VIII

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En algún momento, Jimin dejó de llorar y se durmió. Jungkook fue quien le puso el pijama, lo arropó y lo cuidó al sentir que el rubio se quejaba un poco por pequeñas náuseas incómodas, pero aun así este siguió durmiendo.

Cuando Jimin se despertó y abrió los ojos, visualizó en su pared que el reloj marcaba las cuatro de la tarde. Sintió a Jungkook a su lado y lo sacudió para despertarlo también.

— Jungkookie... —dijo y, a pesar de que el pelinegro estaba cansado e irritado, se sentó sobre la cama y le dio una mirada tranquila. Jimin recordó todo el escándalo que había hecho hace unas horas y se avergonzó mucho, sintiendo sus mejillas arder de lo rojas que estaban— Yo... Tengo hambre.

— Iré a la cocina a ver qué hay —pero Jimin detuvo a Jungkook antes de que este se levantara de la cama.

— Quiero comer lasagna —el mayor asintió e igual se puso de pie para buscar su teléfono y ordenar. Sin embargo, nuevamente fue detenido por Jimin— Jungkook...

— ¿Si?

— Lo lamento —el rubio suspiró y se tapó la cara con las manos— Lamento todo, de verdad.

— Está bien... No importa —Jungkook salió de la habitación y buscó su celular para empezar a llamar al restaurante. Jimin supo entonces que su novio estaba molesto, y tenía todo el derecho de estarlo, él había actuado como un niño berrinchoso y ahora se arrepentía tanto al ver a su Jungkookie tan serio.

En realidad no sabía que fuerza se había apoderado de él cuando vio al pelinegro cerrar los ojos mientras lo dejaba gritando solo. Estaba tan avergonzado, que solo se resignó a ponerse de pie e ir detrás de Jungkook. Lo encontró sentado en el sofá con el teléfono a un lado verificando el transcurso de su pedido.

Jimin se sentó a su otro costado.

— Kookie... —el menor buscó la mirada de su pareja y luego se acercó a dejar un beso tímido en sus labios— Perdóname.

— Hablaremos después de que comas.

— Noooo —Jimin hizo con su boca un puchero y se removió en el sillón para meterse dentro de los brazos cruzados de Jungkook— Mi amor, yo te amo...

— Jimin...

— Te estoy pidiendo disculpas —Jimin se acomodó a horcajadas sobre él y lo miró directamente a los ojos— Actué horrible y te grité muy feo, lo lamento muchísimo. Lo lamento —el rubio pegó su cara al pecho de Jungkook— No sé qué me pasó, Jungkookie, pero de verdad lo siento. ¿Podrías perdonarme? Juro no volver a hacerlo.

Jungkook solo pudo soltar un fuerte suspiro y termino abrazando por la cintura a Jimin.

— ¿Sabes que te amo? —el chico contrario asintió con la cabeza metida en su cuello, olfateando su perfume y dejando pequeños besos ahí— Pues entonces también deberías saber que nunca haría nada para lastimarte. Jimin, estamos más de un año juntos y jamás he pensado que otra persona sea más hermoso que tú —el pelinegro cerró los ojos cuando sintió la lengua caliente de Jimin en su cuello— Yo no le dije nada a esa niña, porque es diez años menor que yo, joder, ¿Acaso luzco como un pedófilo? ¿O es que acaso no luzco lo suficientemente homosexual para ti? —Jimin se separó y observó con su mejor cara de perrito arrepentido a Jungkook— No me molesta que te hayas puesto celoso... Me molesta que no hayas querido escucharme y que actuaras tan descuidadamente, ¿Acaso no recuerdas que estás embarazado? Podrías enfermarte y enfermarse en tu estado no es nada beneficioso.

— Lo siento... —Jimin lo besó de nuevo— Te amo, ¿Perdóname, si?

— Ya deja de disculparte y bésame más —Jungkook estiró sus labios y Jimin sonrió complacido y casi le comió la boca con salvajismo. Su beso de reconciliación fue mojado y hambriento, sus lenguas abrazándose y pequeños jadeos atorándose en sus gargantas al momento en que las caricias también se unieron.

La Forma En La Que Te Amo (KookMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora