CAPITULO 5

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Por otro lado, estaba aquel menor de los alfas, mientras su cuerpo y su garganta quemaban como miles de soles, buscando sus pastillas por todos lados, sin encontrar nada que pudiese cortar esa necesidad de tenerlo cerca. Por lo que ahora estaba encerrado en su casa, sin salir de su habitación, desde que pudo regresar de la escuela. Desde que había comenzado esa desesperación que estaba matándolo. Ya que su lobo necesitaba a su omega, y él no podía hacer nada. Por lo que sólo se dejó caer en plena sala, luego de haber bajado por agua, tapando su rostro, aprovechando esos minutos para tomar una ducha al saber que su madre no estaba. Por lo que volvió a subir las escaleras, tomándose de los lados de ésta, cada mano en cada barandilla, logrando llegar con el tiempo en contra al segundo piso, donde pudo abrir la puerta de su habitación con cuidado, empezando a desvestirse, antes de terminar por meterse a aquel baño donde todo quedaba siempre en su lugar.

Jeongin: Qué vacío… —Susurró, entrando a aquella ducha, antes de acabar sintiendo las gotas caer sobre su cabeza. 

"Eres un tonto..." —pronunció su omega frente aquel espejo dentro de su baño, reflejándose por primera vez.

— Lo soy 

Se dijo, más sólo se detuvo a gozar del agua, de esa temperatura tan refrescante que llegaba a refrescar las cabezas de las personas. Más para él, no lo era, no existía tal efecto gratificante. Por lo que sólo suspiró, dejando que las gotas caigan por su rostro, apegándose a la pared de espaldas esperando por algo que le dijera lo que verdaderamente debía sentir.

"Te gusta" habló por su parte I.N

—También le gusta Hyunjin

"No seas tonto. Hasta un tonto sabría que lo amas"

— I.N no es fácil. No puedo obligarlo a unirse así como así a mí

Y era verdad, no podía hacerlo, por lo que sólo observó las gotas, desviando su mirada hacia arriba, mordiendo su labio inferior, recordando segundo a segundo aquel día en la sala de música, recordando cómo lo había salvado de esos alfas, recordando cuando tocó su mano sobre el piano viéndolo dulcemente, apegándose fielmente a su cuello. Y entonces lo supo, que se estaba enamorando. No, que ya lo estaba. Y que estaba perdido por ese chico. Dándose cuenta que lo peor que podría suceder en ese momento, era el no conocerlo perfectamente; más aún así, lo único que quería y deseaba, era el tenerlo entre sus brazos. 

Siendo el chico que no quiso saber de amor, ahora el más prendido por saber sobre aquel sentimiento. Y era injusto. Porque aunque no hubiese querido saber de él, ahora lo hacía, y se había convertido en la razón más importante en su corta vida.

"Lucha por él" —propuso.

—No quiero dañar a Hyunjin —se negó.

"Vamos Yang Jeongin, él no tiene algo que tú sí."

—¿Qué cosa? Hyunjin siempre ha sido mejor que yo. Un Omega como Minho siempre escogería a ese chico guapo que todo chico quisiera tener como novio. Mientras que yo...

Al pensarlo, sólo logró sentirse peor. Pero a cambio de él, su lobo no lo iba a dejar rendirse. 

"Tú tienes el espíritu, tú tienes esas ganas de aprender a amar. No lo quieres por su olor, lo quieres por ser él. Soy tu lobo, hazme caso. Sólo actúa como tú. Sé que estoy loco ahora por hacerle el amor, pero sé que tú puedes controlarme. Así que..."

—Lo haré. —Pensó con una sonrisa.

"¿Irás por él?"

Ante aquel pensamiento, el alfa sólo asintió, saliendo de aquella ducha, tomando una toalla para poder secarse. Y apenas estuvo seco lo hizo, salió de casa, tomando su chamarra, mirando a todos lados antes de salir de casa, viendo que ningún carro lo atropellase. Pasando por toda la gente con la que se cruzaba, evitando a cualquier Omega que no fuera el suyo, tratando de que sus feromonas no fueran a empeorar.

"Omega...¡Jeongin es Minho! ¡Lo huelo!"

Miró a todos lados al escuchar a I.N, al oírlo cuando dijo eso, y entonces se encontró caminando en un par de segundos hasta tratar de encontrarlo, guiándose ambos por el olor de éste. Pero era muy difícil, ya que con el aroma de su celo, muchos y muchas omegas se le quedaban mirando como perros tratando de cazar. Entonces fue ahí que tuvo que morder su labio y seguir a pesar de eso, caminando mientras se apoyaba contra las paredes, pasando por todas las calles posibles hasta poder encontrar ese olor a chocolates, el cual se hacía cada vez más fuerte ante los pasos grandes que daba. Cuando lo olió, el menor jadeó, sintiendo su estómago doler; más no se detuvo, porque estaba muy cerca de él, y lo notaba. Por eso, volvió a morder aún más fuerte su labio, ya que necesitaba llegar, y no podía ser tan débil para caer ahora. Necesitaba encontrarlo y lo haría. Así que cuando dobló la cuadra, por fin pudo divisar una cabellera negra, pero no era nada más y nada menos que Hyunjin. ¿Qué hacía ahí? Se preguntaba. Pero rayos, eso no importaba ahora. Porque sólo deseaba proseguir hasta estrecharlo entre sus brazos. Así que tomó con más fuerza su saco, para seguir avanzando, sintiendo la distancia más corta hacia su Omega. 

"¡Dobla, dobla! ¡Lo siento, lo siento! Está cerca."

Ante las palabras de su lobo, su cuerpo siguió caminando, siendo guiado por su voz, doblando la última calle hasta llegar hasta aquel río. El río Han, dónde pudo verlo. Donde pudo visualizar pegado a la baranda a aquel pelinegro, mientras sus ojos se mantenían cerrados y sus cabellos jugaban con el viento de una forma increíble. Y entonces pudo encontrarlo, soltando un suave suspiro de alivio, caminando un poco más, dando paso a paso hasta estar en una distancia prudente entre él y el mayor, antes de llamar su nombre.  

Jeongin: Minho. —habló sintiendo algo de temor, pero aún así se mantuvo firme.

"Me gustas, te quiero Omega. Yang, no pierdas la oportunidad, no lo dejes ir"

Minho: ¿Jeongin?

Preguntó, siendo notable esa sonrisa en el rostro de aquel omega. Por parte del menor, éste solo jadeaba por el cansancio y dolor, mientras lo miraba y desprendía una pequeña sonrisa hacia él, correspondiendo débilmente a ese ambiente tan cálido. Pero aún así, y a una pequeña distancia, que era lo único que los separaba, Jeongin no se quedó con los brazos como en la mañana, esperando a conquistarlo. Porque era lo que había prometido, y no se quedaría otra vez atrás.

Así que al inhalar aire y luego soltarlo, tomando esa sensación preciosa en su pecho, dejó salir esa confesión que aclamaba entre todas esas letras el amor del mayor.

Jeongin: ¡Me gustas! —exclamó con una sonrisa— ¡Minho, me gustas!

Y mientras lo gritaba, juntó sus manos, a ambos lados de su boca, logrando que su voz saliera aún más fuerte, logrando que las gaviotas emprendan vuelo y los cangrejos comiencen a separarse al sentir como éste se acercaba al contrario, sintiéndose por primera vez tan vivo.

Y fue así, que cuando se acercó frente a frente del mayor, una sonrisa salió de su cuerpo, calmando totalmente su respiración, envolviendo a ambos chicos en una calidez hermosa que acompañaban a sus mejillas. Haciendo del ambiente aún más hermoso.

Jeongin: ¿Me dejarías conquistarte?

Fue lo único que preguntó antes de sonreír dulcemente a la espera de tal respuesta, mientras tanto como él como Minho no dejaban de verse tan fijamente.

¿Había tomado una buena decisión, el de haberse confesado?

Simplemente sí. Y lo volvería hacer una y otra vez; de dijo el menor. "Aunque soy un tonto, mi corazón te llama a ti. En medio del viento y ante tus ojos quiero decirte "Me gustas". Y nunca dejará de hacerlo. "

Me gustas tanto Lee Minho
Me gustas mi pequeño y lindo Omega

TRUE LOVE [JEONGHO/HYUNHO][FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora