—¿Hola?
—Maldigo, Nessa —la entonación de Diane es exagerada—. Maldigo al cutre curso de Ciencias de Laboratorio Clínico de tres al cuarto por no permitirme estar en ese partido y ver cómo pateabas aquellas nalgas de silicona de las guaperas de A&M.
Reprimo una risita para sustituirla por una amplia sonrisa.
—¿Eso significa que te gustó el partido?
—¿Bromeas? ¡Es la mejor cosa que he visto en ese canal de mierda!
No puedo. Me carcajeo a renglón seguido de sus afirmaciones, girando como un tamal sobre mi cama. La llamada inesperada de Diane ha subido mi moral.
—Y ni hablar de la Aggie que estuvo a greñas con esa Longhorn. ¡A que no estuvo mundial! —añadió con un ánimo impresionante.
—Fue abrumador, pero creo que fue la mejor cosa que pudo pasar para olvidar que Adler estaba junto a mí.
De inmediato lamento haber dicho eso. Un breve silencio se hace en la línea y el pánico cunde en mi interior. ¿Por qué siempre debo arruinar un buen momento?
—Nessa, ¿Adler estuvo en ese partido?
Trago saliva.
—Pues, sí. Fue a darnos apoyo.
—Y, ¿no te dijo nada?
Confundida, frunzo el ceño.
—No. No hablamos desde hace unos días. Sólo soltó unos tacos cuando pasó la riña y gritó como poseso cuando ganamos.
Otro silencio corta la conversación. Ya puedo sentir la inquietud revolviendo mi estómago.
—¿Me estás diciendo que Adler no te ha hablado? ¿Ni siquiera te ha vuelto a molestar o hecho alguna otra cosa frecuente de él?
Negué con la cabeza. No miento cuando digo que pienso en ello
constantemente.Diane entiende mi silencio. La escucho suspirar.
—Dia, ¿qué sucede?
Otro suspiro entrecortado anega la línea. Los huesos me tiemblan.
—Nessa, no es por nada, pero tú y yo conocemos a Adler de sobra —dice como si le costara explicármelo—. Y tú mejor que nadie sabes que él actúa y luego piensa, si es que se acuerda de ello.
—Lo sé muy bien, Diane. Pero aún así sigo sin entenderte.
—Me refiero a que, cuando Adler es distante con alguien, está planificando. ¿No crees que haga eso contigo?
Las palabras de Diane me hacen ver la situación con otros ojos. Unos que aclaran mis sospechas anteriores sobre la causa de la actitud de mi roommate.
Sacudo la cabeza y froto mi frente con una mano.
—A lo mejor.
—Pues escúchame bien, Nessa: Adler es impredecible, pero cuando se trata de su silencio, debes tener cuidado.
***
Adler:
Voy echando chispas.
Hace unos diez minutos que bajé del bus de las Longhorns en el campus y me dirijo al Jester Center, al piso de Joshua. El vehículo muy hermoso me ha
dejado a una buena distancia. Tengo la sensación de que, con cada paso que doy hacia delante, retrocedo trece atrás, haciendo mi destino más lejos.No puedo dejar de pensar en la basura que tengo en la mente.
Sí: basura. Todo se ha vuelto una basura en el momento que me senté al lado de Nessa. Todavía recuerdo cuando la tomé por la muñeca y me miró con expresión de haber visto un fantasma. Es obvio que me estaba evitando. Si no, ¿por qué me vería así? Sin duda alguna, esa no fue la cara que pone cuando se me queda
mirando como estatua de museo, a pesar de que ella no esté al corriente de que lo sé.
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Replay [1# Play]
Genç KurguNessa se ha mudado a Austin para comenzar la universidad y enseguida le va estupendo: es capitana del equipo de voleibol, tiene una amiga increíble, vive en un apartamento con wifi y sus notas son... regulares. Pese al abandono de sus padres, consig...