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Al día siguiente, se acercó a él. Quería aclararlo las cosas, aunque ya era demasiado tarde. Indy no le dirigía la palabra en ningún momento.

–¡Escúchame ¿quieres?!
–Vamos Sinara, creo que es por aquí.
–Crees bien doctor Jones.
–Soy todo un genio.
–¿¡Me escuchas o qué cabeza de chorlito!?

Oídos sordos, no contestó a nada de lo que le dijo durante el viaje, y para colmo de los colmos, Sinara y él estaban muy pegados. Demasiado, desde el punto de vista de Ainhoa.
–Ojalá te pudras asquerosa...
–¡Jajajaja! ¡Sinara! ¡Pero qué haces!
–Voy a ir a la tubería, ¡me he manchado entera!
–¡Normal! ¡Jajajajaja!

Tras el momento tan incómodo que tuvo que soportar viendo a la parejita feliz, se acercó a él.
–Indy, ¿podemos hablar?
–Ainhoa, he pensado que te puedes ir a casa. Ya sabes, estás embarazada, ¡no vas a poner al niño en peligro!
–¿¡Me estás dejando por una tiparraca!?
–Tú me dejaste a mí, cielo.
–¡Yo no te he dejado! ¡Yo te amo!
–¡¡¡No haberte acostado con otro!!!
–Es que no ha habido otro...
–No. Lo siento, pero... no te creo. Además yo no estoy aquí para líos amorosos, soy arqueólogo profesional, no puedo perder el tiempo en chorradas como
–¿Como qué, como yo?
–En chorradas como esta conversación –alzó el tono de voz.
–¡Indy!
–¡Voy Sinara!
–No, tú no vas –lo agarró de la camisa, estampándolo contra una madera.
–¿¡A ti qué te pasa!?
–Indy, ¡escúchame maldita sea!
–¡No pienso escuchar a alguien que me ha usado y engañado como si fuese un juguete!
–El bebé es tuyo...

En ese momento, nadie sabe el cómo ni el por qué, pero Indy la alzó sumergiéndola en un gran beso. Bipolar lo llamaban.
–¡Te amo preciosa!
–... Bueno, en fin, al lío que no me dejas aclararte las cosas. En este viaje me he dado cuenta de que... no sé, no me siento mujer, pero tampoco hombre y... me gustaría que me llamases Bellamy.
–¿Bellamy?
–Exacto. Ah, y que uses los pronombres elle/elles conmigo. Sino este bebé se va a casa sin padre, no hay problema.
–¿Bellamy de bella?

A Bellamy le salió una sonrisa, y él puso la guinda del pastel para recibir un beso.
–Yo te llamo como tú quieras, Bella.
–Bellamy. No empecemos.
–¡Me encanta tu mala leche! –exclamó alzándola.
–¡Suéltame!
–¡Jajajajajaja!

En ese momento, Sinara salió y al verlos juntos, se quedó sin habla.
–Ahora no es Ainhoa, es Bellamy, adjetivo de bella.
–Belle.
Avergonzado, se giró y le pidió perdón.
–Me va a costar, perdóname...
–No.
–Pues a la mierda todo.
–¡Jajajajajaja!
–No, qué lío. Para mí eres Ainhoa, lo siento –se quejó Sinara.
–Mira, te dejo que me faltes el respeto por no amarte y todo lo que tú quieras, pero quiero respeto hacia Bellamy o sino calle.

Sinara, enfadada y frustrada al haber perdido la batalla, se sentó a comer.
–¿Te he dicho que te amo Junior?
–¿¡Amas a Junior!?
–¡Junior eres tú tonto
–Eh, no. Si yo te respeto, tú a mí también.

Bellamy bajó la cabeza y dijo:
–Está bien... ¡Junior!
–¿¡A que no me caso con usted!?
–¿Y por qué me llamas de tú en cada cierto momento?
–Oh, no sé, le queda bien ser tan belle señorite.
–Ahora sí que sí, ven aquí.

Y con un beso muy muy largo (más dos horas intensas debajo de la tubería rota haciendo el amor), ambos se perdonaron. Sobre todo cuando Indy se quedó dormido.
–¡¡¡Joder Indy!!! ¡¡¡Siempre igual!!! –gritó Bellamy, se pudo escuchar por todo Kowloon e incluso a Sinara le salió una pequeña carcajada.

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⏰ Última actualización: Oct 04, 2021 ⏰

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Indiana Jones y Las Ruinas De Kowloon (The Walled City)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora