CAPÍTULO 27

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~ FIESTA DE A TRES ~

Abro lentamente los ojos, estoy en la misma posición en la que me quede dormida, levanto la cabeza y veo a Draco profundamente dormido, es tan hermoso, no sé cómo pero en el veo algo que nunca vi con nadie, a pesar de ser un idota a veces siempre logra sacarme una sonrisa y tranquilizarme en mis momentos en donde creo que todo irá mal.
Ya se estaba haciendo tarde para la fiesta así que decidí despertar a Draco, él se fue a su habitación a arreglarse y luego de eso llegó Ginny y Hermione a mi habitación, ya se hizo costumbre arreglarnos juntas en mi cuarto.
— ¿Qué tal me queda? — Ginny sale del cuarto de baño con un vestido rojo que resalta sus cuevas.
— Te vez hermosa — entonamos con Her.
Nos damos los últimos retoques y partimos a la sala común donde la fiesta ya había empezado, como siempre y era de esperarse cuando entramos todos quedan boquiabiertos, con las chicas somos especialistas en usar vestidos que con suerte nos cubren el trasero, Hermione es un poco más recatada pero aún así yo se que en el fondo le gusta ser observada por los demás. Nos acercamos a los chicos que ya están con un vaso en la mano con alcohol muggle, me siento en el regazo de Draco, él pasa su mano por mi cintura y hace que se me ponga la piel de gallina, no importa cuantas veces lo haga siempre estaré nerviosa con él como la primera vez.
— Estás muy sexy hoy princesa — susurra en mi oído.
Llevamos un buen rato bebiendo y como en cada fiesta es infalible el jueguito de Fred y George cuando estamos todos medios pasados de copas.
— Hoy el juego será un poco diferente chicos — replica Fred.
— Agh... qué estupidez — gruñe Draco.
— Relájate es solo un juego Malfoy — le doy un golpecito en el hombro.
Antes de empezar el juego llega Cedric, Cho, Pansy, Astoria y Zabini, con Astoria antes éramos buenas amigas, hasta que se cogio a Draco en frente de mi, desde entonces solo hablo con Zabini, bueno y de Pansy ni hablar, somos peor que el perro y el gato.

Ya estamos todos y el juego empieza, no entendí muy bien qué es lo que cambió esta vez solo que ahora no hay que enojarse porque el que se enoja pierde.
— Señorita Astoria, su turno ¿Verdad o Reto? — George se planta delante de ella.
— Reto — me lanza una mirada desafiante.
Fred y George se quedan viendo con una mirada de niños apunto de realizar una travesura.
— Intercambia el lugar con T/n — suelta Fred.
— Hey no jodas el reto es para ella no para mi — reclamo.
— Ah, ah, ah... dijimos sin enojarse — entonan los dos.
Lo quiero pero a veces son tan...
Me levanto de las piernas de Draco y paso por el lado de ella chocando su hombro.
Su vestido es tan corto como el mío incluso diría que más, tanto que cuando se sienta en su regazo el vestido se le sube dejando ver sus lencería negra. La sangre me hierve pero no le daré el gusto de dejarme fuera, tengo que tranquilizarme, Draco me dijo que no me haría daño nunca más, tengo que confiar en él.
— Bueno T/n tu turno ¿Verdad o Reto? — Fred y George ponen sus manos en mis hombros.
No tengo razones para hacer un reto, a la que quiero sacar del regazo de mi novio es a la perra de Astoria.
— Verdad.
Me hacen tomar un poco de veritaserum para asegurarse de que diga la verdad.
— ¿Es cierto que te acostaste con Harry?
Son unos hijos de... Molly no es por ti es por ellos.
— S-si.
Intento mentir pero es imposible, la poción nunca falla. Todos quedan boquiabiertos excepto los que ya sabían, en este momento doy gracias a Merlín de que Draco ya sabía. Aunque Draco sabía sobre eso no lo veo nada contento, su cara de odio hacia Potter es imposible de ocultar, los gemelos dieron justo en su maldito ego. Llegó el turno de Draco y no se porque tengo un mal presentimiento.
— Reto.
Su decisión me deja atónita, solo espero que los gemelos no empiecen otra vez con el maldito jueguito de la otra vez.
— Besa a Pansy.
Draco sin pensarlo dos veces quita a Astoria de su regazo y toma a Pansy hasta ponerla contra la pared y comenzar a besarla, la levanta y está pasa sus piernas alrededor de sus caderas, no puedo creer que Draco lo haya hecho de nuevo, esta al puto lado mío, está tan cerca que de un golpe podría hacer que se tambalee sin necesidad de moverme de mi puesto, noto como mis ojos comienzan a cristalizarse pero me prohíbo que me vean otra vez así por alguien, la T/n que aguantaba todo ya se murió y voy a hacer que Draco pague con lo que más le duele.Los turnos corrieron y por fin me toca elegir verdad o reto.
— Reto.
Draco me fulmina con la mirada, él quiere jugar... bueno pues entonces juguemos en serio. No hace falta darle una señal a los gemelos, ellos saben muy bien qué decir.
— Entra con Potter a ese armario — replica Fred.
Harry se levanta para venir a buscarme.
— Ah no claro que no — Draco se pone de pie y se interpone en su camino.
— Ah sí claro que si — lo hago a un lado. — Tu juegas bien yo también sé jugar Malfoy.
Harry me carga en su hombro y me lleva hasta el armario, ya dentro me baja y quedamos a centímetros de distancia.
— Harry no me mal entendidas, tu sabes que me gusta como lo haces pero yo no soy una puta desquiciada, no soy como las perras de Draco, si hice esto es solo para darle su merecido — bajo la cabeza.
— Te comprendo perfectamente T/n pero ese imbécil no te merece, mira lo que te hace, te trata como a una cualquiera, como a un objeto, hace lo que quiere contigo y tú se lo permites — me toma el mentón y me obliga a mirarlo.
— Ya no más.
Pasaron los minutos y ya llegó la hora de salir, Fred le pasa un poco de veritaserum a Harry.
— ¿Qué quieres que haga con esto? — mira con desprecio el frasco.
— Es obligación que te lo tomes.
Harry se encoge de hombros y lo bebe.
— ¿Que hicieron ahí dentro? — pregunta George.
— Nada.
Todos quedan sorprendidos como si estuvieran esperando otra respuesta.
— ¿Como que nada? — entonan los gemelos.
— Pues nada es nada, no hicimos nada y punto.
El juego terminó y los chicos comenzaron a bailar, la mayoría ya está borracho, los gemelos como siempre ofreciendo marihuana a todos típica fiesta en Hogwarts, llena de alcohol, drogas, sexo y... infidelidades ¿Infaltable no?. Draco no me ha dirigido la palabra en toda la noche, sus perras están en sus piernas mientras mueven sus caderas, ya ni siquiera me molesto, la sangre me hierve pero estoy tan borracha y drogada que solo me quedo ahí.
— ¿Cómo estás? — Cedric aparece detrás mío.
— De maravilla — digo en tono irónico.
— Es un imbécil, no fuimos los novios más perfectos del mundo pero a mi parecer la pasabas mejor conmigo — me da un empujoncito en el hombro.
— No es eso Ced, con Draco es diferente, pero si es verdad que contigo no sufría, eres muy buena persona, eres amable y atento, lo que cualquier chica pide en su vida, solo espero que no engañes a Cho, se que no nos llevamos del todo bien pero creo que nadie se merece que le rompan el corazón, además hacen linda pareja — esbozo una sonrisa forzada. — Descuida estaré bien, ahora mejor ve con tu chica si no me asesinara con la mirada — digo señalando a su novia con un gesto.
— Sabes que para cualquier cosa aquí estoy para ti T/n.
Le sonrió antes de que vaya en dirección a su novia, a los pocos segundos llegan Fred y George.
— Qué tal princesa — George pasa su brazo por mis hombros.
— No tienen idea cuanto los odio, pero creo que solo me hacen ver la verdad... y la verdad es que Draco Malfoy es un maldito mujeriego al que no le importa nadie más que no sea él.
— Tenemos la solución para esto, ven acompáñanos.
Sin oponerme los sigo hasta la Habitación de Fred en Gryffindor, nos sentamos en el sofá frente a la chimenea y George saca un porro gigante.
— Creo que estoy lo suficientemente drogada chicos — tiro la cabeza para atrás apoyándome en el respaldo del sofá.
— Es que no has fumado de este — añade George.
— Lo estábamos guardando pero creo que está situación lo amerita — Fred completa la frase.
Le doy una gran calada al porro dejando que el maravilloso humo inunda mis pulmones, puedo sentir cómo todo gira a mi alrededor, pero se siente bien, por un momento olvidó todos mis problemas, los chicos me entregan el porro y sin darme cuenta lo termino.
— Wow Selwyn, deberías juntarte más con nosotros, no la pasarías mal — susurra Fred en mi oído.
— Bueno creo que ya es tarde — replica George.
Antes de que se levanten pongo mis dos manos en sus pechos impidiendo que se vayan.
— ¿Alguna vez han hecho un trío? — los quedo viendo de forma morbosa.
— Por qué no preguntaste antes T/n — Fred me toma por la cintura para montarme en su regazo y comienza a besarme.
George se coloca detrás mío y comienza a levantarme el vestido hasta sacármelo por completo, fácilmente desabrocho mi sostén y comienzo sacarle la camisa a Fred.
— Vayas tetas que te cargas T/n — jadea Fred.
De pronto George que ya está completamente desnudo me carga en su hombro y me da una nalgada, me lleva hasta la cama y me deja en ella suavemente. Puedo sentir el peso de su cuerpo sobre el mío, hace un trazo de besos desde mi vientre hasta mi cuello dejando un rastro de chupetones, de un solo movimiento brusco me quita las bragas y roza su pene con mi feminidad, Fred llega intercambiando lugar con George y me da vuelta dejándome en cuatro, me toma por las muñecas y las amarra con un cinturón dejándome a su merced, George se coloca debajo mío y comiendo a chupársela.
— Tu lengua hace maravillas T/n... me estás haciendo ver estrellas — jadea.
Sin previo aviso Fred me penetra haciéndome sentir cada uno de sus centímetros, se nota que son gemelos, los dos lo tienen igual de grande.
— O-oooh... Mier-mierda — logró decir entre gemidos.
Fred y George cambian de lugar y George me hace gritar al igual que como lo hizo Fred, mierda me siento en otro universo, esto era justo lo que necesitaba.
— Eres maravillosamente perfecta Selwyn — George me jala del pelo.
Sus embestidas son más bruscas que las de Fred, son más salvajes, eso me hace recordar a Draco y su maravilloso sexo, el líquido espeso de Fred en mi boca me hace olvidar lo que estaba pensando.
— ¿Qué harás con eso? — me toma por el cuello.
Sin pensarlo me lo trago todo, ya estoy en el orgasmo y George hace que grite su nombre, mis piernas tiemblan y siento que en cualquier momento me desplomare, me vengo al mismo tiempo que George me sigue penetrando, puedo sentirlo entrar y salir por mis paredes cada vez más rápido, George al fin acaba y sale de mi, me desplomó en la cama casi sin aliento.
— Alguien me puede desatar por favor — digo boca abajo casi en un susurro.
Fred me da una nalgada haciéndome pegar un pequeño grito y procede a desatarme, me siento en la cama y comienzo a frotarme las muñecas lastimadas por el forcejeo. Ellos se recuestan a los costados de la cama y yo hago lo mismo pero quedando en medio de ambos.
— Son todos unos salvajes ustedes dos.
— Te dejamos muerta he Selwyn — reprocha George.
Pongo los ojos en blanco y cierro los ojos para descansar pero sin darme cuenta me quedo dormida.

UNA HISTORIA DIFERENTE (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora