𝟘𝟙

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Capítulo 1

Lily y la Legeremancia

—¡Lily! —se oyó el grito de su madre Ginny por el hueco de las escaleras que llevaban al segundo piso de la casa.

Lily se encontraba en su habitación y a pesar de no poder ver a su madre, esta estaba segura de que se asomaba por las escaleras, siempre hacia eso para que su voz no se opacara y resonase mucho más entre los pasillos.

La muchacha era consiente de que se le hacía tarde, como era costumbre. Ese preciso día era el inicio de un nuevo año en Hogwarts, tenía su equipaje casi listo, solo le faltaban algunas cosas muy importantes, sus libros, ropa y algún que otro cachivache. El día anterior habían ido de compras al callejón Diagon donde había conseguido un nuevo uniforme tanto estudiantil como el de quidditch, porque ella al igual que su madre y padre, era fanática del deporte y no iba a perderse ningún juego. Había conseguido un puesto como cazadora.

—¡Ya desperté! —le respondió Lily asomándose por el marco de su puerta.

Todavía seguía en pijama, le hacía falta cambiarse y cepillar su rojizo cabello como el de su madre.

La muchacha no obtuvo respuesta de nadie, o por lo menos no pensaba recibir alguna. Sin embargo, luego de estirarse de lo cansada que estaba por haberse quedado hasta tarde escribiéndole una carta a Rose, escuchó como en la habitación de al lado su hermano mayor quien también parecía recién levantarse, comenzaba a quejarse.

—¡Cállate Lily!, a menos que quieras terminar con tu habitación inundada —la voz ronca de James resonó en todo el cuarto de Lily, ella estaba segura de que tenía su varita apuntada a su cuello en una función de megáfono. Aquello no estaba segura de que fuera un verdadero hechizo así que supuso que si podía hacerlo.

Aun así le gritó a modo de respuesta.

—¡No puedes hacer magia, James!, ¡MENOS FUERA DE HOGWARTS! —le respondió a todo pulmón como para que se escuchara en cada rincón de la casa sin tener que usar su varita apuntada a su cuello como él acaba de hacer.

—Si puedo hacer magia fuera de Hogwarts, ¡ya tengo diecisiete! —le respondió haciendo resonar toda su voz dentro de toda la habitación de la chica—. Además, no necesito necesariamente de la magia para que termines empapada, ¡LILY!

Aquello pareció ser la gota que colmó el vaso de su madre.

Lily escuchó los pasos subir las escaleras con brusquedad, ahora se dirigía a por ellos y eso no era para nada bueno y ambos lo sabían muy bien. Ginny estaba enfadada, porque todas las mañanas eran exactamente las mismas desde las vacaciones, Lily y James gritándose de cuarto a cuarto. Y el único impedimento de que Lily no fuese a la habitación de James a saltarle encima como siempre terminaba pasando, era porque su madre estaba entremedio la mayor parte del tiempo.

—¡Niños! —la voz de su padre resonó en la segunda planta y entonces la cosa ahora si se había puesto seria.

Lily sabía que su madre había llamado a su padre...

La muchacha sentía la presencia de alguien parado entre el marco de la puerta de su habitación. Lily cerró sus ojos con fuerza y en un poderío de valentía se giró sobre sus talones y al volver a abrirlos se encontró con Harry parado frente a ella con sus brazos cruzados viéndola con autoridad. A él no le gustaba que sus hijos pelearan todo el tiempo, pero si James no dejaba de provocar a Lily cada vez que pudiese, llegaría el día en que Lily por "accidente" pusiera algo en su shampoo que lo dejaría pelado, y tampoco necesitaba de la magia para hacerlo.

𝐿𝑖𝑙𝑦 𝐿𝑢𝑛𝑎 𝑃𝑜𝑡𝑡𝑒𝑟 | 𝐵𝑎𝑐𝑘 𝑡𝑜 𝐻𝑜𝑔𝑤𝑎𝑟𝑡𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora