Era de noche, y al haber dormido antes Indy no tenía ni gota de sueño, por lo que fue a la cabina de mandos y se sentó en el asiento del copiloto para hablar con Abdula.
–Bonitas vistas ¿eh?
–Yes yes, very beautiful cheese –contestó sin saber qué decía.
–¿Qué tienes tú con el queso? –preguntó Indy extrañado.
–The cheese, yes yes, very beautiful.
–En fin…Sin saber cómo mantener una conversación coherente con ese señor, tras levantarse del asiento fue a la zona de pasajeros donde vio a Ainhoa durmiendo.
Sonrió y se sentó en el suelo viéndola dormir, era muy tierna y parecía tener mucho sueño. Así estuvo un rato sin quitarle el ojo de encima hasta que la dejó dormir depositando un beso en su frente antes de sentarse unos asientos más atrás.
Sin saber qué hacer, agarró el libro de Neferet y empezó a leerlo.
–Hace muchísimo tiempo, los egipcios… –Cerró el libro nada más ver lo gordo que era– Bah, esto es un coñazo.
Dejando el libro en su sitio, empezó a fisgar en la mochila de su acompañante. Estaba dormida y no se iba a dar cuenta.–Una cantimplora, libretas, bolis, pinturas, reglas, libros… ¿Y no le pesa? La hostia.
Sin parar de fisgar encontró un medallón, algo que le extrañó mucho hasta que abrió el colgante.
–Dos fotos de sus padres, jeje, se nota que es familiar… –dijo con voz baja y poco a poco se fue entristeciendo al recordar a su madre, aún no había pasado factura de aquel día– Ma… Mamá…
Sin querer ponerse melancólico, al darse cuenta de que sus ojos se estaban empañando, cerró el medallón rápidamente y lo guardó en la mochila cerrando la primera cremallera. Abrió la segunda, donde encontró algo interesante.–¿Una foto mía? Pero… ¿esta no la tenía en la mesi… Ay Neferet, qué fácil es pillarte. ¡Jajajajaja!
–Qué haces fisgando en las cosas de mi hija.
Al escuchar esa voz saltó del susto mirándole a él con bastante miedo.
–Pe-Pe-Perdone, no volveré a hacerlo, lo siento, yo…
–No sabes ni excusarte.
Por primera vez su inglés se entendía a la perfección, algo que le extrañó muchísimo.
–Oye, ¿y desde cuándo sabes hablar un inglés tan bueno?
–Siempre he sabido inglés, otra cosa es que no quisiera fardar de ello –contestó serio mientras Indy no sabía qué decir.De pronto, miró a la nada y se dio cuenta.
–Espera… ¿¡Quién está pilotando!?
Llegando rápidamente a los mandos del avión, empezó a mirar los botones muy nervioso.
–Me da que este es su adiós señor Jones.
–¿Qué?...
–Trabajo para el gobierno, lo siento.
Al escuchar eso, mientras Ainhoa seguía dormida, empezaron a pelearse mientras Indy controlaba el avión cuando podía para no estrellarse.
Los puñetazos no eran para nada leves haciendo que ambos sangraran, el arqueólogo pegaba más fuerte que él y eso también contaba al ser más joven. Mientras se peleaban, Indy intentó dialogar.–¿Por qué hace esto? –logró preguntar esquivando un puñetazo que le iba a dar en la cara.
–Porque es mi trabajo.
–Eso dicen todos y al final es una excusa para quitarme lo ganado.
Sin esperar ni un minuto más, agarró su cuerpo dándole en el estómago con su pierna y logrando dejarle débil tirándolo a la puerta aún no abierta.
–¿¡Y no piensa en su hija!?
–Si la salvo de ti, en un futuro me lo agradecerá.
–Me caía bien señor Neferet, me caía bien.Sin decir nada más apretó el botón que abría la puerta del avión. Abdula, a punto de caerse, se agarró a un mango que había a su derecha y agarró a Indy, que por suerte se agarró al mismo mango antes de caer del avión logrando gritar:
–¡Ainhoa joder despierta!
Sin resultado alguno, tuvo que darle otra patada en el estómago para lograr tirarlo del avión y cerrar la puerta rápidamente para ir a la zona de mandos.
–Cómo coño es esto…
–¿¡Qué haces aquí!?
–¡Por fin te has despertado! Tu padre era un traidor y he tenido que tirarlo del avión.
–¿¡Que has hecho qué!?A punto de matarle por lo que acababa de hacer, el avión se empezó a mover de un lado al otro al estar Indy en los mandos. No sabía cómo se pilotaba y se estaba estresando más de lo que estaba.
–¿Sabes pilotar?
–¡Por qué todas las chicas me hacéis la misma pregunta! –exclamó alterado.
–No sé, ¿¡porque estás sentado en el asiento del piloto moviendo los mandos!? ¡Digo yo ¿eh?!
–Ah, eh… –Tras un silencio donde sólo se escuchó el motor del avión, la miró sonriente – No ¿y tú?
–¡Quítate anda! –exclamó apartándole de los mandos.
–Ah, ¿tú sabes?...
–Mi padre sabe o sabía, –le miró mal e Indy sonrió con miedo– mi abuelo sabía, mis primos saben… ¿No voy a saber yo? ¡Anda hombre!
–Pues genial, así no saltamos en una balsa inflable… –murmuró recordando esa aventura, pero Neferet lo escuchó.
–¿Qué?
–Nada nada, ¡mira para adelante! –exclamó señalando la ventana delantera.
–¡Ya lo sé petardo! –contestó– Esto es un avión monomotor, por lo que sólo tiene un motor.
–¿Y qué quieres decir con eso?
Giró la cabeza y le miró sonriente.
–Que si el motor se estropea, estamos perdidos.
–Ay madre…De pronto empezaron a sonar ruidos extraños, y al ver que el motor se estaba parando ambos gritaron eufóricamente:
–¡Ah!
Cuando el avión empezó a descender descontroladamente, ambos fueron corriendo a la puerta y cuando ya estaba cerca del suelo, saltaron dados de la mano. Tuvieron suerte, el avión se estrelló contra una roca. Tras unos segundos después de escuchar el tremendo estruendo del avión explotado Ainhoa se levantó, donde empezó a preguntar por él al no verle.
–¿Indy?... ¡Indy!
–Ayuda…
Al escuchar eso fue corriendo a socorrerle; un trozo del avión le había caído encima de la pierna.
–¡Indy! ¡Indy!
–Estoy bien, tranquila, aunque creo que no puedo andar…
–Tranquilo, te la quito
Con todas sus fuerzas logró quitarle la pieza de encima, donde vio que no podían continuar su trayectoria al ver su pierna.
–Indy, estás sangrando…
–Ya, lo sé, no siento las piernas…
–¿Os podemos ayudar?
Al escuchar esa voz distinta pero ambos sabían cuál era, miraron a la derecha donde vieron a cuatro personas.
–Eh… Sí, ¿habláis inglés?
–Yes, we use it a lot.
–¿Lo usáis mucho? ¡Mira qué bien Indy, podemos conversar!
–Do you know where the neared hospital is located?... –preguntó Indy con bastante molestia por el dolor que estaba empezando a notar.
–¿El hospital más cercano? Sí sí, está a pocos kilómetros de aquí, os llevamos en coche.
–Muchísimas gracias. Venga Indy, aguanta un poco…
–Al final la que sale ilesa es la hija del que me quería matar, manda huevos…
–Indy, ¡que ellos te entienden!
–¡Pues que me entiendan!
Al verles riéndose como si no entendiesen nada, se miraron.
–No saben mucho inglés ¿no?
–Me da que no.
–Bueno, con que me lleven a un hospital y no a una frutería me conformo…
–¡Qué dices!
–¡Jajajajajajajaja!
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Indiana Jones y Las Ruinas De Kowloon (The Walled City)
Fiksi PenggemarCon la ayuda de Ainhoa Neferet, una joven pero experta historiadora, el famoso arqueólogo viaja hasta la ciudad desconocida de Hong Kong para encontrar la misteriosa muralla que marcaba el final de la ciudad compuesta por nada más y nada menos que q...