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Capítulo 17

El primer partido de la temporada

—Me voy a morir... —se quejaba Lily desde su asiento, sus manos recostando su cabeza que no dejaba de palpitarle, sus codos sobre sus rodillas sosteniendo aquel peso que no la dejaba de tambalear, incluso sus muslos temblaban.

Siquiera recordaba muy bien lo sucedido anoche, había tomado lo suficiente como para asegurarse que nada se mantuviese en su cabeza para el día siguiente. 

—Te mueres después del partido, ahora te necesito aquí, ¿entendido? —James no paraba de alentar al resto cumpliendo su rol de capital del equipo de quidditch, tenían un partido que ganar y él no iba a dejar que todo su equipo se desmorone antes de salir, era su oportunidad de vencer a Ravenclaw estando seguramente en un estado mucho peor que el suyo—. ¡Te necesito presente Lily! —James chasqueaba sus dedos frente a sus ojos intentando despabilarla—. ¡Por las barbas de Merlin Matthew vomita dentro del balde que para algo te lo trajimos! ¡Ensucias todo el suelo! ¡¿Fred quieres ayudarme aquí?! ¡Fred!

Fred había vuelto a la sala común en búsqueda de una de las gomitas que su padre le había dado antes de su partida a Hogwarts. Las necesitaban antes de salir al campo porque en aquel estado no podrían jugar, mucho menos con Matthew que no podía dar ni un paso sin volver a vomitar o marearse, y él era el maldito guardián. 

—Todavía no regresa —le informó Xenia Brown una de las cazadoras del equipo que sostenía la inestabilidad de Roxane a su lado junto a la banca donde intentaba sentarla. 

James se detuvo en aquella caminata inquieta que había adoptado desde que habían llegado a los vestidores, uno por uno. La miró con sus ojos tan abiertos que hasta Lily desde su distancia creyó que iban a salírsele de sus cuencas. 

—¡Salimos en cinco! —se molestó el único miembro del equipo que no parecía derrumbarse en el suelo o por lo menos se retenía por hacerlo, porque él debía ser quien diese el ejemplo, él era el capitán, si James caían, todos caían.

—Maldigo a todas las cervezas de mantequilla que me bebía noche... —se quejó Lily sentada junto con Daniel Finnigan que no estaba mucho mejor que ella. 

—Tienes toda la razón... —Daniel llevaba una mano hacia su cabeza molesto del dolor en su cien—. ¿No se puede cancelar el partido? Ravenclaw debe estar mucho peor que nosotros... 

—¡No Daniel! —James se volteó a verlo—. ¡No podemos cancelar el maldito partido si queremos ganar la copa de Quidditch! No tendremos los puntos suficientes para vencer a Hufflepuff o Slytherin, ¡dar de baja el partido no es una opción! ¡Todos ustedes lo hubiesen pensado mejor antes de emborracharse de esa manera sabiendo que hoy tendríamos el primer partido! 

—¡Tu también te emborrachaste! —se quejó Lily desde su asiento. 

—¡¿Y me vez vomitando Lily?! —alzó sus brazos a los costados de su cuerpo en un gesto bastante grosero—. ¡No lo creo!

Lily rodó sus ojos con molestia, le lanzaría un hechizo pero lo necesitaban, era el capitán. 

Sin embargo, el enojo de James no duró demasiado porque en aquel momento Fred entró en los vestidores con una pequeña bolsa de cartón en su mano la cual había cerrado con bastante torpeza. 

—¡Aquí estoy! —alzando la bolsa sobre su cabeza victorioso, se acercó a los demás para sacar el contenido que llevaba dentro—. Todos cómanse una, ¡ahora...! Hará efecto en treinta segundos, tu Matt toma dos. 

Todos metieron la mano dentro de la bolsa y no dudaron en comerse las gomitas. Lily la masticó y tragó lo más rápido posible, no quería sentirse así el resto del partido porque sabía que no podría siquiera hacer un punto para Gryffindor. 

𝐿𝑖𝑙𝑦 𝐿𝑢𝑛𝑎 𝑃𝑜𝑡𝑡𝑒𝑟 | 𝐵𝑎𝑐𝑘 𝑡𝑜 𝐻𝑜𝑔𝑤𝑎𝑟𝑡𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora