Capítulo 11: La petrolífera

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*VALENTINA: 

- Tuve que ayudar a Daniel en el huerto, Alberto, el hijo de Daniel estaba algo enfermo del estómago y Verk se tuvo que quedar con él, por lo que tuve que ayudar y no me importaba, me gustaba coger tomates y otras verduras que no distinguía, pues tampoco soy fan de la vida vegana.

Daniel: ¿Que te traes con la nueva?. - Me preguntó con una sonrisa picara y yo solo sonreir.

Valentina: Nada, es especial.

Daniel: ¡Uy! ¿Y eso por qué?. - Dijo frente a mi colocando bien los tomates para que crecieran bien grande y fuertes.

Valentina: Bueno es complicado, pero la siento así. - Le sonreí. - Ya te hablé de ella hace algún tiempo, te dije que aparecia en mis sueños.

Daniel: Si, tambien sé que es la misma...Pero mira que casualidad ¿No?

Valentina: Siempre pensé que era una especie de ángel o cualquier cosa por ese estilo, pero nunca pensé que fuera real. - Daniel sonrió feliz.

Daniel: Dios existe.

Valentina: Nunca entenderé que sea real. - Reímos.

Sofía: ¿Así que un Ángel?. - Nos sorprendió entre las matas de tomate. Me paré frente a ella.

Valentina: ¿Estabas escuchando?. - Le pregunté sorprendida y algo avergonzada.

Sofía: Solo la parte del ángel. - Miró a Daniel y ambos rieron.

Valentina: No...Ahora que te conozco pienso que eres un demonio.

Sofía: ¿Ah si?

Daniel: Oh venga, sabes que no. - Se puso en mi contra. - Valentina es la única mujer, niña que hay aquí que piensa que todo el mundo tiene un corazón cargado de amor, hasta piensa que la gente de Scorpions ama. - Todos reímos.

Valentina: A ver, claro que si, seguro que tienen sus parejas y se aman. - Sofía reía a carcajadas, me quedé plasmada viendola reir y aquéllo me pellizcaba el corazón.

Daniel: No creo que tengan pareja, si tuvieran pareja las venderían. - Sofía me miró riendo y se percató que estaba mirándola y más roja que el tomate de mi lado.

Valentina: A ver, realmente pienso que todo el mundo ama a alguien, aunque sea muy poco.

Sofía: Ah...- Miró a Daniel. - Seh, puede ser.

Daniel: No sé, yo dudo de algunas personas.

Valentina: Eres lo más parecido a dios que tenemos y no puedes hablar así. - Volvimos a reir.

Daniel: Hace mucho que dejé de ser o practicar de cura, asi que no soy dios, ni nunca seré como él de grande.

Sofía: Para mi, lo más parecido a dios es Scorpions y lo siento pero no soy creyente.  - Reí.

Daniel: Pues mira, te robo la frase. - Ambos se miraron sonriendo.

Sofía: Siempre fuistes mi favorito para ella. - Daniel y yo dejamos de reir en cuestión de segundos. Sofia sonrió y continuó mirando a Daniel.

A 200 Nudos por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora