*BERTA:
- Tenía varias cosas que hacer, pero antes, Octavia me iba a escuchar. Fui a su casa y entré sin llamar, vi a Úrsula que bajaba las escaleras.
Úrsula: ¿No te han enseñado a tocar?. - Preguntó molesta, pero la ignoré y entré en el despacho de su madre sin permiso.
- Octavia me miró de lejos, estaba de pie, bebiendo una copa de vino como toda una gran señora. Con ese vestido caro y brillante, unos tacones a juego, su pelo bien peinado y bien de maquillaje, no sé como le ha durado tanto el maquillaje.
Octavia: ¿No sabes tocar en la puerta?
Berta: Dame una sola razón para no matarte. - Me acerqué a ella muy molesta.
Octavia: No hay ninguna. - Sonrió feliz, no estaba nerviosa, se mantenía firme, de esas mujeres empoderadas, que nadie tumba a pesar de que ella no haga nada para defenderse.
Berta: ¿Por qué le cuentas mierdas a Emilia?¿Por qué quieres joderme?
Octavia: No le he dicho nada que sea mentira, Berta.
Berta: Contándole cosas la pones en peligro y lo sabes.
Octavia: Emilia no es de mi importancia.
Berta: Pero si la mía. - Le quité su copa y la dejé encima de la mesa, ella me miró algo molesta. - Escúchame. - Le señalé. - Yo no tengo culpa de que mi padre prefirió a Salomé, si, nací y tienes que lidiar con eso, pero yo no tengo culpa de los asuntos que te traes con él, el tipo muy imbécil nunca me ha plantado la cara, ni lo vi en la petrolífera, ni lo he visto desde el edificio, él huye de mi, me ha destrozado la vida, mató a mi hija y a mi marido, si decides seguir jodiendome como lo hace él, no voy a tener piedad contigo Octavia. - Le dije con rabia.
Octavia: Lo sé, eres una Lopéz y te da igual matar o torturar, sois todos iguales, todos los que llevan sus genes, sois iguales. - Agarré su muñeca y le apreté con rabia.
Berta: No soy igual que mi padre.- Me acerqué a su cara y le desafié con la mirada. - No estoy jugando a tus juegos Octavia, cada movimiento que haces rompe las paredes exteriores de este barco que tu has creado, si sigues jodiendome, yo voy a llegar hasta el fondo de tu motor y lo voy a destruir con mis manos. - Ella intentó soltar su mano, sé que le estaba haciendo daño, pero era agarrar su muñeca para no golpearla. - La próxima vez que decidas hablar mal de mi o que decidas cuestionarme, haré que todos te odien, que tu misma desees no haber nacido. - Ella chocó su frente con la mia y se pegó a mi nariz.
Octavia: No te tengo miedo, Berta, asi que sueltame. - Ella me dió un fuerte empujón con su mano libre y la solté. - Sé de lo que eres capaz, he visto como has matado delante de mi y no te ha temblado el pulso, agradece que tu hija está muerta por que se avergonzaria de ti. - Fui hasta ella y agarré su cuello, la empujé hasta la pared queriendo acabar con su vida.
Eloísa: ¡EH!. - La escuché correr hacia aquí. Pero apreté más fuerte el cuello de Octavia y vi como comenzaba a quedarse sin aire. Eloísa tiró de mi desde atrás y golpeó mi costado, la solté para cubrirme y Eloísa aprovechó para darme una patada bien fuerte en mi pie y tumbarme en el suelo, caí, pero enseguida me puse en pie, fui hasta Octavia para golpearla, pero Eloísa me miró a los ojos, se puso delante de mi sin miedo y sonrió. - ¿Vas a pegarme?¿Quieres hacerlo?. - Apreté mi puño, jamás le haría daño a Eloísa, miré detrás de ella y vi a Octavia intentando recuperar aire. - ¿Qué cojones te pasa Berta?
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A 200 Nudos por ti
AcciónSegunda parte de "A 200 millas de ti", historia original y creada por Echo Helicon, con todos los derechos reservados y prohibido todo tipo de adaptacion o copia de esta historia, de lo contrario será denunciado.