Caracas y Ciudad de México observaban cuidadosamente a la asiática mientras fingían almorzar. La chica se veía tan falsa y, en palabras del venezolano, era una sifrina tuqui.
- No manches, wey -. Ciudad de México se ocultó detrás del vaso de coca cola -. ¿Por qué te metes en estos líos?
- Marico, a mí me encantan los peos pero créeme que en éste no me metí voluntariamente -. Pegó la frente contra la mesa, frustrado -. Tengo dos días evitando a Moscú.
- No estoy seguro de que esa sea la solución pero bueno.
- Es que si me alejo de él, ella deja de tener la atención en nosotros, es muy obvio.
- Ya, ¿Y vas a dejar que te quite el ligue así porque sí? No mames.
- No soy yo -. Puso la barbilla sobre sus mano, desviando su mirada hacia Anzoátegui y Sucre que comían en una mesa al fondo -. Es mi familia, me preocupa.
- ¿Es por lo de tu papá?
- No solo por eso, no quiero que se preocupe más, no necesita nuestros problemas, mex -. Suspiró -. No quiero que piense que no podemos vivir sin él, siempre se arrecha por eso.
- ¿Cómo le explicas a tu papá, que lo primero que te dijo fue que no te metieran en líos, que una loca te quiere matar porque te metiste con su ligue? -. El mexicano rió, acariciándole el cabello al más bajito.
- Ni siquiera sé si sí son algo o qué coño.
- En mi humilde opinión, en vez de alejarte de él, deberías hablarle y preguntarle.
- Tu humilde opinión no sirve.
Caracas se levantó para ir hacia sus hermanos, tratando de no llamar la atención.
- Ay, wey.
Lara caminaba desprevenida por los pasillos, con hambre y con sueño, la noche anterior no pudo dormir bien y, para la mala suerte de todos, le tocó a Yaracuy hacer el desayuno.
Y no es que su hermana cocinara mal, sino que, la de cabellos azabaches cocinaba mal cuando estaba de mal humor y en las mañanas siempre estaba de mal humor.
- H-Hola.
Se giró confundida al ver interrumpido su hilo de pensamientos, viendo a un rubio caminar a un lado de ella -. Eh, ¿Tú eres?
- Soy Berlín -. El chico le sonrió tímido, extendiendole un cartel -. El otro día hablé con tu hermano pero no me prestó mucha atención.
- ¿Club de teatro? -. La venezolana leyó confundida -. ¿Me ves cara de payasa?
El alemán alzó las cejas desesperado -. No, no, no. Estoy buscando gente para el club, solo eso.
- Cuida'o pues -. Guardó el cartel en su bolso, divertida -. Voy a pensarlo, eh. . .
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Las aventuras de Caracas adolescente.
AléatoireEl liceo no es tan malo si tienes un montón de mariquitos como hermanos que viven detrás de ti como una cuerda de jalabolas porque no tienen oficio. → Statehumans AU, modismos venezolanos obvi, humanización y modificación de un montón de vainas ahí...