Capítulo 10: Lo que nos conviene

66 8 3
                                    

- La reunión fue bastante, bastante larga, yo me moría por salir y ver a Berta, queria hablar con ella, hablar de lo que pasó anoche.

Eloísa: Bien, se acabó. - Cogió algunos documentos de la mesa y todos nos pusimos en pie para salir.

Octavia: Úrsula quédate, tenemos que hablar. - Mi corazón volvió a encogerse, solo rezaba por que no fuera nada de lo de anoche. Esperé a que todos se fueran y cerré la puerta, fui hasta el asiento donde estaba Eloísa, el que estaba al lado de mi madre.

Úrsula: ¿Qué pasa?

Octavia: A ver...- Ibamos mal por que estaba nerviosa y a mi me ponía más nerviosa. - Sé que en el pasado amabas a Berta, el típico amor adolescente que no te hace bien. - Bien, estaba cagada, creo que lo sabia. - Pero han pasado mucho tiempo y ambas, me refiero a Berta y a ti, habéis vivido experiencias similares y tal vez muy diferentes entre si. - Ella hizo media sonrisa, cogió aire y lo soltó. - No sé que sientes por ella, en tu vida han pasado muchas cosas y has compartido algunos años con Narot, nunca te he dicho nada por tu condición sexual, me da igual.  - Gesticulaba con sus manos, nunca lo hacia, le costaba hablar de esto. - Yo esperaba que nuestra vida fuera diferente, de verdad. - Cogí sus manos y las apreté con las mías, ambas sonreímos. - A veces siento que no soy la madre que necesitas y no sé como hacerlo, pero lo sigo intentando. - Besé sus manos. - Sé que te oculté información referente a Berta aún asi sabiendo que la amabas y es que hablar de Berta contigo me cuesta el doble. - Reí, pero ella me miró seria. - Por que sé que la amas y también sé que en el fondo sabes que podrás estar con ella. - Borré mi sonrisa y me costó tragar saliva. - Cuando conté que Berta y su hermana fueron ovulos apartes, me refería a los mios, lo dije, pero no sé si te quedó claro que Berta es tu media hermana. - Sentía que me faltaba el aire.

Úrsula: A ver. - Solté sus manos y cogí aire. - Berta y su hermana la engendró Salomé.

Octavia: Si, asi es, pero Berta también es mi hija aunque yo no la haya tenido, de hecho, es más mia que de Salomé. - Sonreí.

Úrsula: No, pero eso...No puede ser. - Comencé a incomodarme. - Mamá yo amo a Berta y siempre la he amado.

Octavia: Lo sé. - Quiso regalarme una sonrisa pero estaba más preocupada que yo. - Y créeme que lo sé, no sabes cuantas veces he intentado evitar este tema, pero tenemos que hablarlo.

Úrsula: Mamá yo...- No sabia que decirle. ¿Cómo decirle que me había acostado con mi hermana?. - ¿Eso es seguro?

Octavia: ¿El qué?

Úrsula: Que Berta y yo seamos hermanas

Octavia: A ver, no sois cien por cien, pero llevais el mismo Adn. - Ella me miró seria. - Recuerdo que en la facultad de medicina, un profesor me dijo que un adn fuerte siempre será el que manda, en este caso, mi adn era más fuerte que el de Salomé. Cuando ella tuvo a las dos pequeñas yo supe que era su madre y que al menos llevaban mi sangre, claro que en una prueba científica, Salomé seria su madre al cien por cien. - La miré sin saber que decir. - Pero yo tampoco me quedaria atrás. - Pasé mis manos por mi cara angustiada. 

Úrsula: ¿Y Jesús?

Octavia: Jesús fue con los ovulos de Salomé, es otra historia larga.

Úrsula: Quiero saber todo. - Mi madre asintió con la cabeza.

Octavia: Todo empezó con tu padre, Keillor. - Me acomodé en la silla. - Nos enamoramos, le encantaba el piano y decidí que queria estar con el cuando lo escuché tocar por primera vez. - Eso ya me lo habia contado, pero me gustaba escucharlo. - Yo apenas estaba estudiando medicina y José era mi profesor, cada vez que lo veía estaba con una mujer diferente, hasta que un dia fui yo, no sé como pasó, pero pasó y nos liamos, tu padre no sabia nada y la infidelidad fueron algunos años. Cuando terminé de la facultad, José me dio trabajo y algún tiempo después entendí para que me queria, veía en mi lo que nadie más veía, una fertilidad segura, le volvia loco crear a seres, pero con sus manos, queria ser dios, crear a niños con ojos azules, de piel morena con ojos asiáticos, miles de ideas. - Estaba un poco loco o eso parece. - Pero ninguna mujer se ofrecía y se le ocurrió la idea de salir a la calle y enamorar a la primera mujer de compañia que vio.

A 200 Nudos por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora