CAPÍTULO 44

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~ ¿TAN ESTUPIDO ME CREEN? ~

Es sábado por la mañana, aún no es la hora del desayuno, he estado toda la semana intentando hacer que Harry y los demás me digan que es lo que ocultan pero lo único que hacen es decirme que no ocultan nada y al instante cambian el tema, no he visto a Malfoy desde esa tarde en mi habitación, Harry me ha mantenido lo bastante ocupada como para toparme a Draco por ahí, por alguna extraña razón siento una cierta atracción hacia él, lo que encuentro raro y absurdo ya que no lo conozco y no sé si quiero conocerlo, no después de todo lo que me han dicho los de mal, que es mimado, un idiota, un imbecil, sobretodo imbecil, y ese tipo de cosas, también me han contado algunas cosas que le ha hecho a otras chicas y esas cosas fueron suficientes como para querer estar lejos de él pero aún así la necesidad de desenmascarar la cara tras esos ojos gricescos y ese pelo rubio se hace cada vez más intensa.

· Draco Malfoy ·

El asqueroso pelo negro de Astoria está pegado a mi rostro, anoche lloriqueó como una hora para que la dejara dormir conmigo; odio dormir con gente, odio compartir mi cama, a la única persona a la que dejé dormir conmigo en mi cama fue a T/n, pero eso se acabó; dormir con ella era tan placentero, podía descansar bien, no tenía tantas pesadillas y despertar y verla mirándome con esos ojos esmeralda me llenaban, cada vez que la miraba a los ojos sentía paz y tranquilidad... y también quería metérsela hasta hacerla llorar.
— Mmm... — se quejó la pelinegra a mi lado.
Que fastidio... Primera y última vez que la dejó quedarse conmigo, estuvo toda la noche tratando de abrazarme, me arrinconó al costado de la cama hasta que tuve que ceder o sino me iba a terminar cayendo de la cama si seguía corriéndome. Son casi las ocho y media de la mañana y por más que quisiera estar recostado hasta tarde para aprovechar mi sábado de descanso no aguanto ni un segundo más en esta cama con Astoria; decido levantarme, lo hice de una manera tan brusca que desperté por completo a Astoria, la verdad no me interesa en lo más mínimo, solo quiero que se largue de aquí.
— ¿Pasa algo bebe?
— Ya quiero ir a comer, será mejor que vayas a tu habitación antes de que alguien venga.
No se me ocurrió una excusa mejor.
— Está bien, pero luego volveré para que bajemos juntos al comedor-
— Antes tengo que hacer algo, tú adelántate, te veo al rato — respondí.
Su cara de disconformidad se nota a kilómetros pero sabe muy bien que pelear conmigo es en vano; sin más salió de mi habitación para al fin dejarme solo.
— Bien... es hora de averiguar qué es lo que trama Selwyn y sus malditos leones — dije para mi.

Esta es la hora en la que T/n y los dragones salen para la caza de la mañana, todos los sábados ella sale a volar con ellos, normal que su patronus sea un dragón, le encantan y eso es poco, yo creo que si pudiera ser uno lo sería, solo le falta querer ser un animago y ya tendría todo el pack completo. Estoy completamente decidido a averiguar porque me olvido si es que es así, ayer me la creí, todo parecía muy real y ella parecía estar convencida de que no me conocía, nunca por más enojada que estuviera me había apuntado con su varita, pero también considerando todo lo que ha pasado entre nosotros no me parece tan extraño, estuve casi toda la noche pensando en ello y llegué a la conclusión de que está fingiendo, es imposible que me haya olvidado así como así... a menos que... no pero eso es más imposible aún, además no lo puede hacer sola, necesita ayuda de alguien más para ese encantamiento y estoy casi seguro de que Potter y los demás no serían capaz de ello.
— ¡Ahora!
De pronto escuche su voz, venía de entre los arbustos, y ahí estaba ella con su cabello perfectamente peinado, unos jeans que resaltan las curvas de su enorme trasero y una sudadera color negro que aunque era holgado podría ver sus maravillosas curvas por encima de él. Por accidente pise una rama causando el ruido suficiente para que ella se diera cuenta de que había alguien detrás de ella, con agilidad se giró y apuntó su varita hacia mi.
— ¡Hey! Tranquila, solo soy yo — dije levantando las manos.
— ¿Y se supone que debería bajar la guardia? — dijo sin despegar la mirada de mi.
— Nunca te lastimaría físicamente.
Dije físicamente porque sería hipócrita no decirlo considerando todo el daño psicológico que le he hecho en el pasado.
— No me consta, no es normal colarse en la habitación de tus compañeros de clase y verlos dormir — encaró una ceja.
— No te iba a lastimar, sabes que verte dormir me causa paz.
¿Qué mierda acabo de decir?
— Eh... no, no lo sé, porque como te he dicho miles de veces no te conozco y no me conoces, o quizás eres un psicópata que me ha espiado todo este tiempo y yo no me he dado cuenta.
— T/n ya no tienes que fingir-
— Y también te he dicho mil veces que no estoy fingiendo, yo no sé quién demonios crees que soy peor créeme que estás muy confundido amigo.
— Ay por favor, ya basta de este jueguito.
— A ver Malfoy creo que tu cabeza rubia te está afectando al cerebro, NO-TE-CONOZCO, no sé quién eres, no tengo recuerdos de ti por lo que me conlleva a decir que no te he visto en mi puta vida quitando estas semanas en las que nos hemos topado más de lo normal, si no fuera porque tiré mis libros chocando contigo no sabría ni cómo te llamas, así que hazme el favor y no insistas más en que es un juego o que estoy fingiendo porque no es así, yo no te conozco y no sé si quiero conocerte, no después de todo lo que me han contado sobre ti.
— ¿Qué? ¿Quién te ha hablado de mí? ¿Y qué te han dicho? — me acerqué a ella pero retrocedió al instante. — ¿Me tienes miedo?
— No lo sé... ¿debería? — dijo casi en un susurro.
— No... — musité y no estoy seguro de si me escuchó.
— Mira, no se quien eres, por favor aléjate de mí, no se quien crees que son pero te aseguro que no soy esa persona.
Ella no está mintiendo, ella no me conoce, no sabe quién soy, ni siquiera se si ella sabe quien es ella, supongo que sí porque responde a su nombre; volví a sentir ese vacío interminable en mi estomago, ese nudo en mi garganta se intensificaba tanto que sentía que me faltaba el aire, la única respuesta a esto es el encantamiento Obliviate y ella no puedo hacerlo solo, solo hay una persona la cual se perfectamente quien es que pudo haberla ayudado en esto; ese hijo de puta me las va a pagar.
— Oye ¿Estás bien? — tenía cara de preocupada.
— ¿Qué? — dije desconcertado ya que me había sacado de mis pensamientos.
— Te pusiste pálido, más de lo que eras — dijo con un tono de seriedad pero a la vez con una pizca de broma.
No sabía que tan mala estaba hasta que ella me preguntó cómo estaba, ni siquiera puedo imaginar que tan drástico cambio mi rostro, si por dentro me sentía devastado y vacío, con rabia y enojo, por fuera estaría expresando todo eso al mismo tiempo en cuestión de segundos.
— Si, tengo que irme — me di la vuelta.
Ella no dijo nada, tampoco esperaba que lo hiciera, no tendría por qué, después de todo soy un desconocido para ella...

Llamé a la entrada de Gryffindor con tanta furia que hasta la Señora Gorda se asustó y me dejó pasar sin más, cuando entre estaba ellos ahí sentados como si nada.
— ¡¿Qué mierda haces aquí Malfoy?! — dijo Potter mientras se levantaba del sillón y se acercaba hacia mí.
Apenas estuvo a escasos centímetros de mi le di un combo tan fuerte que hizo que le comenzara a sangrar el labio.
— ¡Eres un maldito hijo de puta Potter! — exclame.
— Wow, alto ahí Malfoy — Weasley se puso delante de mí.
— Quítate Weasley —dije entre dientes.
— No te tengo miedo serpiente — me provocó.
Me iba a abalanzar sobre él pero Granger me lanzó lejos con un hechizo.
— Vete Malfoy, no tienes nada que hacer aquí, ya no eres bienvenido — dijo ella mientras me apuntaba con su varita.
— ¡¿Ah no tengo que hacer nada dices tú?!
Cada palabra que decían aumentaba más mi odio hacia ellos.
— Pues te informo que si tengo que hacer algo aquí, algo que debí haber hecho hace mucho tiempo y eso es asesinar al imbécil de Harry Potter.
— Das un paso más y te juro que te hago cenizas — amenazó.
— Apuesto a que ustedes también son cómplices de esto, son todos unos malditos — bufé.
— ¿De qué hablas Malfoy?
— ¿De qué habló? Si es que no pueden ser más hipócritas y cínicos, me dan asco, los tres; y pensar que en algún momento pensé en llegar a considerarlos amigos, esto me ganó por confiar en leones y estúpidos Gryffindor como ustedes — escupí. — Les refrescó la memoria, ¡T/n!
Se miraron entre ellos como si su peor miedo se estuviera haciendo realidad.
— ¿Que tiene que ver T/n en esto? — preguntó Potter mientras tragaba saliva.
— Yo te diré que tiene que ver ella en todo esto, así como por arte de magia ella dejó de recordarme, al principio pensé que solo estaba fingiendo y jugando una mala broma para sacarme de mis casillas, luego pasaron los días, las semanas, y resulta que ahora hasta me tiene miedo porque piensa que soy un psicopata que la ha estado espiando y que por eso de cosas sobre ella, fui ahí cuando dije, mira qué coincidencia que justo exista un encantamiento desmemorizante llamado Obliviate; ¿Cuánto más creyeron que me tragaría su jueguito? ¿Creían que no me daría cuenta de que T/n me ha olvidado por completo? ¿Tan estupido me creen? Déjenme decirles que o me explican ahora qué demonios hicieron y cómo fue qué pasó todo esto o les juro que los mate a todos ahora mismo.
— Malfoy cálmate, este no es un buen lugar para hablar-
— Ah, ahora si quieren hablar, mira Potter mucha paciencia he tenido ya, hablan ahora o no me interesará que pase con ustedes en los próximos minutos.
— Está bien pero por favor vamos a otro lugar, T/n podría llegar.
Dijo Potter y yo asentí, sabía que nada bueno saldría de esto y que cada palabra que dijeran solo me harían querer asesinarlos aún más; ya basta de mentiras y de falsedades, es hora de la verdad y más les vale decirme todo porque no sé si pueda seguir controlándome...

UNA HISTORIA DIFERENTE (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora