El liceo no es tan malo si tienes un montón de mariquitos como hermanos que viven detrás de ti como una cuerda de jalabolas porque no tienen oficio.
→ Statehumans AU, modismos venezolanos obvi, humanización y modificación de un montón de vainas ahí...
Estaban esperando su vuelo a Nunca Jamás (nombre asignado por Zulia) aunque tenían que hacer un montón de escalas antes, lo que significaba sueño, hambre y ganas de matar a sus hermanos extra.
— Caracas, ¿Arepa o cachito?
Se giró para ver a Miranda, el pelinegro sostenía una tarjeta mientras lo miraba con cara de trauma —. Cachito.
— Arepa, entonces.
— Coño, pero —. Suspiró nuevamente, iba a ser inútil discutir con Miranda desde ya, mejor reservaba fuerzas para el camino.
— Cari, hermano bello —. Carabobo le rodeó los hombros con un brazo, con el otro le dio una chupeta —. Zulia y yo decidimos conseguirnos jevos gringos, te nos unes?
— ¿Recuerdas la historia en la que el pure dice que un gringo le escoñetó la vida?
— ¿Cómo que esa no es una historia para volvernos chavistas y odiar a los Yankees?
— Tal vez, pero él no es chavista —. Caracas alzó una ceja —. Mejor un ruso.
— Caracas, un ruso te parte en dos —. Carabobo rió —. Cinco mil soberanos a qué Zulia se tira a alguien primero.
— Fuego.
— Dejen de apoyar la puteria de Zulia de esa manera—. Táchira se sentó a la izquierda del más bajito —. ¿Tan poquito? Cinco dólares a que se tira a un gringo, se enamora y el gringo lo bota pal coño.
— Eso es cruel.
— Eso suena como la historia que nos contó mi papá.
— Ah, vaina. Todo eso es inventado, ¿Quién le partiría el corazón a mi apa? —. Táchira rodó los ojos ya —. Eso es como muy. . . Cliché.
— Esas cosas no pasan —. Carabobo empujó a su hermano mientras reía —. No estamos en una película, y Zulia es bien arrecho, no va a dejar que lo boten pal coño.
— Cachito, cachito, cachito —. Miranda apareció nuevamente, con un montón de bolsas en las manos —. Agarren pues, cuerda'e gafos.
— Ojalá tires con un gringo, te enamores y te bote pal coño.
— ¿Miranda tira?
— ¿Miranda tiene sentimientos?
— ¿Con un gringo? —. Miranda hizo una mueca —. Digo, mamawebos, ojalá les dé una diarrea trifásica y se mueran cagando. ¡Mira, Cojedes. Te compré un pepino, porque dijiste que dejaste tu consolador!
— ¡Naguara, Cojedes, no sabía que te gustaba que te dieran por el huequito!
— ¿Qué es pues? —. Venezuela negó con la cabeza decepcionado —. ¿Cómo se te ocurre dejar el vibrador?
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