Capítulo 45: Traidora

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*CATALINA:

- Desperté antes de lo previsto y no me dió tiempo de llegar al baño por que comencé a vomitar, me desperté con un tremendo dolor de estómago y de todo, es propio de mi enfermedad, un día estás bien y otro casi para morirte, llevaba un buen rato vomitando y para colmo en el suelo, no me encuentro nada bien y siento como voy a peor cada vez, no sé cuanto me queda si no me opero, pero necesito saberlo...Después de un gran rato vomitando, tomé asiento en mi cama e intenté relajarme, me temblaba el pulso y me costaba sostenerme, necesitaba hablar con Kevin y que me haga las pruebas necesarias. Así que con dificultad me puse en pie y caminé, cogí trapos y papel y limpié todo lo que ensucié, después le daría con más ganas, pero ahora solo lo justo, me di una ducha, me puse ropa limpia y fui a los laboratorios, caminando muy lenta y con cuidado, ya que sentía que todo se movía. Al llegar vi a Kevin trabajando, para entrar en su sala debía ponerme el traje de protección, asi que desde fuera, para llamar su atención toqué en el cristal y cuando él me vió, salió.

Kevin: Hola, buenos días. - Dijo quitándose una mascarilla y dejándome ver su hermosa sonrisa.- ¿Qué haces aquí tan temprano?

Catalina: Necesito que me des alguna pastilla para los vomitos.

Kevin: Si te doy una pastilla para los vomitos o para tu enfermedad es como nada, no te hará nada, hoy estarás mal del estómago, pero mañana estarás peor del higado. - Sentí que volvía a vomitar y puse mi mano en mi boca y lo impedí.

Catalina: Pues dame algo por favor.

Kevin: Debo hablar con Lia. - Me molesté.

Catalina: Me encuentro fatal Kevin, por favor, después yo hablaré con ella, pero dame algo.

Kevin: Pueden echarme, debo vigilarte y protegerte, son órdenes de Lia, no puedo darte nada sin su consentimiento. - Me quejé.

Catalina: Joder, Kevin.

Kevin: Solo sigo órdenes.

Catalina: Será un trato entre tú y yo.

Kevin: Para eso tengo que ganar algo a cambio. - Sonrió y no me gustó.

Catalina: ¿Qué quieres?

Kevin: Una noche contigo, un vino y hablar, si quieres podemos cenar. - Ahora me daba igual lo que quisiera, pero necesitaba calmar mi angustia.

Catalina: Está bien, pero dame algo.

Kevin: Voy. - Entró rápidamente en la sala.

- Es increíble como se aprovechan de un mal momento y siempre quieren algo a cambio, nunca puedes confiar en nadie y claro que no confio en él, pero es el responsable en darme mis medicamentos y es el único que puede darme algo para el dolor. Ahora sé que le gusto y que quiere una cita conmigo y eso me da más pereza, él es guapo, un hombre atractivo, casi los cuarenta años, con una barba perfilada y unos ojos claros, un pelo algo largo y bien peinado, está fuerte y viste bien, solo le encontraba un pequeño fallo...Y es que estoy enamorada de Berta y él me repugna, bueno, me dan asco todos los que se me acerquen, pues solo quiero a una persona en mi vida.

Kevin: Toma...- Dijo viniendo hacia mi, me ofrecía una placa de paracetamol y unas botellitas de suero, esto era una mierda, pero me valdría.

A 200 Nudos por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora