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Capítulo 22

Un aroma peculiar

—Si hubieses visto como quedó el otro... —James sonrió pero se arrepintió en el mismo instante porque aquello le costó un ardor en su boca—... mierda.

Lily inspeccionaba el labio roto que James no había dejado que la señora Pomfrey curase en la enfermería. Decía que era un recordatorio de lo que había sucedido en ese campo de quidditch, algo que incluso Fred, Dan y Matt aprobaban ya que ellos tampoco habían querido asistir a la enfermería.

—James... tienes que dejar de meterte en líos como este —Lily soltó sus mejillas para verlo directo a sus ojos—. Vas a lograr que McGonagall llame a papá.

Entonces James le sonrió un tanto nervioso donde Lily tardó muy poco en comprender lo que aquello en realidad significa.

—Bueno... —murmuró James casi sin despegar sus labios.

—¡¿James papá estuvo aquí?! —exclamó la muchacha horrorizada.

—Un ratito... —le sonrió adolorido.

—¡James! —se quejó Lily—. Por las barbas de Merlin, ¿cuándo llegará el día en el que no te metas en problemas?

—Lily, no podía dejar que ese idiota se saliera con la suya —negó con la cabeza—. Primero la escoba, después las Bludgers, ¿qué sigue?

Lily sabía que tenía razón, pero tampoco quería incentivarlo a que continuara con aquella actitud rebelde y últimamente bastante violenta.

—Si, esta bien... —asintió—. Gracias, a todos...

Lily en aquel sillón frente al hogar de la sala común miró por encima del respaldo a Fred, Dan y Matt que desde las mesas le sonreían con carisma.

—Cuando quieras —le sonrió Matt.

—Aunque no se salieron con la suya —la sonrisa traviesa en los labios de Fred lo decía todo.

—Chicos... ¿qué hicieron? —con aquellos ojos verdes, los miró a los cuatro.

—Bueno... digamos que metimos en su sala común unos cuantos regalos... —Fred se reclinó sobre el respaldo de aquella silla para verla con una sonrisa.

—¿Cómo hicieron para entrar? —preguntó Lily sin comprender su lógica, ella sabía que para entrar tenían que descifrar un acertijo y ellos cuatro digamos que no eran de lo más inteligentes, mucho menos cuando en lo único que pensaban era en meterse en problemas.

—No hizo falta entrar, con el calor dejaron algunas ventanas abiertas y con eso bastó... —Fred sonrió.

Lily negó con una sonrisa, porque era imposible evitar imaginarse aquella imagen, los alumnos de Ravenclaw corriendo fuera de la sala común espantados con lo que ellos cuatro podrían haber metido dentro.

—¿Qué les dijo McGonagall? —Lily esta vez se dirigió a James conociéndolo bien y todas las veces que el año pasado había pasado de visita por el despacho de la directora.

James se acomodó en aquel sillón.

—Tendremos que ayudar a Hagrid con unas criaturas que está criando en el bosque —le explicó James—. Así que mucho castigo no es...

—¿Nuevas criaturas? —Lily sabía muy bien lo que significaba aquello siendo Hagrid quien los cuidara—. Ya sabes como es Hagrid con...

—No creo que sea nada malo —negó Matt con la cabeza.

𝐿𝑖𝑙𝑦 𝐿𝑢𝑛𝑎 𝑃𝑜𝑡𝑡𝑒𝑟 | 𝐵𝑎𝑐𝑘 𝑡𝑜 𝐻𝑜𝑔𝑤𝑎𝑟𝑡𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora