El liceo no es tan malo si tienes un montón de mariquitos como hermanos que viven detrás de ti como una cuerda de jalabolas porque no tienen oficio.
→ Statehumans AU, modismos venezolanos obvi, humanización y modificación de un montón de vainas ahí...
Washington come pacíficamente. Sin preocupaciones, sin ruido, solo él y su hamburguesa. Y justo cuando iba a dar el primer mordisco, alguien le dió un golpe fuerte a la mesa, la Coca-Cola salto, varias papitas se salieron de su envase y él, obviamente, se sobre exaltó.
— What the fuck.
— No me digas groserías.
Washington alzó las cejas sorprendido cuando el venezolano mayor se sentó justo en frente, abrió la boca un poco sorprendido al darse cuenta de que el país era mucho más bonito de cerca. Aunque estaba seguro de que telepáticamente le estaba cortando la yugular.
— Um, hi.
— ¿No sabes hablar español?
— No.
— Well, i do know how to speak English (Bueno, yo sí sé hablar inglés) —. Venezuela se inclinó hacia él.
— A-ah, sí sé hablar español, era una broma —. Sonrió nervioso, el venezolano alzó una ceja.
— Qué bueno, necesito hablar contigo.
— No puedo, tengo clases —. Mintió, sonriendo aún más nervioso.
— ¿De verdad? Yo te acompañó, hablamos en el camino.
Entró en pánico cuando el venezolano se empezó a levantar —. No es tan importante, hablemos aquí.
Venezuela se volvió a sentar y frunció el ceño —. ¿Qué impresión me estás dando como yerno? ¿Cómo confío en ti si me dices que las clases no son tan importantes?
— ¿Yerno?
— Andas con Miranda, no te hagas el loco.
— ¿Cómo sabe?
El venezolano se inclinó hasta quedar a centímetros de su cara —. Tengo ojos en todos lados, Washington.
Tragó saliva nervioso y le sonrió —. ¿De qué quiere hablar?
Venezuela volvió al asiento, viéndose las uñas —. ¿Moscú y Caracas son novios?
— No sé —. Venezuela le volvió a pegar a la mesa a lo que empezó a tartamudear —. D-de verdad no sé, se supone que Moscú es hetero.
— ¿Ottawa y Mérida son algo?
— No sé si ya formalizaron, pero están en algo eso sí.
— Tu hermano y Zulia, ¿Qué tienen? Y dime la verdad, Distrito Capital.
— E-eh, jaja, no sé qué son —. Antes de que Venezuela se volviera a parar, lo interrumpió — ¡En verdad! ¡No sé, no dicen nada! ¡Perdón por no saber!
— Última pregunta, entonces, ya qué tú no sabes nada —. Venezuela suspiró —. ¿Moscú y Shanghai fueron algo?
— Ah eso sí sé, señor, no fueron nada, a Shanghai le gustaba Moscú y él intento que le gustará también, duraron varios meses pero nada, y justo llegó Caracas y Moscú dejó de pasar tiempo con ella, y Moscú le cortó todo porfin —. Washington le sonrió —. Y Shanghai ooodia a los latinos, ella dice que usted le dañó el futuro a su mamá y por eso los odia, y siempre le ha hecho la vída imposible a los latinos pero desde que llegó Caracas se ensañó con él, es más, una vez lo encerró en un gimnasio, amarrado, toda la noche y solo —. Washington se inclinó sobre la mesa y le hizo señas con la mano de que se acercará, cuando Venezuela lo hizo, le susurro —. Y dicen por ahí que ella le pegó, no sé si es verdad, dicen por ahí.
Venezuela abrió los ojos sorprendido —. No sabía nada de eso.
—Ya lo sabe.
— Gracias Washington, eres muy confiable —. Alzó la mano para acariciarle el cabello y el estado unidense sintió que había ganado un premio —. Nos vemos.
— A la orden.
Venezuela se levantó y justo antes de irse se giró —. Tienes mi permiso.
— ¿Para qué?
— Para estar con Miranda.
Cuando vio que estaba prudencialemente lejos, recostó la cabeza de la mesa para gritar en silencio y darle golpes de felicidad. Cuando alzó la cabeza Ottawa lo estaba viendo con cara de disgusto.
— Shut up (Cállate)
— I didn't say anything ( No dije nada)
— But you thought of it ( Pero lo pensaste)
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