Tocó a la puerta repetidas veces. Temió que no hubiese nadie en casa de Amber, sin embargo borró aquella idea cuando se percató de que el auto de Harry estaba estacionado sobre la salida del garaje de la casa.
—Amber, sé que estás adentro. Por favor, abre la puerta.
Y en efecto. La rubia ya se encontraba del otro lado de la puerta con su ojo puesto en la pequeña ventanita que había en el medio de su puerta principal. También se percató del auto negro que estaba detrás de Harper. De inmediato se quedó paralizada.
—Amber, abre la puerta. Te lo pido. Necesito preguntarte algo.
Hubo un abismo de silencio.
—Son ellos, ¿verdad? ¿Acaso estás con ellos? Llamaré a la policía.
—¡No! —exclamó enseguida—. Amber, no. No lo hagas. Nos pondrás en peligro si haces eso.
—¿Qué haces en mi casa, Harper? ¿Qué quieres? ¿Qué quieren ellos?
—Amber, si no me dices lo que hiciste en Covington, habrá demasiadas consecuencias. Ábreme, maldita sea.
La rubia sintió un enorme terror al escuchar las palabras de Harper. Sintió que su estómago se contraía y un toque eléctrico alrededor de todo su delgado cuerpo. Pensó en cómo había sido que Harper estaba enterada de que ella había ido a Covington. Se preguntaba por qué la pelinegra estaba tan desesperada por que le abriese la puerta. No obstante, también dedujo lo que ocurría. Entonces quitó el seguro de la puerta y abrió. Juzgó a Harper con la mirada, pues su aspecto no le daba confianza. Vestía con ropa holgada y sucia, no tenía calzado y había una abertura pequeña en la esquina de su labio al igual que un moretón, se debía al golpe que le habían dado desde el principio.
—¿Qué fue lo que hiciste? —Volvió a indagar intentando sonar lo menos enfadada—. ¿Dónde está? ¿Por qué fuiste tú a Covington?
—Quería terminar con la pesadilla. No iba a permitir que pusieras a Harry en peligro otra vez. Lo que planeaban era un suicidio.
—Tú hiciste lo mismo al ser tan imprudente, Amber.
—Ellos creen que fuiste tú, ¿no es así? Escucha, no sé lo que estén planeando, pero te pido que sólo seas tú la que sufra las consecuencias. Porque te recuerdo, Harper, que gracias a ti todos estamos metidos en ese agujero. Gracias a ti y a Luke.
—¡¿Qué carajos hiciste con el dinero, Amber?!
—¡Lo quemé! —confesó— Lo quemé. Y antes de que llamaras a mi puerta, hablé con la policía. Terminé con el maldito problema, Harper.
La joven se sintió atormentada por la noticia. Todo a su alrededor estaba desapareciendo mientras comenzaba a hiperventilarse.
—Idiota —susurró con la mirada baja. Luchó y luchó para no dejar que sus nervios la invadieran—. Eres una idiota.
La puerta del auto de Howel se abrió al mismo tiempo que Harper daba un paso hacia la rubia.
—¡Eres estúpida, Amber! ¡¿Tienes idea de lo que hiciste?! ¡No terminaste con nada! ¡Maldita sea, Amber!
Martínez sujetó a Harper por la parte trasera de su cabeza, jalándola por la negra cabellera que tenía. La muchacha se retorcía y gritaba para que Martínez la soltase. Sin embargo, detuvo sus acciones cuando el estruendo de un disparo resonó cerca de ella. Martínez había impregnado una bala contra la cabeza de Amber bajo orden de Howel. Las sangre de la rubia se esparció por todas partes hasta manchar el rostro de Harper.
—¡Camina!
El adulto la llevo nuevamente dentro del auto negro y blindado.
—¿Qué hiciste? —dijo entre dientes—.¿Qué hiciste?
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Secretos y Mentiras -Nada será igual- [COMPLETA] ✓
Ciencia FicciónCuando el hijo pródigo de la familia Lougthy muere, una nube negra de culpa y dolor invade el corazón de todos. En especial el de Harper Lougthy, hermana menor de Luke, pues ella presenció el accidente de auto en el que falleció su hermano. Todos te...