III

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La madre de Jimin estuvo contenta de que Jimin y Jungkook se quedaran un par de días más en su casa. Ambos chicos le ayudaron a hacer las tareas del hogar, a podar el jardín y por las tardes se sentaron los tres a tomar té en la mesita del porche.

Park Nancy casi sintió que el pequeño espacio en su corazón, que había quedado vacío después del repentino fallecimiento de su esposo hace diez años, se llenaba con la presencia de aquel pelinegro que ahora ocupaba su silla. Jungkook era muy alegre y divertido y ella podía notar cuanto amaba a su hijo.

Y estuvo feliz porque la felicidad de Jimin era la suya.

— Mamá, ya nos vamos —dijo Jimin cuando el momento de partir llegó. Le dio un beso en la mejilla a la mujer rubia y salió del auto— Cuídate mucho, te llamaré seguido.

— Más te vale, travieso, porque quiero saber todo sobre mi nieto —Jimin rodó los ojos cuando su madre le apuntó con el dedo y Jungkook sonrío grande cuando se acercó a darle un abrazo a su suegra. Luego de eso subieron al tren y se sentaron en sus respectivos asientos.

Después de cuatro horas, se encontraban en Seúl y Jungkook estaba acompañando a Jimin a casa.

— ¿Taehyung lo sabe? —preguntó Jungkook cuando bajaron del taxi frente al edificio en el que vivía su novio.

— Fue al primero que llamé cuando me enteré —Jimin soltó una risita cuando Jungkook hizo un puchero y el guardia de seguridad del edificio los miró extrañado.

— Fingiré que no me dolió —entraron al ascensor y presionó el botón del piso tres.

— Él es un mi mejor amigo y su nombre fue el primero que vi en el teléfono... No es que yo haya...

— ¡No me duele!¡Me quema!¡Me lastima! —Jimin colocó la clave en la puerta de su departamento entre carcajadas por los ligeros golpes que su dramático novio se daba en el pecho. Entraron y ambos se lanzaron en el sofá cama de la sala para conversar de algunas cosas que todavía tenían pendientes.

— Creo que debería pedir una licencia en la universidad porque no iré a estudiar cuando me vea gordo y feo —empezó Jimin y Jungkook le apretó la mejilla suavemente.

— Tu nunca serás gordo y feo —le dio un beso— Pero creo que sí deberías pedir una licencia porque conforme el embarazo avance, todo se volverá más complicado.

— Lo sé —Jimin jugueteó con sus manos— ¿Y sí la gente te odia?

— ¿Por qué me odiarían? —Jungkook arrugó las cejas y el rubio chasqueó la lengua.

— Los fanáticos algunas veces son... Intensos. Y Strangers cada vez gana más popularidad... Así que, cuando los fans que empiecen a fijarse en ti se enteren de que tienes novio e hijo... ¡Te odiarían, Jungkook! —Jimin apretó sus manos con desesperación— No quiero que tu propio público te desprecie.

— No es un problema para mí —respondió Jungkook y se apegó más a Jimin para encerrar sus manos nerviosas y llevarlas hacia su pecho. El rubio pudo sentir los latidos del corazón de su novio palpitar tranquilamente— Los verdaderos fanáticos aceptan a sus ídolos con todo, saben reconocer que son humanos y si algún día mis seguidores dejan de valorarme como artista por el simple hecho de tener una vida... Pues los de los problemas serían ellos, no tú, ni yo, ni nuestro bebé.

Entonces a Jimin se le ablandó el cuerpo, soltando un suspiro en el que expulsaba todas sus preocupaciones.

— Quiero que dejes de pensar en que mi carrera se arruinará porque en realidad es todo lo contrario, Jiminnie. Ahora quiero más que nunca triunfar para poder darte la vida que mereces —el menor cerró los ojos cuando los labios de Jungkook bajaron a su cuello

La Forma En La Que Te Amo (KookMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora