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Capítulo 28

Crackers Mágicas

Era sorprendente como en pocos minutos el nuevo chico de Gryffindor se había convertido en la persona más interesante y codiciada de todo Hogwarts, o por lo menos de sus alumnos.

Algunos de los estudiantes de Hufflepuff se habían escapado de sus mesas y se habían reunido alrededor del chico que a pesar de verse hostigado por tanta curiosidad, él se encontraba de la misma forma.

—¿Entonces no eres de Inglaterra? —preguntó uno de los estudiantes de Hufflepuff quien como el resto con intriga, se había fijado en aquel particular acento que tenía su voz.

—No, soy de Brasil —confirmó el moreno.

—¡¿Brasil?! —exclamó alguien más—. ¿Hay escuelas de magia allí?

El chico nuevo lo miró como si la respuesta a tal estúpida pregunta fuese de lo más obvia.

—Pues claro —sonrío con carisma—. Es un castillo en el norte de Brasil, Castelobruxo.

—¿Castelobruxo?

"Castelo", qué significa castillo y "bruxo" que significa brujo —explicó brevemente.

Lily alzó la mirada y se encontró con la de James que a su parecer, tampoco estaba muy contento con que el banquete de la noche fuese arruinado por varios alumnos que rodeaban su mesa abrumadoramente sobre su espalda y cabeza.

La muchacha no estaba muy entusiasmada por emplear el papel de periodista como el resto de sus compañeros por lo que a pesar de no haber probado bocado desde que la comida apareció frente a su plato, prefirió levantarse de aquella mesa y huir de la abrumadora situación que comenzaba a asfixiarla.

Camino en dirección a la salida donde pensó en seriamente ir a cenar a la cocina. Sin embargo, no parecía ser la única con la intención de alejarse del barullo.

Albus se encontraba observando toda la situación desde la distancia. Con sus brazos cruzados y bastante serio al parecer, se mantenía recostado contra las paredes de piedra del castillo.

—Parece que tu mesa se convirtió en la sala del tribunal del Wizengamot —bromeó Albus señalándole la escandalosa situación con el mentón.

Lily bufó molesta.

—Ni me lo digas, tendré que bajar en la madrugada a la cocina a rogar por un pedazo de pan —exageró la muchacha robándole una sonrisa a su hermano mayor—. Por cierto, voy a necesitar la capa de invisibilidad.

Albus la observó de reojo y no pudo evitar ensanchar aún más su pícara sonrisa.

—Es increíble lo rápido que te aprovechas de la situación para pedir las cosas, Lily —dijo volviendo sus ojos tan idénticos en su color esmeralda como los de su hermana hacia la mesa abarrotada de gente—. Puedes venir a cenar a mi mesa, la mayoría dejó su lugar para ir a ver al chico nuevo.

Lily desvió su mirada hacia el otro extremo del Gran Comedor donde se encontraban los miembros de Slytherin compartiendo algún que otro sitio con los recelosos de Ravenclaw que parecía que aquella temporada se las tomarían con todo el grupo de Gryffindor.

𝐿𝑖𝑙𝑦 𝐿𝑢𝑛𝑎 𝑃𝑜𝑡𝑡𝑒𝑟 | 𝐵𝑎𝑐𝑘 𝑡𝑜 𝐻𝑜𝑔𝑤𝑎𝑟𝑡𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora