6:30 am.
Caracas suspiró entre sueños, el cambio de horarios había sido un martirio y después de varias horas intentando acostumbrarse a la nueva cama y a que no era de día sino de noche pudo quedarse dormido.
Que lástima que unas dos horas después estaba sonando una alarma que él no había puesto.
- ¿Qué coño de la madre es esa mierda? -. Abrió los ojos somnoliento, buscando de dónde venía el sonido
Cuándo giró, había un pequeño aparato encendido y sonando. Asumió que era un despertador pero ahora no sabía cómo apagarlo porque jamás había visto uno.
- ¡Apagalo, nojoda! -. Escuchó la voz de alguno de sus hermanos desde otra habitación.
- ¡No sé!
La puerta se abrió de golpe y entro Zulia con mala cara, el pelinegro se acercó hacia la mesita de noche y arrojó el despertador hacia la pared, haciendo a éste apagarse de inmediato.
- Listo.
- Lo dañaste, animal.
- Bien bello, pues. Pero lo apagué, ¿Vo' qué hicistei'?
Zulia se arrojó a su lado, prácticamente encima suyo para dormir.
- Hay que pararnos.
- Mamalo.
Caracas rodó los ojos, empujando al zuliano de encima suyo para sentarse en la cama y quedarse viendo la pared como por cinco minutos.
Despertó de su ensoñación cuando entró Barinas bostezando y estirándose -. ¿Ya vieron el uniforme? Yo no me voy a poner esa mierda.
- ¿Uniforme? ¿Aquí existe eso?
- ¿Es bonito? -. Zulia despertó mágicamente -. Anoche escuché que a Mérida le dieron uno de mujer kike porque parece una, no te digo yo.
Caracas frunció el ceño, recordando que él día anterior también lo habían confundido varias veces con una -. Ay no.
Antes de que pudiera salir corriendo Miranda venía arrastrando una caja con los pies -. No se preocupen, el jalabolas de Carabobo ya fue a cambiar el uniforme de jeva. Ahora que alguien vaya a hacer desayuno o les doy mierda pa' desayunar.
- Seguro fue a Caracas -. Barinas ignoró al más pequeño.
- Fue a Zulia y a Caracas, aquí están los nombres.
- Coñoe' su madre.
- ¿Quién habrá sido el trimardito sin oficio? Dame pa'cá esa vaina, yo me debo ver es bello con falda.
Carabobo entró con mala cara, el de colmillos lucía mucho más despierto que el resto y tenía varios paquetes en los brazos -. Miranda ya volví, que tenemos que estar con el montón de plastas de mierda allá abajo como a las siete y media. Y aquí están los pantalones más chiquitos que encontré.
- Gracias, jalabolas -. Zulia finalmente salió del cuarto junto a Barinas.
- Vístanse, Margarita dijo que Amazonas hizo empanadas y que si no vamos en diez minutos, comemos mierda.
Caracas suspiró cansado, escuchando a Zulia pelear en el otro cuarto por sabrá dios qué.
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Las aventuras de Caracas adolescente.
RandomEl liceo no es tan malo si tienes un montón de mariquitos como hermanos que viven detrás de ti como una cuerda de jalabolas porque no tienen oficio. → Statehumans AU, modismos venezolanos obvi, humanización y modificación de un montón de vainas ahí...