TRUE LOVE [JEONGHO/HYUNHO][FINALIZADO]

CAPITULO 7 - PARTE 3

Al llegar a aquel hospital, el Omega no dudó en correr al número de habitación que le había dado Han, pero cuando lo encontró no hizo más que sorprenderse, quedándose quieto en su mismo lugar al ver quién estaba frente a frente de sus narices, parado, viéndolo a los ojos mientras le habría la puerta, junto a sus otros amigos y conocidos que estaban sentados alrededor de él en diferentes parte de esa sala. Hasta incluso su abuela observándolo con una bella sonrisa.

¿Qué rayos hacían ahí?

Minho: ¿Qué rayos pasa?

Inmediatamente su mirada fue hacia su amigo de mejillas abultadas, viéndolo como si quisiera eliminarlo de la faz de la tierra, mientras Hyunjin solo observaba al alfa menor por algunos momentos y a esos papeles que llevaba a la mano. Aquellos que tenían un leve parecido a los que les había dado los investigadores a su padre. Pero no debían ser esos, ¿o sí? Definitivamente lo eran, ese sello en la esquina los delataban. Eran esos, eran aquellas pruebas de las que escuchó detrás de esa puerta. ¿Pero por qué las tenía Jeongin?

Jeongin: Necesito hablar con ambos. ¿Puedo?

Ambos chicos se miraron sin entender, tanto Minho como Hyunjin no sabían de qué trataba de hablarles el menor, más no se negaron, y en vez de ello, dieron permiso para que los demás salgan de la sala, a excepción de la abuela Lee quién aún miraba al menor de los tres con una sonrisa. No sabían los mayores porqué pero la señora era adorable.

Hyunjin: ¿De qué quieres hablar? 

Miró tanto al chico de aspecto de zorro del desierto como al Omega de reojo, sintiendo cómo ese ambiente le recordaba a su antigua relación. Ambos peleando por quien ahora era su prometido. Pero a la vez no tanto, ya que ahora la reunión era diferente y los tres mantenían un ambiente raro y algo tenso.

Jeongin: Deberías saberlo Hwang Hyunjin —lo miró con algo de resentimiento, aplastando su celular con frustración, pero por el momento solo debía mantener la calma— pero eso no es lo importante. Ahora debes escucharme, al igual que tú Minho. No sé cómo empezar esto...ni tampoco la reacción de Hyunjin al ver aquellas fotos, ni tampoco con la propuesta que me dio Changbin, pero para ello convencí a los demás para hacer que vengan... Entonces... ¿Me escucharían?

Dicen que la decisión es de uno mismo, de lo que tus sentimientos te digan, pero ser omegas y alfas en ese mundo ya no tenía opinión o esperar que tengas el derecho de escoger a alguien. En ese mundo existía un enlace, un lazo que unía a ambas parejas. Una historia parecida al hilo rojo, pero que esta vez, tanto su corazón como el instinto de sus lobos internos eran mayores. Pero tal vez esta vez podría ser diferente. Podrían cambiar su forma de ser. Cambiar sus lazos. Vivir tal cual ellos quisieran vivir. 

Minho: Bien, hablemos

El mayor caminó hasta sentarse al lado de su abuela, viendo a los dos con algo de incomodidad. Ya estar frente a Jeongin era incómodo, pero ahora saber que su abuela y Hyunjin también estaban presentes le daba ganas de huir, pero no podía. ¿Qué tendría que hablar el menor? ¿Era algo urgente? ¿Era algo que tendrían que prevenir? El pensar y tener miles de preguntas hacía que el Minho entre en pánico, pero debía esperar a que Jeongin dijera algo para calmarse. Qué dijese algo para que su Omega también lo dejara tranquilo.

Jeongin: Antes de que comiencen a preguntar, sólo vean esto —les entregó los sobres que había recolectado para que ellos mismos se diesen cuenta todo lo que el padre del mayor había hecho todo este tiempo. Todas las mentiras, todos los secretos— si después de eso no quieren seguir hablando conmigo, lo entiendo... Pero...no creo que pueda quedarme tranquilo, necesito justicia

Hyunjin: ¿De qué estás hablando?

Habló con un poco de confusión pero cuando abrió aquellos documentos se dio cuenta de lo que debían ver sus ojos y de los que estaban viendo los de su Omega. Eran los papeles que su padre siempre guardaba en secreto. Eran las fotos de su hermana y otro chico, felices más dos recortes de periódico que leía la información necesaria que faltaba a uno de los tantos cortes de revistas que había tenido por su casa. 

"Recuerda, no debes confiar en los Yang, ellos mataron a tu hermano. Si te acercas a ellos pueden arrebatarte lo más valioso que tengas. Siempre ten un ojo al pendiente de ellos."

[NOTICIAS]

«Yang Jeongbin, de 23 años, murió luego de ser secuestrado a las 8:30 a.m del día 8 de Febrero del 2006. Se encontraron sus restos en un acantilado a 2 345 kilómetros al sur de Seúl. Las únicas pruebas en la escena del crimen arrojan que la sangre encontrada en los guantes del arma suicida pertenece a un hombre de 40 años, más no hay otra pista que la policía pueda darnos. Sólo se dice que el joven estuvo saliendo con la hija del empresario Hwang Jinyoung, Hwang Chaeyeong. Existe breves sospechas que haya sido un ajuste de cuentas entre familias.»

«La hija de la familia Hwang ha fallecido luego de una caída fatal del último piso de aquella empresa. Las consecuencias fueron graves, ésta no se pudo salvar. Hay indicios de suicidio.»

 [...]

Después de leer aquellos recortes, la mano de Hyunjin temblaba hasta no poder, mientras sus ojos se cristalizaron. No había podido pensar en que todas las palabras de su padre habían sido mentira, que había estado atrapado en una mentira por más de 20 años, que había seguido todas sus indicaciones, que había dañado a la persona que más lo había querido, que había estado a su lado, por nada. ¿Su hermana se había muerto por sus mismas razones? ¿Qué había sido tan duro para que ella tomara esas decisiones?

Minho: ¿H-HyunJin? 

El mayor de los alfas no dijo nada, sólo soltó todo al llegar a la última foto y corrió lejos, con aquella prueba en manos. ¿Acaso todos estaban en su contra? ¿Por qué su padre le había mentido? ¿Por qué las dos personas frente a él le habían mentido? ¡Se habían besado! ¡Había visto un maldito beso! Y él como tonto. Toda la vida siendo un tonto. Hyunjin estaba destrozado. Estaba tan destrozado que no quería ver a nadie, al contrario de Minho, quién sólo quería saber toda la verdad y si tenía que encontrarlo quedándose en esa sala, entonces lo haría. 

Minho: ¿Y bien? Te escucho —vio al menor de brazos cruzados, totalmente serio— No vine por nada. Es mejor que tengas un buen diálogo guardado, no creo que debes querer mi puño en tu cara por mentirme