CAPITULO 3

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Macho alfa

Katt

Decidí presentarme con el apellido de mi madre para pasar inadvertida, no me sorprendería que alguien conociera a mi padre y le dijera donde estoy; para la gente yo era Katty de la Riva, la hija de una Latinoamericana y nadie fuera de lo común, decidí crear esa historia a decir que soy hija del gran Igor Kozlov, pero eso ya no importaba. Ahora mi prioridad era tratar de que ese niño malcriado y mimado no terminara muerto.

Golpearlo había sido un gran error, pero yo no era muy paciente que digamos, sabía cuándo guardar silencio, pero si alguien me trataba de mala manera yo no lo iba a tratar de forma distinta. Se subió al auto y conduje hasta la universidad de California cuyo costo me hacía sentir náuseas. En cuanto detuvo el auto, Luca se bajó sin decir palabra alguna y entró a la universidad, yo me limité a hacer lo mismo y seguirlo hasta su salón de clases, donde ya todo estaba arreglado para que pasase como una estudiante más de la carrera de negocios internacionales.

Cuando entré al salón con mi cara de pocos amigos pude ver a Luca rodeado de muchos chicos igual de guapos y forrados que él, pero desde la distancia se notaba que él era el que mandaba. Sabía reconocer a un macho alfa cuando lo veía, y estaba claro que él era uno de esos. O al menos eso creía él.

En cuanto llegué al salón todos, incluido Luca, voltearon hacia mí y empezaron a cuchichear muchas cosas de las cuales no me podían importar menos. Habíamos acordado con el señor Salvatore que fuera del piso de su hijo solo podíamos tener 4 metros de distancia y si rompíamos esas normas debía ser por una emergencia. Me coloqué junto a él con todos sus amigos al rededor.

—Vaya....vaya ¿Quién es esta belleza? — dijo uno de los amigos de Luca, era un poco más bajo que él y era rubio como él sol, ojos verdes y piel bronceada para poder saber a qué se dedicaba al surf. Si, todo eso te enseñan en la escuela militar.

Yo me limité a no hablar y poner mi mejor cara de pocos amigos, pero toda la atención estaba puesta en mí y a Luca pareció incomodarse.

—¿Eres alumna nueva? —preguntó y al ver que él era el único que hablaba, supuse que él debía ser la mano derecha de Luca, el que ponía orden cuando él no estaba.

—No, yo soy....

—Ella es una amiga de la familia—interrumpió Luca—si.... Katty es como una prima para mí y se quedará un tiempo conmigo ¿No? — preguntó mirándome

Yo asentí sin decir nada aún.

—Vaya, tío, ya saben lo que dicen de las primas....

—Cállate, Jackson—le dijo Luca al rubio.

En ese instante la profesora de emprendimiento entró y todos tomaron asiento en sus respectivos lugares, el mío, cosa que no es sorpresa se encontraba delante de Luca y al lado de Jackson. El resto de la clase pasó sin ningún incidente y lo agradecí. Luca salió de la clase cuando tocó la campana y yo fui tras él, se detuvo frente a su taquilla cuya puerta me daba la cara, no me sorprendió nada cuando la cerró de golpe.

—¿Puedes cambiar esa cara? — preguntó de malas maneras mientras se revolvía el cabello oscuro.

—No.

Frunció los labios y resopló.

—Estás alejando a todas las chicas.

—No comprendo por qué, si yo soy tan adorable....

—Oh, vaya, qué graciosa, hasta puedes ser hasta simpática y todo- dijo con falsa amabilidad.

—¿La cambiarás? —preguntó de nuevo.

—No.

Él me fulminó con la mirada y se fue caminando. Pude notar que quería enfadarme o hacer que yo renunciara, pero estaba equivocado si creía que un poco de inmadurez me haría irme, yo no tenía muchos años. Apenas veintiuno. Pero yo ya me había formado, era madura y no le tenía miedo a tomar decisiones.

Fui detrás de él hacía el comedor, donde Luca estaba con su grupo de amigos, caminé y me senté en su mesa, pero dejando unos asientos de distancia, él me miraba por momentos efímeros, pero apartaba la vista cuando lo veía, todos sus amigos hablaban de gilipolleces. A veces me sentía extraña en ese ambiente, a pesar de ser tan joven, no recuerdo que es asistir a una escuela normal o como era tener amigos, yo estudiaba en línea algunos cursos de economía por aburrimiento cuando tenía tiempo libre, pero para una persona como yo, tener una vida "normal" era algo que considerábamos imposible, no era el hecho de que no me gustase mi trabajo, solo...solo me entraba la duda de como hubiera sido mi vida si nunca hubiera ido a la escuela militar.

Estaba muy alerta a todo, cuántas mesas había, cuántos estudiantes estaban en ese lugar y la cantidad de cámaras y maneras de escapar si fuera necesario.

—Esta noche las apuestas están muy altas—decía Jackson captando toda mi atención, pude reconocer que Luca miraba en mi dirección y se tensaba.

—Cállate Jackson—le espetó a malas maneras y lo fulminó con sus ojos como el cielo, su amigo pareció darse cuenta de la indiscreción que había cometido.

¿Apuestas? Esto me iba a traer más trabajo de lo debido, pero mis indicaciones fueron que mi nuevo protegido podía hacer todo lo que él quisiera si estaba conmigo todo el día. Cual fuera que sean sus planes eso no me importaba.

—¡Eh, tú, imbécil! —gritó un chico muy grande y con cara de matón que se acercaba hacia donde se encontraba Luca, automáticamente me puse de pie por si hiciera falta encargarme de él. Luca parecía despreocupado y una sonrisa de auténtico capullo afloraba en su rostro.

—¿Te puedo ayudar en algo, Carter? —preguntó Luca mientras se incorporaba y le daba la cara, sigilosamente me fui acercando y era tanta la tensión que había que todos los presentes estaban concentrados en ese par que a mí me dio suficiente tiempo para posicionarse para poder atacar en cualquier momento.

—¡Te metiste con mi chica! —le acusó el otro acercándose más.

Yo hice lo mismo.

—Ella se metió conmigo—dijo Luca encogiéndose de hombros y no pude evitar alzar las cejas ante su descaro—Deberías cuidarla mejor.

Le guiñó un ojo y pude ver como Carter se colocaba para asestar un puñetazo, pero, como siempre, yo fui más rápida. Empujé con una mano a Luca y agarré la muñeca del atacante, tiré de él hacía adelante y con un salto rodeé su abdomen con sus piernas haciéndolo perder el equilibrio y que cayese conmigo sujetándose el brazo en una palanca, un movimiento y nunca podría volver a usar el brazo.

Todos se quedaron en silencio y me miraban alucinados, era normal, no es que estuvieran acostumbrados a ver ese tipo de maniobras tan elaboradas, el tipo era igual de alto que Luca y mucho más corpulento, pero ganar una pelea no lo definía la estatura ni la complexión, la definía la técnica que usarás.

Solté a Carter, y me incorporé de un salto cogiendo a Luca del brazo y llevándolo a un pasillo.

—¿Qué coño crees que fue eso? — me espetó soltándose de mi agarre.

—Un simple "gracias" es suficiente—me crucé de brazos porque era eso o golpearlo yo misma.

—No quiero que sepan que eres mi guardaespaldas por si no era suficientemente obvio—empezó a caminar de un lado a otro, pensando en que iba a decir a continuación.

—Me sé defender solo, de hecho, soy muy bueno peleando y la razón de que mi padre te contratara es para que des tu vida por mí y gane un poco de tiempo para poder correr.

Sus palabras eran duras, pero no era algo que no supiera ya, en una emergencia yo daría mi vida para que él pudiera correr y yo podía vivir con eso.

—Dime algo que no sepa—le dije mirándolo directamente a los ojos, no me moví ni un ápice

—Eres insufrible—dijo cerca de mi rostro y yo le ofrecí una pequeña sonrisa.

El resto del día la pasamos en clases y no hubo nada interesante hasta que regresamos a casa y cada uno ingresamos a nuestras habitaciones sin dirigirnos palabra alguna.

TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora