CAPÍTULO 10

8 1 0
                                    

Campbell estaba furioso, no podía creer que le habían ganado y mucho menos que lograran romper su récord de tiempo. Eso lo tenía fuera de sus casillas.

Alex trato de calmarlo, pero el joven no cedía, no soportaba perder, sus amigos también intentaban calmarlo, pero simplemente no quería. Estaba aferrado a la idea de ganar y jamás imaginó que Jack, el supuesto Rey de Brooklyn, lograría ganarle.

El chico sufría de problemas de ira y que haya perdido frente a todos sus seguidores lo enfadaba demasiado. En su intención por dejar salir su ira, golpeó una de las paredes que se encontraba en el área de las bebidas alcohólicas, al hacer esto, Alex se molestó por la actitud tan berrinchuda que había tomado el joven.

—¡Ey! Deja de hacer un alboroto por nada, no seas un bebé, Campbell —dijo la mujer, molesta—. Ese chico te ganó de manera justa. Tú y todo tu sequito pueden irse ahora. No tienen nada que hacer aquí.

Campbell se iba a marchar, pero primero pidió su última cerveza de la noche y pensaba en como desquitarse con Jack por lo ocurrido. Mientras Campbell compraba su cerveza, Jack buscaba con la mirada a Harper en el estacionamiento hasta que logró visualizarla sentada en la banqueta jugando con un mechón de su largo cabello.

—Me esperaste —dijo Jack entusiasmado y acercándose a la chica.

—Felicidades, Rey de Brooklyn.

—Por favor, abstente de decirme así, no me gusta —pidió amablemente.

—¿Vas a decirme por qué te pusiste tan nervioso cuando te llamé por ese tonto apodo?

—Es una larga historia.

—Por suerte tengo toda la noche.

Jack sonrió por la respuesta de Harper. No sabía si contarle acerca de su antigua vida en la ciudad de Brooklyn, pero por alguna razón la joven la causaba cierta confianza que era inigualable.

—Vayamos por unas palomitas y te cuento.

XXX

Campbell se encontraba en el estacionamiento recargado en uno de los autos que estaban estacionados, fumando su quinto cigarrillo, al parecer seguía molesto, más tarde logró visualizar a Harper y Jack dirigiéndose al área de los snacks. Los siguió con sus ojos verde oscuro y dio un sorbo a la cerveza que sostenía en su mano izquierda.

Una chica rubia bastante guapa le quito la cerveza para colocarla en el capo del auto en donde estaban, acto seguido lo abrazó por la parte de atrás y le preguntó al oído.

—¿Sigues enojado?

No hubo respuesta.

—Por favor, Campbell, solo fue una carrera. Además todos sabemos que tú eres el mejor aquí. Ya no estés enojado y abrázame, tengo frío —comentó la chica acercándose más al cuerpo de Campbell.

—No controlo el clima, Ruby. Suéltame —exclamó con desagrado y haciendo a un lado a la chica.

Esto ocasiono que Ruby se sintiera ofendida y lo único que hizo fue gritarle más de una grosería al chico, para después alejarse de él y de sus amigos.

—Amigo, si no la querías pudiste dármela a mí —dijo Dante.

—Ni estando loca te hubiera hecho caso, eres desagradable —contesto Stan— ¿Cierto, Campbell? —No hubo respuesta— ¿Campbell?

—Ambos son desagradables —demandó Campbell— ¿Saben cuál es el auto de Jack? —preguntó curioso.

—Un volkswagen jetta blanco, creo, no lo sé —contestó Dante.

—Hay que buscarlo —ordenó Campbell—. Vamos a dejarle un recuerdito de su victoria.

—Campbell, es un estacionamiento amplio. Nos tardaremos años —replicó Stan.

—¿Quieres que Jack tenga el recuerdito o tú? —amenazó.

El rostro de Stan cambio a una de miedo, su amigo estaba sumamente molesto y él no quería pagar el precio así que mejor no dijo nada más. Se dirigió junto con Dante a buscar el auto de Jack. Campbell tiro al suelo su cigarrillo para después pisarlo con la suela de su zapato y también dirigirse a buscar el auto por otro camino.

XXX

Harper y Jack esperaban sus palomitas en la fila, habían ordenado unas palomitas agridulces con extra salsa. Mientras esperaban la joven preguntó:

—Entonces, ¿me vas a contar?

—Primero quiero que me digas ¿Por qué dijiste que no era tu amigo y ahora me hablas como si nada?

—Ojalá tuviera una respuesta para eso, ni siquiera yo lo sé. Voy a excusarme con el hecho de que tengo problemas para pagar la renta de mi departamento y que estoy muy estresada por mi trabajo, por eso fui tan grosera contigo.

—No sabía que trabajaras.

—Hay que pagar la renta.

—¿Tus padres no trabajan?

—Quise independizarme y vivir por mi cuenta —mintió.

Jack iba hacer otra pregunta acerca de los padres de la pelinegra, pero fue interrumpido por el chico que anteriormente había tomado su orden de palomitas quien ya las tenía en manos.

—Un dólar con cincuenta centavos, por favor —pidió el chico.

—¿Podrías tomarlas, por favor? —Pidió Jack a Harper— Buscaré el dinero.

—Claro —contestó Harper estirando sus brazos para tomar el balde de palomitas.

Mientras Harper esperaba a que Jack pagase ella observaba a cada persona que estaba a su alrededor algunas eran parejas otros amigos y otros estaban ordenando alimentos en uno de los remolques de comida. Mientras observaba su alrededor logró cruzar la mirada con un chico de lentes. Era uno de los que tantos que atendía la caja registradora en uno de los tantos remolques. Cuando hizo contacto visual con él, en seguida volteó su cabeza, reconocía esa mirada y prefería evitarla.

—¿Ya pagaste? —preguntó, ansiosa.

—El chico fue a buscar cambio.

Harper volteó a ver a aquel chico de nuevo para saber si ya se había ido, pero ya no estaba donde antes, había bajado del remolque para ir en dirección de la chica, ella se dio cuenta y le preguntó a Jack:

—¿Tienes auto, cierto?

—Está en el estacionamiento.

—Dame las llaves. Ahí te espero —exclamó estirando su mano.

—No lo encontrarás, no sabes como es.

—¡Jack! —gritó exasperada.

Era demasiado tarde, aquel chico ya había llegado con ella.

—No esperaba encontrarte aquí, Harper.

Harper quiso que la tragase la tierra en ese momento. Ya no podía huir de la situación.

—Qué tal, Scott.

Secretos y Mentiras -Nada será igual- [COMPLETA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora