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Tras cuatro horas en el servicio, al señor Indy se le ocurrió la gran idea de salir. Estaba en la cama acariciándose el estómago, por lo que con un gesto de chasco fue a la cocina para dar de comer a la mujer hambrienta que se encontraba en la cama. Cuando llegó con los platos; los cubiertos; el vaso y las servilletas; Ainhoa cambió de expresión muy rápidamente.

–Qué es eso.
–Comida, ¿no tenías hambre?
    Neferet se colocó bien en la cama bastante nerviosa.
–Sí, pero...
–Pues ahí tienes comida.
–¿Por qué estás tan borde?
    No quería admitirlo, su egocentrismo le impedía decirlo, pero deseaba ser padre de un bebé de aquella historiadora.
–No estoy borde. Come y calla.

Sin nada más que objetar, salió de la habitación dejando a Neferet sola. Tenía dos: o comer o tirarlo a la basura. Optó por lo segundo, ya que con el embarazo se le estaba empezando a ir el apetito. Miró su estómago por segunda vez y empezó a acariciarlo hablando con el bebé que esperaba.
–Mini Henry, ¿qué vamos a hacer?... Igual cuando acabemos este viaje me voy a la otra punta del mundo, sí, será lo mejor, que no me vea... Dios, doy asco de tanto sudor... Ya pesas ¿¡eh granuja!? Ahora es cuando es niña –se dijo a sí misma– A ver, por dentro estoy feliz pero... no sé si fiarme de Indiana... Quiero decir, es un mujeriego y los mujeriegos por mucho que digan que van a cambiar no suele ser el caso, y dudo yo que este sea una excepción... No sé, ¿qué piensas mini Jones? –preguntó al bebé de su vientre, que lógicamente no contestó– Cuando estés vivo ya verás qué tabarra vas a dar, vas a ser menos plasta que tu padre pero seguro que algo heredas de él. ¡Jajajajajaja! A ver si tenemos suerte y heredas de su padre, Henry Jones Senior sí que es un buen progenitor por mucho que su hijo no lo admita.

No podía parar de acariciar su vientre, quería que naciese ya, no sólo por la carga que le suponía el tenerlo dentro de ella sino por las ganas de ver su aspecto; de tenerlo entre sus brazos. Por mucho que se separase de él lo tenía claro:
–Si es niño, Indiana o Henry Jones Junior Junior –Esto le dio una risa tremenda, empezando a llorar de la risa– Pero bueno, eso da igual, ya lo decidiremos... mini Jones.

Indiana Jones y Las Ruinas De Kowloon (The Walled City)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora