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A partir de ahí Ainhoa no pudo acercarse a él, algo que maldijo con todas sus fuerzas.

En cambio mira a esta qué juntita está... ¡¡¡Joder!!! –pensaba Ainhoa mientras los otros iban por delante y no paraban de reírse.
–¡Jajajajaja! Sí, costó mucho su búsqueda, pero mi padre era un aficionado a ello y bueno, se hizo más amena. Aunque para rescatar al desastre de él tuve que entrar por una ventana, ¡y me dio con el jarrón!
–¡Jajajaja! ¿Y qué pasó?
–Nada, que el jarrón era falso. Por lo que fue feliz.
–¡Jajajajajajajaja! Qué triste, pero divertido a la vez.
–A mí no me hizo ninguna gracia.
–Claro, pero porque eras el afectado. ¡Jajajajaja!

En un momento dado la chica le empezó a agarrar de la mano, y ahí sí: Ainhoa explotó. Mas cuando empezó a gritar acercándose, vio la reacción de Indy y se llenó de alegría.
–¿¡Qué intentabas!?
–Nada, yo sólo...
–¿¡Crees acaso que me voy a apartar de mi querida Neferet por ti!?
–Oye, ¡tampoco reacciones así!
–Paso, a partir de aquí vamos solos.
–No vas a aguantar ni un segundo sin ayuda.
–Claro que sí, vamos Ainhoa –dijo enfadado agarrándola de la mano.

Cuando todo parecía perfecto, de pronto algo hizo que Indy retrocediese.
–¡¡¡Hay serpientes por el camino!!!
    Fue escuchar eso para ir marcha atrás.
–¿Seguimos Sinara?
–¡Joder Indy! ¡Ya te protejo yo!
–Eh... Prefiero que vayamos los tres...
–¡¡¡Joder Indy!!!
–¡Jajajajajaja! –exclamó Sinara maléficamente. Indy no se dio cuenta, pero Ainhoa sí. Algo tramaba y no iba a dejar que nada le sucediese a su querido aventurero por nada del mundo, aunque por ayudarlo se volviesen a pelear.

Indiana Jones y Las Ruinas De Kowloon (The Walled City)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora