A 200 Nudos por ti

Capítulo 46: La promesa de Peach.

*ALICIA:

- Fui a su habitación y abrí la puerta sin permiso, la vi cambiarse de camiseta, tras ponérsela me miró y se asustó.

Úrsula: ¡Joder!¿No te han enseñado a tocar en la puerta?

Alicia: En mi campamento no hay puertas. - Le dije bromista. Me apoyé en el marco de su puerta y la miré de brazos cruzados. - Tantos años y no has dejado de estar enamorada de Berta, te felicito, es increíble lo que se hace por amor, tanto que hasta la acompañas para que se una con el amor de su vida. - Me miró y con su mirada supe que no le sentó muy bien lo que le dije.

Úrsula: Si estoy enamorada o no, no es asunto tuyo y no voy a por Catalina, voy a por Valentina.

Alicia: Si, también lo sé, pero para ser honesta, deberías darte cuenta, amiga.

Úrsula: ¿Darme cuenta de qué?

Alicia: De que si hay alguna mujer que pasa por la cabeza de Berta no eres tú.

Úrsula: Ya, pero me consuela saber que tú tampoco.- Reímos, eso fue gracioso.

Alicia: ¿Por qué veo tanto rencor hacia mi persona?

Úrsula: Nuestra última conversación iba de traición...¿Recuerdas?

Alicia: Zeta era mi tia, era evidente que estaba de su lado.

Úrsula: Los amigos también son familia, jugaste con todos nosotros durante año y medio, como una estudiante más y pasándote por tu hermana gemela, ¿Lo recuerdas Brisa?. - Le sonreí.

Alicia: No lo olvido, fue una etapa importante. - Le dije bromista. - Estuvo genial. - Me reí y ella me miró mal.

Úrsula: Siempre te he considerado lista y una zorra. - Me guiñó un ojo.

Alicia: Así soy, siempre tengo lo que quiero.

Úrsula: Menos a Berta.

Alicia: Si, ella ha sido la única que me ha salido mal, pero el tiempo pasa y sé que le gusto. - Me miró interesada. - Lo digo por el dia que la llevé al lago. - Me burlé de ella. - Oh, cierto, que tú no viniste. - Ella negó con la cabeza y empezó arreglar su mochila. - ¿Quieres saber que pasó?

Úrsula: No me interesa.

Alicia: Oh si que te interesa, te mueres por saberlo.

Úrsula: Sé que no pasó nada, nada que me sorprenda.

Alicia: Nos relvocamos. - Me miró de nuevo y le sonreí victoriosa. - Y nos besamos, besa muy bien, pero muy bien. - Le repetí.

Úrsula: Si, es verdad. - Se moría de rabia y me encantaba esta situación. - Es una pena que no llegarais a más, seguro que también es increíble follando. - Ambas Reímos.

Alicia: Tal vez, nos quedaremos con la duda, pero le podremos preguntar a Catalina en el futuro. - Ella sujetaba una botella de agua para meterla en su mochila, pero no llegó a su mochila, la reventó contra la pared, pues era de cristal.

Úrsula: Eres imbécil. - Vino hasta mi desafiante. - Me importa una mierda lo que haga Berta, lo que me digas relacionado con ella, así que deja de hablar de ella. - Reí, toqué su pelo y me dió un empujón con rabia. - Que te jodan, no me vuelvas a tocar.