CAPÍTULO 11

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Scott Henderson trabajaba en uno de los remolques que vendía comida en la ruta 48. Él y su hermano gemelo, Derek, eran amigos de Harper y Luke desde la infancia. Sin embargo, Scott no había vuelto a cruzar palabra con la joven desde la muerte de Luke además de que la chica ya no ponía un pie en ese lugar, así que le parecía extraño que ella se encontrase ahí.

—¿Qué haces aquí? Dios, te has vuelto más hermosa de lo que ya eras. Cuando Derek te vea se le van a caer los calzones de la emoción —Al ver que Harper no se había reído inmediatamente se disculpó—. Lo siento, no debí decir eso ¿Sabes qué? Iré por mi hermano. Ahora vuelvo.

—No —Exclamó la pelinegra. Le bastaba con haberse encontrado con Alex, Amber y Scott—. No quiero que nadie más sepa que vine.

—¿Por qué? —preguntó Scott, decepcionado.

—Tú sabes porque.

El chico guardó silencio unos segundos. Se sintió decepcionado. No esperaba que esa fuese la reacción de Harper al verlo después de tanto tiempo. Sin embargo, conocía a la perfección la situación en la que todavía se encontraba su amiga.

—Tú eres el que ganó la carrera contra Campbell, ¿verdad?

Afirmó con la cabeza.

—Ahora seré tu seguidor número uno —confesó—. Ya hacía falta que alguien le ganara a ese idiota.

Jack sonrió por el cumplido. Lo hizo sentirse orgulloso.

—Y... ¿De dónde conoces a Harper?

—Mi madre y sus padres se llevaban muy bien. Con el tiempo ella y...

—Éramos vecinos —interrumpió la pelinegra.

De pronto una voz femenina gritó el nombre de Scott haciendo que voltease rápidamente.

—¡Deja de coquetear y ponte a trabajar! —ordenó la muchacha.

—Debo irme, las personas nos son muy buenas esperando —Miró a Harper a los ojos—. Me dio mucho gusto volver a verte, Harper. Lo digo en serio. Y te prometo que no le diré nada a nadie que te vi —dijo para después marcar tres equis en donde se encuentra su corazón, esto hizo que la joven recordase cuando les enseñó a él y a Derek ese juramento. Eran unos niños y ese gesto era la manera en la que juraban no romper su promesa—. Nos vemos, Jack.

Jack y Harper se dirigieron al estacionamiento y ninguno formuló alguna palabra hasta que casi llegaban al automóvil del chico. A lo lejos se vio a Campbell y sus amigos recargados en su auto. Los tres jóvenes se dieron cuenta de Jack los observaba así que se dispusieron a irse, pero no antes de que Campbell rayase el auto de Jack con sus llaves. Dejó una gran línea desde la puerta trasera hasta el capo.

—Debe estar bromeando —advirtió Jack, molesto y apresurando el paso para revisar el rayón que tenía su auto.

—Jack, no le des importancia, solo quiere hacerte enojar.

—¡¿Por qué no me das la cara, corredor de quinta?! —exclamó ignorando la recomendación de Harper.

—¿Cómo me llamaste, nuevo? –Exclamó Campbell acercándose demasiado al joven, casi invadiendo su espacio personal— Anda, repítelo en mi cara.

—Corredor de quinta —expresó— ¿Algún problema? ¿Dime por qué razón rayaste mi auto? Si tanto de molesta haber perdido, qué te parece si lo arreglamos tú y yo.

—¿En serio quieres que lo hagamos, nuevo?

—Yo solo quiero hablar de tus problemas de ira, Campbell.

Esa fue la gota que derramó el vaso. Campbell le dio un puñetazo al joven y este se defendió después. Ambos chicos se envolvieron en una trifulca, Campbell logró tirar al suelo a Jack y se sentó encima suyo para darle puñetazos en el rostro mientras que Jack trataba de esquivarlos, pero no lo lograba pues Campbell sostenía su cuello con su mano izquierda para que no se moviera. Stan, Dante y Harper intentaban separar a los adolescentes, Stan en su intento por quitar a su amigo del pecho de Jack, también recibió un golpe en el estómago. Campbell le había dado un codazo. Dante optó por la opción de ir por ayuda y fue con algunos amigos de la escuela para que los apoyasen.

Secretos y Mentiras -Nada será igual- [COMPLETA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora