Cap11: El amor y sus variantes.

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Comenten, me siento solita aquí.
ಥ╭╮ಥ。( ⚈̥̥̥̥̥́⌢⚈̥̥̥̥̥̀)(ᗒᗩᗕ)

- Matemáticas me lo puede mamar -

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- Matemáticas me lo puede mamar -. Anzoátegui se quejó, alejándose de sus hermanos por miedo a un golpe -. ¿Qué coño? Yo ya sé sumar y restar.

El castaño empujó el cuaderno hacia el centro de la mesa molesto, cruzándose de brazos.

- Que diría el pure sobre esto.

- Diría que sí.

Caracas alzó una ceja y volteó a ver a Miranda -. Que sí qué.

- Que sí jodes, coño'e tu madre. Sigue haciendo tu webonada.

- Nawebona', tú si lo tratas mal a uno, vale.

- Dejen la malparia grosería, viven con un webo en la boca -. Amazonas les lanzó una borra molesto -. Anzoátegui y Monagas tienen que hacer la tarea de matemática, no hay excusa.

- Chico, cállate un rato -. Trujillo se escondió bajo la mesa un segundo después -. Era mentira, perdóname.

- Caga'o.

Todos se quedaron callados cuando un castaño claro y alto se acercó a la mesa con una hoja en la mano -. Mérida.

- Ottawa, te dije que no.

- Late, ya lo hice.

Táchira y Delta Amacuro se vieron con las cejas alzadas.

- Bueno, gracias -. Mérida solo agarró la hoja, guardandola en su cuaderno.

- Just thanks? [¿Solo gracias?] -. El canadiense se inclinó hacia adelante con una ceja alzada.

Sucre se ahogó con el agua, recibiendo palmadas de un sorprendido Apure en la espalda.

- Nos vemos después -. El venezolano se giró con las mejillas rojas por la vergüenza -. Ya vete, nojoda.

- See ya.

Ottawa no había caminado tres pasos cuando todos se empezaron a burlar del merideño y a darle empujones.

- Ya le voy a decir a mi apa que te coronaste un gringo.

- Y un gringo que está bien bueno, oyó -. Nueva Esparta empujó a Mérida de la silla -. Matón.

- ¿Ya tiraron?

- ¡Caracas! -. Gritaron todos al unísono.

 Gritaron todos al unísono

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Las aventuras de Caracas adolescente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora