Alex dirigía a Harper al área de corredores pues debían buscar el turno de Jack para poder encontrarlo entre tantos autos. Mientras Alex la dirigía, preguntó:
—Debe ser importante para ti. Sabes, que vengas hasta aquí, tú sola, es un verdadero milagro ¿Cómo se llama el afortunado?
—No vine sola, me trajeron —respondía seriamente—. Su nombre es Jack y no sé por qué dices que es afortunado. Competirá contra Campbell y además es nuevo en el pueblo. No conoce absolutamente nada.
—¿Jack? El supuesto Rey de Brooklyn.
Afirmó con la cabeza.
—Qué apodo tan ridículo —dijeron Alex y Harper al unisonó, aquella coincidencia las hizo reír.
—Bien, Harp. Ahí está —indicó Alex señalando varios autos en fila—. Del turno veinte al treinta. Jack debe estar ahí.
—Te lo agradezco, Alex.
—No tienes que agradecer nada siempre y cuando vengas más seguido —comento la mujer guiñando un ojo y sonriendo mientras se alejaba.
Harper comenzó a buscar a Jack entre el gentío y los montones de autos. Para su suerte no tardó mucho en encontrarlo, el muchacho estaba acostado en el capo del auto que usaría para el arrancón. Tenía sus ojos cerrados, disfrutaba la música que estaba puesta en sus audífonos y su celular lo llevaba en la mano para que no se lo fueran a robar, no conocía muy bien la ciudad así que no confiaba en muchos.
Harper gritaba su nombre repetidas veces, pero era inútil, el chico no la escuchaba, hasta que por fin llegó con él y le pellizcó la pierna.
—¡Auch! —replicó el joven por el dolor del pellizco. Jack se quitó los audífonos y bajó del capo para colocarse frente a Harper—. ¿Qué haces aquí?
—Vine a sacarte de este horrible lugar. Podemos cancelar tu participación, solo necesitamos ir con el jefe de...
—Pero no voy a irme —interrumpió—. Falta poco para que sea mi turno.
—¿En serio quieres participar? Jack, no conoces a Campbell, hará todo lo posible para ganar.
—¿Crees que no lo sé? Voy a darle un poco de su propio chocolate. Te lo hubiera dicho en la escuela, pero me evitaste todo el día.
Y era cierto, la joven había estado evitando a Jack todo el día, no quería platicar con nadie, no estaba de buen humor. Tenía estrés por las cartas que le llegaban además de que Harry era demasiado insistente al querer hablar con ella, tenía problemas con la renta de su departamento y el jefe de su trabajo estaba encima de ella todo el tiempo, todo eso la había puesto de mal humor.
—Lo siento, no estaba de humor.
—Ya no importa. Escucha, sé cómo es esto, tranquila.
—Si. Claro, Rey de Brooklyn, el único problema es que no estás en Brooklyn, esto es Maple Valley
—¿Qué dijiste? —cuestionó Jack de inmediato.
—¿Qué cosa? —preguntó Harper sin saber a qué se refería.
—¿Por qué me dijiste Rey de Brooklyn? —La joven no sabía qué contestar— Harper, ¿cómo sabes eso? —preguntaba, exasperado.
—Un chico público un video diciéndote así. Está la página de la escuela.
La expresión facial de Jack cambio a una de enfado. Maldijo en voz baja mientras pasaba ambas manos sobre su cabello y de vez en cuando sobre su mentón.
—Tengo la impresión de que es malo. ¿Jack?
Jack no escuchó nada de lo que dijo la joven. Estaba diciendo cosas con la voz medianamente baja y se mordía las uñas de la mano izquierda. Mostraba una actitud nerviosa. La pelinegra no sabía qué hacer, gritaba y gritaba su nombre, pero el chico no la escuchaba.
La bocina que se encontraba en medio de las gradas anunciaba que ya era el turno de la ficha número veintitrés y veinticuatro. Lo que significaba que ya era hora de que Campbell y Jack compitieran. Harper tomó de los hombros a Jack para que voltease a mirarla.
—Jack, no sé qué es lo que tienes, pero si quieres competir contra Campbell será mejor que te tranquilices —Ordenó la chica con los ojos fijos en la mirada verde grisácea del él—. ¿Entendido?
Jack respiró profundo cerrando los ojos para poder tranquilizarse.
—¿Podrías esperarme hasta que acabe la carrea? —Pidió—. Por favor.
Harper no tenía intención de quedarse así que se lo pensó varias veces pues ella no quería encontrarse con más personas de su pasado le bastaba con Alex y Amber, sabía que si se encontraba con los otros harían preguntas, preguntas que no sabría responder. Había estado rezando para no encontrarse con los gemelos Scott y Derek o con su antiguo jefe, Logan. El rostro de Jack le pedía que se quedara con él hasta que acabara su competencia, lo único que no sabía Harper era exactamente por qué.
—¡Por favor, tomen lugares los corredores número veintitrés y número veinticuatro! —anunció el hombre por medio de su micrófono.
Harper aceptó quedarse con la condición de esperarlo fuera de ahí, en el estacionamiento para ser exactos, así no se encontraría con nadie más. Jack no protestó y se dirigió a la línea blanca que marcaba la salida. A su lado se colocó Campbell con un auto rojo vino que el mismo había llevado a la carrera. Campbell volteaba a ver a Jack con rivalidad, en sus ojos se notaba el veneno que lo consumía por dentro. Nunca antes Campbell había perdido y esta no sería la excepción, no sería amable con el chico solo por ser el nuevo de Valley Collage y del pueblo. Campbell haría lo que estuviera al alcance para ganarle a Jack. Y Jack haría lo que fuera para ganarle a él.
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Secretos y Mentiras -Nada será igual- [COMPLETA] ✓
Sci-fiCuando el hijo pródigo de la familia Lougthy muere, una nube negra de culpa y dolor invade el corazón de todos. En especial el de Harper Lougthy, hermana menor de Luke, pues ella presenció el accidente de auto en el que falleció su hermano. Todos te...