Jack había estado con Darian y Simon toda la tarde. Los tres jugaron videojuegos y la madre de Simon los consintió con unas pizzas. Pasadas las seis de la tarde, Jack avisó que ya era hora de que se marchara o sus padres volverían a castigarlo como era su costumbre.
—Yo te llevo —ofreció la pelirroja—. En mi auto es más rápido que llegues a tiempo.
Jack asintió y después ambos jóvenes se despidieron de su amigo. Agradecieron la amabilidad y se marcharon. Cinco minutos después de que Darian arrancase el auto una notificación de la app de Simon les llegó al mismo tiempo.
—¿Qué lugar es ese? —Preguntó Jack— ¿Qué hace ahí Harper?
—Está a las afueras de Maple Valley —contestó Darian después de aparcar el auto a un lado para revisar su celular—. Es la fábrica abandonada. La que dejaron a medio construir.
—Darian... —Jack la miró alerta.
—Ya sé.
Enseguida Darian dio la vuelta para dirigirse en dirección a su amiga.
XXX
La fábrica estaba en penumbras y emanaba de ella un olor fétido el cual era indescriptible. Harper se cubrió la nariz con la manga de su suéter blanco y comenzó a revisar con la mirada si encontraba algo fuera de lo normal que le diera algún indicio de que Tyler estaba cerca.
—¿Hola? —exclamó.
Harper entró a una sección de la fábrica la cual estaba llena de aves en el techo, eran palomas mejor dicho, luego posó su mirada en un costal viejo color negro que estaba sobre el suelo. Después de observarlo mejor se percató que no era un costal viejo, se trataba de Tyler.
—Ay, Dios mío —Gritó después de llegar con el muchacho y girar su cuerpo hacia ella para saber si acaso respiraba— Tyler ¡Tyler!
—¿Qué haces aquí? —Preguntó en voz baja— Vete. Tienes que irte, Harper.
La pelinegra intentó alzar al muchacho para que caminasen juntos a la salida de la fábrica. Colocó su brazo alrededor de la cintura de Tyler mientras que el muchacho colocaba su brazo derecho encima de los hombros de la muchacha.
—¿Quién te hizo esto? Fueron los matones de Howel, ¿verdad?
Apenas dieron el tercer paso y las piernas de Tyler fallaron. El muchacho estuvo a punto de caer al suelo si no hubiese sido porque Harper se colocó frente a él para evitar cualquier problema.
—No puedo caminar —confesó otra vez en un murmullo—. Estoy exhausto.
—No, no, escúchame, Tyler, vamos a salir de aquí.
El muchacho dejó caer su cabeza sobre el cuello de Harper mientras ella lo abrazaba para sostenerlo.
—Debemos irnos, Ty —mencionó mientras seguía abrazada a él—. Vamos al hospital para que te curen.
—Harper —susurró en el oído de la muchacha—, ¿te han dicho que eres muy crédula?
Harper iba a cuestionar aquella pregunta, sin embargo, un golpe bastante fuerte impactando contra el costado derecho de su abdomen se lo impidió.
—Tyler, ¿qué... —Otro golpe frío y doloroso se sumó a la lista. Harper dejó de imprimir fuerza en aquel abrazo hacia el joven. Sus piernas se habían debilitado y el costado de su abdomen le ardía como el infierno.
Tyler terminó de colocar Harper sobre el suelo de manera lenta y cuidadosa. Ya que la muchacha estaba sobre el suelo ella logró darse cuenta que las heridas y el cansancio que Tyler tenía no eran reales. Tampoco la bondad que parecía emanar de él. Un arma plateada con diseño de rosas y espinas era lo que Tyler poseía en su mano izquierda. El joven estaba orgulloso de que su plan saliera a la perfección, todo había sido perfecto, su retorcido juego había logrado su meta. Ahora podía observar como Harper se desangraba lentamente tal como lo había planeado desde un principio. Tyler se agachó para quedar a la altura de Harper mientras ella lo miraba con temor y sorpresa, luego se acercó a su mejilla y masculló:
—Debiste parar después del primer asesinato —Tyler sonrió y después dio un delicado beso en la mejilla de Harper—. Me divertí mucho mientras duró —Sonrió—. Le llevaré tus saludos a Howel.
Inmediatamente, se marchó de la fábrica con el celular de la muchacha en mano y dejándola para morir sola.
Ella resistió lo más que pudo, luchaba por su vida como la guerrera que era, resistía el dolor de aquellas dos balas y el de haber sido traicionada por Tyler. Peleaba contra el terrible sueño que le llegaba de repente. Harper quería dormir, ya necesitaba descansar de todo y todos.
Antes de que su vista se nublara y sus ojos se cerrasen, pudo percibir la silueta de dos personas que corrían en su dirección. Luego, esas siluetas borrosas, se desvanecieron en lo oscuro de su mirada. Harper ya no sentía nada.
XXX
Las manos de Jack temblaban de nervios y estaban llenas de sangre al igual que su camisa y pantalones. Darian mordía sus uñas por la preocupación y le sudaban las palmas de las manos. Encontrar a su amiga en esa bodega desangrándose ha sido lo más horrible que han experimentado considerando todas las barbaridades que han ocurrido estas últimas semanas. Sin embargo, sabían que era peligroso, pero ninguno pensó que las consecuencias de ello fueran tan prontas. Ese era el problema. Nadie había pensado.
Los doctores llevaban una hora y media intentando quitar las dos balas del abdomen de la pelinegra. El nervio y la culpa carcomían a Jack y Darian por completo. En especial a la pelirroja, ya el hospital al que habían recurrido para llevar a Harper era aquel en el que trabajaba la señora Lougthy, sabía que en cualquier momento buscaría a los responsables de haberla llevado y los interrogaría.
Y al parecer la invocó con sus pensamientos.
—¡¿Quieres explicarme por qué tengo que registrar a mi hija en la base de datos del hospital?! —Exclamó eufórica acercándose a la pelirroja— ¿¡Qué fue lo que pasó!? ¡¿Quiénes son ustedes?!
Jack miró a Darian sin saber que decir. Ni siquiera conocía a la madre de Harper.
—La encontramos con dos disparos en el abdomen —confesó Darian—. Estaba en la fábrica de las afueras.
La cara de la señora Lougthy era indescriptible. Tal vez era ¿Miedo? ¿Enojo? ¿Preocupación? ¿Confusión?
Era una mezcla de todos. Se entendía perfectamente el porqué de su confusión, la señora Lougthy no estaba enterada de lo que hacía su hija o todo lo que le había pasado después del accidente en el invierno pasado, pero había que admitir que también era culpa de la señora no saber lo que hacía su hija menor. Pues ella siempre le restregó en la cara que aquel accidente había sido culpa suya.
Después de minutos llenos de espera la doctora que se hacía cargo de Harper llamó a los chicos. Darian, la señora Lougthy y Jack se apresuraron para ir con ella. La pelirroja fue la primera en hablar.
—¿Cómo está? Por favor, dígame que sigue con vida.
—Imagino que son sus amigos. Escuchen, es muy pronto para dar un diagnóstico, en estos momentos sigue en cirugía, después la llevaremos a terapia intensiva. Les prometo mantenerlos informados ¿De acuerdo? Solo relájense y en un momento saldré a darles más información —Después de explicar todo dirigió su mirada a la señora Lougthy—. Victoria, necesito hablar a solas contigo.
La señora Lougthy hizo caso inmediato a la orden de la doctora y se alejaron lentamente de los adolescentes. Darian y Jack solo se quedaron inmóviles en el pasillo blanco del hospital, la chica seguía preocupada por su mejor amiga mientras que una llama de rabia crecía en el interior de Jack. Su enojo era enorme. Era seguro que uno de los matones de Howel era responsable de ello, incluso el mismo Howel se le pudo haber puesto enfrente y dispararle así. Jack tenía la necesidad de saber el nombre del responsable, pero no tenía una sola idea. No obstante, lo que si sabía era que iba a encontrar a los responsables de esto.
Y los iba matar.
A fin de cuentas no sería la primera vez que mataría a alguien. La única diferencia era que ahora lo haría intencionalmente.
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Secretos y Mentiras -Nada será igual- [COMPLETA] ✓
Ciencia FicciónCuando el hijo pródigo de la familia Lougthy muere, una nube negra de culpa y dolor invade el corazón de todos. En especial el de Harper Lougthy, hermana menor de Luke, pues ella presenció el accidente de auto en el que falleció su hermano. Todos te...