CAPITULO 41

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¡Consecuencia, dolor y ataque!

Tipo de narrador:Omnisciente

Los Ángeles siempre se ha caracterizado por su clima caluroso, sus playas y el gran cartel de Hollywood, el sol estaba en su máximo esplendor cuando se cuela por la ventana del lujoso edificio donde vive Luca Salvatore quien duerme plácidamente en su gran habitación digna de un Pent House. Está exhausto porque ayer su guardaespaldas lo obligó a cavar un enorme hueco en la tierra para enterrar a Tania quien era la guardaespaldas de Marggaret Scott.

Mientras que Luca se colocaba la almohada en la cabeza para seguir durmiendo, en la cocina estaba Katt, vestida solo con una bata sin nada abajo ya que la noche anterior habían cogido salvajemente y si no fuera por su orgullo la castaña podría decir que cojeaba un poco al caminar.

Preparaba un jugo a base de frutas y algunas verduras para mantenerse en forma, a pesar de que su genética Volkova le permitía gozar de una buena figura sin esfuerzo alguno, a ella le encantaba hacer ejercicio y cuidar su alimentación de vez en cuando. Se sirvió un vaso grande y se lo bebió de golpe antes de servir otro y dirigirse a la habitación de su protegido con la intención de joderle la vida un poco más.

Dejó el vaso en la mesita de noche para aproximarse a abrir las persianas dejando caer los rayos en toda la habitación.

—¡Mueve ese culo de la cama!—grita el guardaespaldas—¡Ya son las 8 a.m!

—¡Ya vete!—objeta Luca dándole la espalda para seguir durmiendo —Aún es de madrugada.

—No me voy a ir—le quita la almohada—Levántate de una buena vez.

El italiano harto de toda esa situación le enseña el dedo corazón y vuelve a tratar de dormir pero la castaña se acuesta a su lado rodeándolo con los brazos cuando Luca piensa que lo va a abrazar ejerce más presión volteándolo hasta quedarse encima de ella pero en una llave que lo inmoviliza y quita el aire a parte iguales.

Katt quería que se despierte porque en realidad estaba aburrida y había descubierto que se aburría un poco menos cuando estaba con Luca, el italiano se logra zafar gracias a su tamaño y fuerza pero Katt es más inteligente en empujarlo con los pies logrando que caiga de espaldas al suelo, ambos estallaron de risa.

—¡Loca!—el italiano se pone de pie—Las personas normales duermen mucho más.

Katt rueda los ojos en respuesta antes de acercarse a tomar el jugo y dárselo a Luca, como era de esperarse el italiano frunció el ceño y la miró con esos ojos tan claros como el agua. La castaña se maldecía cada vez que caía en la belleza de esos ojos Salvatore, la hacía recordar años atrás cuando cada persona que la veía le decía lo hipnotizantes que eran los suyos, el marrón que llevaba ahora le gustaba mucho.

—No me beberé eso—sentencia con asco.

—Lo hice yo—se molesta Katt—Y todo lo que hago es delicioso.

—Todo lo que haces en la cama es delicioso—la corrige—Lo siento preciosa pero no tomaré eso.

—Y yo que pensé que querías ponerte en forma—sonríe—Puedo jurar que ayer te vi un poco de panza...

Era mentira, Luca gozaba de un cuerpo bien trabajado con músculos donde ella nunca sabía que habían músculos, en pocas palabras estaba buenísimo pero el arma de Katt siempre había sido la manipulación, el engaño y la resiliencia.

—Mentirosa—entrecierra los ojos—Yo estoy bien.

Katt se encoge de hombros sabiendo que ese gesto hará que tenga dudas.

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