El liceo no es tan malo si tienes un montón de mariquitos como hermanos que viven detrás de ti como una cuerda de jalabolas porque no tienen oficio.
→ Statehumans AU, modismos venezolanos obvi, humanización y modificación de un montón de vainas ahí...
Yaracuy tenía una intuición bastante aguda, y algo iba mal, definitivamente.
Recostó la cabeza del hombro de falcón que solo giró la cabeza y le beso el cabello, antes de volver a escribir. Estaban en la cafetería, Anzoátegui tenía una hora quejándose de unos aliños y Sucre hacia su tarea escuchando música, ninguno prestando atención a su alrededor.
— Me siento mal.
Todos dejaron de hacer lo que hacían para voltearla a ver, Sucre extendió la mano para tocarle la frente —. No tienes fiebre.
— No, no es malestar, solo mal ¿Saben?
— Ay yari, deja la vaina, duérmete un ratico.
— Pero es que de pana que algo va a pasar.
Falcón le pasó un brazo por los hombros para acostarla de nuevo —. Ya, ya, eso fue porque no dormiste.
— Es que no dormí porque me sentía mal.
Los otros tres se vieron confundidos —. ¿Tienes el periodo?
— ¡No!
— Shh, shh, tranquila.
— ¡No me trates como a una loca!
— Shh.
Gruñó molesta, recostandose en la mesa para ignorarlos. Cuando giró la cabeza hacia el resto de las mesas para intentar dormir un rato, una chica parecía estarles tomando una foto, desde lejos.
— ¿Vieron eso?
— Yari, es el sueño.
— ¡No! Nos estaban tomando una foto, una gringa, ya se va.
Los cuatro se levantaron rápido, Sucre se quedó sentado en la mesa totalmente confundido.
— Yo no ví nada.
— ¡Te lo juro por el pure que yo la vi!
Falcón y Anzoátegui se vieron fijamente alzando las cejas —. Yo creo . . . Que tienes que dormir un ratico, así chiquitico.
— Sí, por mi salud mental —. Sucre se volvió a poner los audífonos, ignorandola.
Yaracuy se molestó, agarrando su bolso y yéndose de la mesa.
— ¿Y ésta pa donde va?
— Ojalá y a dormi'
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Caracas iba casi saltando hacia el teatro para ver a su hermano y definitivamente la felicidad no tenía mucho que ver con durar una hora sentado viendo a Táchira.
Un 5% de su emoción quizá se debía a qué Venezuela, al no poder asistir a la obra por tener una especie de reunión de última hora de despedida, le mando dos paquetes de chocolate para que le diera a Táchira como felicitaciones.
