CAPÍTULO 24

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~ MALDICIÓN CRUCIATUS ~

Siento un dolor de cabeza horrible, intento levantarme pero siento como alguien me vuelve a recostar.
— No mi niña, quédese recostada — la profesora Sybill se sienta frente a mi.
— ¿Qué pasó? — me tocó la cabeza con una mano.
— Te desmayaste y te pegaste en la cabeza — aparece Hermione detrás de la profesora.
Por un momento olvidé por qué estábamos aquí, recuerdo que cuando llegamos al despacho de la profesora yo entré solo eso recuerdo.
— ¿Por qué me desmayé? — intento sentarme.
— Debe ser por una baja de tensión arterial, es común en los embarazos, sobretodo si la madre es joven — Sybill se entrega un vaso de agua.
— ¡¿Que?! — está mierda no me puede estar pasando. — Como que embarazo — me levanto de golpe.
— Por lo que vi tienes poco más de un mes de embarazo señorita — la profesora se levanta y se dirijo a su escritorio.
— Nonono, no puedo estar embarazada — replicó mientras me acerco a ella.
— Mi niña mía visiones no fallan — se sienta.
— Obliviate — Hermione le lanza un hechizo a la profesora.
— ¿Pero qué diablos hacer Hermione? — me vuelvo a mirarla.
— Hola, ¿En qué puedo ayudarlas? — ahora la profesora no recuerda nada.
— Lo siento nos equivocamos de despacho — Hermione me toma de la mano y me saca de ahí.
Vamos de vuelta a Gryffindor, Her me explico porque lo hizo, se supone que no deberían pasar estas cosas en Hogwarts sería casi la expulsión de los involucrados y el problema es que somos cuatro los involucrados. Llegamos a mi habitación y encuentro a Hagrid armando la terraza para Eldrax, la pared está casi abajo y hay trozos de cemento volando por toda la habitación.
— Llegas justo a tiempo T/n, quería tu opinión sobre esto, prefieres tener una puerta para que Eldrax meta la cabeza o solo para que tú puedas entrar y salir — él está tan entusiasmado con esto que no puedo dejarlo tirado.
— Sería lindo que él pudiera meter la cabeza — contesto.
— ¡Perfecto! — se ve tan feliz, ama usar la magia pero lo tiene prohibido.
— Hagrid te molesta si vuelvo en unos minutos, tengo que hablar algo con Hermione
— Para nada, no se preocupen por mí, pero no me dejes solo necesito más opiniones sobre la remodelación — nunca había visto a Hagrid tan entusiasmado.
Salimos de mi habitación y nos quedamos en el pasillo, cuando cierro la puerta siento un vacío dentro de mí, no sé ni qué pensar sobre esto, estoy totalmente desconcertada, como pude ser tan estúpida de haber olvidado las patillas.
— ¿Sabes cuál de los tres es el padre? — susurra para que nadie la escuche.
Niego con la cabeza y me apoyo en la pared, no quiero tener un hijo, odio a los niños, nunca me han gustado los bebés, no serviría para ser madre, prefiero mil veces cuidar a un Duendecillo de Cornualles.
— T/n tienes que decirles, no puedes tú sola con esto — pone su mano en mi hombro.
— No... no le diré a nadie porque no va a haber bebé — replico.
— ¿Cómo? — ella se separa de mí y queda mirándome con cara de confusión.
— No pienso tener a este bebé Her, tengo cosas más importantes por las cuales preocuparme — no sé cómo lo haré pero no tendré a este bebé. — Hermione tú debes saber de algún hechizo, alguna posición o algo para no tener al bebé, por favor tienes que ayudarme, yo no quiero un hijo, sería la peor madre del mundo. Solo mirame, cuido de un dragón, no nací para cuidar niños — solo espero que Her tenga alguna idea.
— Hay algo, pero nunca lo he intentado y mucho menos sé si funcione.

Hermione me explico lo que se puede hacer, ella lanzará la maldición cruciatus pero no directo a mi sino que a mi estómago, prácticamente hará que me retuerce de dolor hasta que el feto no aguante más, pero es la única forma de hacerlo, o por lo menos la única forma en la que podemos hacerlo sin pedir ayuda a los profesores, ellos les contarían a mis padres y no se si estoy preparada para eso. Antes de hacerlo ayudamos a Hagrid con las remodelaciones, quedó muy hermoso todo, ahora tengo una gigantesca terraza donde puede dormir Eldrax sin necesidad de irse del castillo, Hagrid dijo que con el tiempo tendría que buscar otra cosa, los dragones tienen ciertas necesidades.
Cuando Hagrid se va con Hermione nos preparamos para realizar la maldición, no puedo creer que esté haciendo esto pero es la única forma, y no estoy dispuesta a cuidar bebés gritones.
— ¿Lista?
— S... — pienso un segundo antes de contestar, no sé si debería decirle a los chicos antes, ni siquiera se cual de los tres es el padre, esto me pasa por no pensar bien las cosas. — Si.
Veo como Hermione apunta su varita hacia mi vientre, está temblando y su respiración se corta, cierro los ojos y aprieto con fuerza, escucho un suspiro de parte de ella antes de lanzar el maleficio.
— Crucio.

• Draco Malfoy •

Llevo horas esperando aquí en Gryffindor, Potter y Weasley me han mirado con cara de culo todo el tiempo, desde que T/n y yo terminamos volvimos a odiarnos como antes, la verdad no me importa, entre nosotros siempre habrá resentimientos, en este momento solo puedo pensar en que es lo que le pasa a T/n ya a salido corriendo dos veces con ganas de vomitar, de seguro los gemelos le gastaron una broma, de pronto Hagrid nos saluda y pasa de largo, venía de la habitación de las chicas, vi pasar a T/n dos veces y ninguna de las dos se ha dignado a decirme qué pasa, y tampoco es como que pueda ir y preguntar porque Potter no para de fulminarme con la mirada y si realmente quiero recuperar a T/n tendré que son lo menos conflictivo posible.
— ¿No tienes algo mejor que hacer Potter? — le lanzo una mirada asesina.
— Nada es más importante que T/n — se cruza de brazos.
— ¿Por qué tanto apego con ella de repente? Ella nunca cogería contigo Potter — las palabras salen solas de mi boca.
Él pone una sonrisita y su estúpida cara como si yo estuviera equivocado con lo que estoy diciendo.
— ¿Cogiste con ella Potter? — me levanto y me acerco hacia él.
— Eso no te incumbe Malfoy — se acerca haciéndome entender que no me teme.
Hijo de...
— ¡Maldito imbécil cogiste con ella! — grito y lo empujó con fuerza.
— Tu ya no estabas con ella Malfoy, tú la engañaste y cogiste con otra, ella lo único que quería era olvidarse de ti
— Mentira — me niego a creer lo que dice Potter.
— No Malfoy, T/n te odia y lo único que quiere es estar lejos de ti y olvidarse de que estuvieron juntos, y yo la ayude a eso, si hubiera estado un poco más con ella lo hubiera logrado, tú no la mereces Malfoy, ella es mucho para ti-
— ¡Cállate Potter! No tienes idea de lo que dices, T/n y yo nos amamos y tu no te vas a interponer es eso, ya la recupere y no pienso soltarla — lo tomo por su suéter con fuerza pero él me empuja.
Empuño mi mano para darle un golpe pero antes de tocar su cara escucho los gritos de T/n, con Potter nos quedamos mirando unos segundo y luego corrimos hasta su habitación. Cuando llegamos la puerta está cerrada, intento abrirla con un hechizo pero es inútil, los gritos de T/n hacen que aumente la desesperación por saber qué pasa.
— ¡T/n! — gritó para que me escuche.
Potter no para de patear la puerta para lograr abrirla, Weasley solo se queda ahí viendo sin saber qué hacer.
— ¡T/n! ¡¿Qué pasa?! — a Potter se me ve igual de desesperado que a mi.
— No... ¡AAAH!... No entren — ella grita del otro lado mientras se queja.
Sus gritos son tan desgarradores que hacen que se me estremezca la piel, se que hacer esto probablemente llame la atención de muchos pero ya no me quedan ideas.
— Bombarda — cuando lanzó el encantamiento la puerta cae y lo que veo me deja paralizado.

• T/n Selwyn •

El dolor es insoportable, ni siquiera puedo pensar, me retuerzo de dolor mientras Hermione llora.
— Lo siento T/n... perdóname — sus lágrimas caen por sus mejillas y se las seca con la manga de su chaleco.
— N... no pares — logro decir.
No puedo evitar gritar, siento como si mis huesos ardieran y como si mi cabeza estuviera apunto de partirse en dos, mis ojos dan vueltas como locos, de pronto siento como empieza a caer sangre por mi entrada. Antes de que pueda decirle a Hermione que pare escucho las voces de Draco y Harry fuera de mi habitación, a duras penas grito que no entren pero no logro convencerlos, oigo cómo golpean la puerta con fuerza, Hermione no dice nada, está muy concentrada en el encantamiento, sabe que si se desconcentra podría causarme más dolor. De un momento a otro hay una explosión y la puerta de mi habitación cae.
— ¡Pero qué demonios pasa aquí! — exclama Harry mientras entra a la habitación pero cuando me ve queda paralizado, lo único que logro ver después de eso es a Draco que está totalmente impactado.
Hermione repara la puerta y luego corre a mi lado, me ayuda a levantarme y me lleva hasta el cuarto de baño, le dice a los chicos que se queden aquí y si viene alguien que digan que fue un accidente. Me siento en la ducha y abro el grifo del agua, cuando esta comienza a correr puedo ver cómo la sangre fluye con ella, me siento muy débil, mi pulso es cada vez más lento, se que esto está mal pero era la única forma, habían más opciones de hacer esto pero eran recetas muggle y ninguna de las dos sabía cómo hacerlas, la maldición cruciatus era lo más accesible que teníamos, era eso o hablar con algún profesor pero llamarían a mis padres y me niego a que me saquen de aquí, no espere años para entrar a Hogwarts para que me saquen por embarazarme. Hermione busca toallas limpias y me trae un vaso con agua, pero cuando voy a tomarlo este resbala de mis manos y cae al piso rompiéndose en mil pedazos, siento como si me estuviera desvaneciendo, me extiendo totalmente en el piso y oigo como Hermione grita el nombre de Harry varias veces, luego todo oscureció.

UNA HISTORIA DIFERENTE (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora