𝐿𝑖𝑙𝑦 𝐿𝑢𝑛𝑎 𝑃𝑜𝑡𝑡𝑒𝑟 | 𝐵𝑎𝑐𝑘 𝑡𝑜 𝐻𝑜𝑔𝑤𝑎𝑟𝑡𝑠

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Capítulo 13

El club de los cazadores sin cabeza

—¡Esto se celebra! —Fred muy contento zarandeaba a Lily de hombro a hombro—. ¿Por qué no lo dijiste antes?

—Vamos a la sala común de Ravenclaw a patear varios traseros —James con sus ojos fijos de furia sobre la mesa de Ravenclaw tronaba sus dedos.

—Tranquilo tigre, que para eso esta el partido —lo alentó Matthew dándole un golpe en su hombro.

—No vamos a dejar pasar algo como eso —James decepcionado de su equipo se volteó a Matthew Thomas—. ¿Quieres que piensen que pueden hacer lo que quieran y no recibir su merecido?

Lily miró a su hermano con precaución, lo conocía demasiado bien como para saber que no tenía muy buen temperamento.

—James, cálmate —lo frenó antes de que pasase por encima de todo el desayuno y se lanzara a la mesa de Ravenclaw donde el equipo de quidditch comía sus tostadas con huevos—. McGonagall ya les impuso un castigo.

James volteó su cabeza y miró a su hermana con sorpresa.

—¿Estas conforme con que limpien el salón de astronomía? —disgustado de la opinión de su hermana James negó con la cabeza.

—Que limpien en salón de astronomía con Peeves dentro me parece un buen castigo James, si —asintió ella con madurez, algo que le hacía falta a James.

Daniel Finnigan comenzó a reír, no pudo aguantar las risas teniendo la imagen del equipo de Ravenclaw lidiando con el poltergeist.

—No deberían poder jugar —suspiró conteniendo su verdadero enfado—. Eso sería justo.

—No —Fred apoyaba a Lily esta vez y eso la sorprendió incluso a ella sabiendo que Fred siempre seguía las travesuras de su primo James—. Lily tiene razón...

—¿Qué dices? —James lo miró como si estuviese mal de la cabeza.

—¡Ey! —se quejó Lily.

—Escucha James, no seas tan necio —le dio un golpe en su cabeza provocándolo, pero antes de que James se levantase, Fred lo inmovilizó—. Con el castigo de McGonagall por robar la escoba, pierden horas de entrenamientos, y nosotros sabemos que sin prácticas James... su equipo esta perdido, va a ser muy fácil derrotarlos y que pierdan con tanta facilidad nos deja en muy buena posición para la copa, y a ellos muy... muy abajo...

James comprendió perfectamente a lo que Fred se refería y su plan no era tan disparatado después de todo.

—Si... —asintió ahora con razonamiento—... si, tienes razón... hay que sacarles muchos puntos antes de...

—De atrapar la snitch... —terminó Fred por él. 

—Y así dejarlos bien abajo en el marcador... 

—De nada, idiota —le sonrió con carisma.

Le dio un golpe amistoso en su brazo sacando una sonrisa por parte de James.

—No, tranquilos, ni se molesten conmigo —Lily rodando sus ojos alzaba sus brazos sobre la mesa.

Fred y James la vieron con una sonrisa.

—Vamos a ganar hermanita —le sonrió James con malicia, era increíble lo rebelde que su hermano mayor podía ser en muchas ocaciones.

Lily volvió a lo suyo.

—Pero la idea de la bomba fétida sigue en pie, ¿verdad? —Daniel se asomó por encima de Matthew para ver a los mayores, Fred y James.

—Claro que si —corroboró James—. Solo que después del partido, no podemos arriesgar nuestro juego como lo hicieron ellos, no somos tan estúpidos.