Cap32: Que viva el amor a todo color.

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- Deja eso -. Venezuela reclamó, ajustándose los lentes de sol -. Lo sabía, colo. Mi propio hijo me traicionó.

- Parce, están comiendo.

- Traición, deshonra -. Venezuela murmuró -. Vergüenza, destierro.

- Jesús -. Colombia negó con la cabeza.

- Sí -. Venezuela negó decepcionado, observando a uno de sus hijos mayores almorzar con el enemigo -. ¿Sabes? Lo esperaba más de Caracas que de Maracaibo.

- Dele, pues. Yo me voy, me dio hambre.

- Ah, ¿También vas a almorzar con un gringo?

- Ay no, vaya a cagar.

- Bien bello, pues.

Colombia gateo hasta el final de las matas y salió como si nada a lo que Venezuela suspiró.

Cuando estaba sacando su teléfono para capturar la traición en cámara en caso de que Zulia intentara tratarlo de loco, escuchó una cámara sonar.

Se giró molesto, encontrandose con el enemigo mayor, que parecía estar en lo mismo que él.

- Éste es mi lugar, fuera.

- Éste es un país libre.

- Pues ésta mata no lo es, es mía.

- Eso no es muy socialista de tu parte.

- Cállate, mongólico.

Estados Unidos jadeó indignado, acercandosele más.

- Tu hijo engatuso al mío.

Venezuela boqueo indignado, frunció el ceño y se giró molesto -. ¿¡Mi hijo!?

- Sí, tu hijo -. Respondió como si nada.

- Pues . . . Sí, es verdad, ¿¡Hay peo!?

- Salvaje.

Los dos se quedaron en silencio, Venezuela seguía en su misión de espiar a Zulia y USA solo tragó saliva nervioso.

- Oye.

- No quiero, cállate la jeta.

- Pero. . .

- Que te calles que no te soporto, arrimate pa'lla.

Estados Unidos solo suspiró rendido cuando el menor se fue, aceptando la derrota.

Estados Unidos solo suspiró rendido cuando el menor se fue, aceptando la derrota

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- ¡Así te quería encontrar!

Mérida salto del susto cuando la voz fastidiosa de Caracas se hizo presente, Ottawa frente suyo solo rió, ignorandolo.

- Cari, ¿Qué haces aquí?

- Me dejaron solito y los encontré a ustedes, no sé reproduzcan frente a mi

Las aventuras de Caracas adolescente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora