Cap33: El pasado del que no hablabas.

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Zulia alzó una ceja cuando vio al sonrojado caraqueño entrar por la puerta, perdido en las nubes y sonriendo.

- ¿Qué te metiste?

- ¿Qué vaina e'? -. Caracas chasqueo ofendido -. Ahora uno está feliz y fue porque se metió una nota, no, Maracaibo.

- Dime una razón para ser feliz.

Caracas se tiró en el mueble, aún más sonrojado, con una risita extraña -. Vivir es increíble.

Miranda desde la cocina, alzó la cabeza horrorizado. Zulia se le acercó y le tocó la frente, tratando de confirmar si tenía fiebre -. Cari, ¿Tú estás bien?

- Mejor que nunca.

Miranda jadeó aún más escandalizado, llevándose una mano al pecho y comenzando a hiperventilarse.

- ¿¡Caracas, qué te pasa!? -. Zulia lo batuqueo por los hombros, asustado.

- ¿¡Qué les pasa a ustedes, vale!?

- ¿¡A nosotros!?

- ¡Ahora uno no puede estar feliz de vivir!

Mirada cayó de espaldas en el piso, temblando y Zulia lo soltó mientras se agarraba la cabeza.

- Voy a llamar al pure y le vas a decir eso mismitico y después vamos para la enfermería.

- ¡No me drogue! ¡Moscú y yo nos besamos!

Silencio.

Hubo en extraño silencio y luego Miranda se levantó del piso confundido. Zulia solo se sentó con una mueca en el rostro.

- ¿Qué?

Caracas se acostó en el mueble de nuevo, avergonzado.

- Nos besamos -. Respondió, amortiguando el sonido contra un cojín.

Zulia y Miranda se vieron con las cejas alzadas y sorprendidos, sin saber qué decir en realidad.

Zulia y Miranda se vieron con las cejas alzadas y sorprendidos, sin saber qué decir en realidad

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Para las dos de la tarde, todos estaban tensos. Menos Caracas, que estaba perdido en las nubes. La noticia de que Venezuela ya sabía sobre Zulia y Idaho se había espaciado por los dormitorios rápidamente, y el hecho de que el venezolano mayor no hubiera hecho acto de presencia en lo que iba de día, los tenía nerviosos

Zulia se mordió el pulgar nervioso, tratando de prestar atención a la película que le había puesto Barinas pata que se distrayera, pero no podía.

- Me lo hubiera cogido, vale, así la regañada iba a ser bien ganada.

Las aventuras de Caracas adolescente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora