Berta: ¿Podemos hablar?. - Me asusté, no me la esperaba.
Úrsula: Ahora no. - Miré a Sofia.
Berta: Vamos. - Creo que no me escuchó bien.
Úrsula: No.
Berta: Es importante. - Cogió mi mano, pero me solté.
Sofía: Nos vemos después. - Me miró y se fue, yo queria seguir hablando con ella.
Úrsula: No va a ser siempre cuando tu digas. - Me puse en pie.
Berta: Acompañame. - Suspiré y caminamos juntas, no sé donde me iba a llevar.
Úrsula: ¿Vamos hablar de lo mal que estás haciendo todo?
Berta: Hace dias que estás alejada, ni si quiera te he visto.
Úrsula: Si, estaba intentando asimilar que me acosté con mi hermana. - Ella me miró sonriendo. - Eso ya lo sabias ¿No?
Berta: Mira puedo decirte mil cosas, pero no voy a justificar nada, puedes torturarte por lo que hicimos, olvidarlo y superarlo. - Abrió la puerta del almacén donde guardabamos toda la verdura recolectada. Tras entrar la cerró y comprobé que estabamos solas. - O también puedes volver a repetirlo y seguir torturandote.
Úrsula: Cuando hicimos lo que hicimos, no sabia que eras mi hermana, ahora lo sé y no voy a volver a cometer ese error.
Berta: Úrsula...¿A quién quieres engañar?, llevas toda tu vida enamorada de mi, tus pensamientos no van a cambiar nunca.
Úrsula: Lo intentaré, lo que hicimos fue el mayor error de mi vida. - Ella comenzó a reir.
Berta: Oh venga, te derretias en mis manos
Úrsula: Tú lo has dicho, me derretia, pasado. - Le sonreí.
Berta: Entonces...- Se acercó a mi y volvía a erizarme la piel. - ¿Si te beso no me corresponderás?. - Puso sus manos en mis mejillas y las acarició, enseguida respondí sin pensar en lo que mi cabeza y corazón queria, puse mis manos en sus hombros y la aparté.
Úrsula: Te acostaste con Catalina.
Berta: A ver...Ella se me lanzó.
Úrsula: Tienes manos para pararla como lo acabo de hacer contigo.
Berta: Es difícil. - Negué con la cabeza.
Úrsula: Que te den, Berta. - Quise irme pero ella me cogió de la mano y tiró hacia ella, cai en su pecho y me besó en los labios, un beso tierno, suave de esos que tanto me gustaba de ella, de los que me derretia, no podía pararla.
Berta: No te he olvidado. - Me susurró, pero no queria que dejara de besarme.
- Ella se echó hacias atrás y se apoyó en la pared, yo me apoyé a ella mientras continuaba besandola y es que cuando la besaba no podía pensar, no podía reaccionar, no era yo. Llevé mis manos a su pantalón pero enseguida me detuvo, asi que subí con mis manos por su cintura y las metí debajo de su chaqueta y camiseta, tocaba su espalda, su vientre, su costado y alli noté algo, una cicatriz. Flashes en mi cabeza entraron como si fuera un bombardeo, recordando aquélla tortura con aceite, defensas eléctricas y muchas más. Me hice la tonta y levanté su camiseta, entonces vi una cicatriz algo pequeña pero larga en su costado, como cuando le clavé el machete aquél comandante y lo deslicé dentro, enseguida me separé de ella con miedo y la vi con esa sonrisa, sin preocupación, sin miedo.
Úrsula: ¿Como te has hecho eso?
Berta: No quieres saberlo.
Úrsula: Quiero saberlo...¿CÓMO TE HAS HECHO ESO?. - Le grité agitada, me estaba poniendo muy nerviosa.
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A 200 Nudos por ti
AcciónSegunda parte de "A 200 millas de ti", historia original y creada por Echo Helicon, con todos los derechos reservados y prohibido todo tipo de adaptacion o copia de esta historia, de lo contrario será denunciado.