sonrisa y dejo tirada a la rubia hasta llegar a mi, estaba sin camiseta y pude ver que se ejercitaba, tenia unos ojos celestes impresionantes como los de su padre y el cabello negro como la noche.

—Tu debes ser mi nueva niñera— dijo burlándose—¿Cuál era tu nombre?.