XXXVI

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Jimin refunfuñó cuando escuchó el llanto descontrolado que pegó Miel apenas la alarma sonó a las ocho de la mañana. El niño llevaba varios días despertando de madrugada, más específicamente desde que había podido comprarle una cuna y lo hacían dormir allí, y solía tener el sueño ligero, lo cual hacia que la vida de su progenitor fuera más difícil.

Aba, pi, waaaaa —chilló el menor y el chico se acercó hasta la cuna para cargarlo en brazos, pegarlo a su cuerpo y darle suaves caricias en la espalda para tranquilizarlo. Estaba muy gordo, pero Jimin ya estaba acostumbrado al peso de su hijito y podía mecerlo con un solo brazo sin complicaciones.

— Shhh, Shhh —consolaba Jimin, cerrando los ojos y dirigiéndose a la cama de Taehyung (que seguía usando porque no le alcanzaba para alquilar otro departamento), para recostarse junto a su bebé y poder dormir, aunque sea un poquito más.

Titititi —pidió Miel, moviendo sus manitas rechonchas sobre el pecho de Jimin, y logrando que su papá se quitara la camiseta en un movimiento para dejarle la libertad de saciarse.

Con tres meses de embarazo y un bebé de nueve, Jimin se sentía en extremo cansado. Si a eso le sumaba las horas de empleo y las clases de la universidad, aunque fuera todo de forma virtual, sus horas de descanso quedaban reducidas a nada.

Lo único que quería era dormir, pero Miel y su llanto no entendían eso.

Aun así, al igual que los últimos días, terminó cabeceando unas horas más, hasta que el sol se coló por las ventanas del cuarto y sintió dolor en los huesos al haber dormido de lado. Abrió los ojos con lentitud, notando que su hijo se había quedado dormido mientras seguía colgado de su pezón, y bostezó. Separó al bebé delicadamente y lo arropó en la cama antes de volver a colocarse la camiseta del pijama y salir a hacer su rutina de mañana matutina.

Puso la hervidora mientras cepillaba sus dientes y, al mismo tiempo, cocía en una olla unas verduras. Al haber crecido, el apetito de Miel también había aumentado y, por eso, ahora tendía a darle papillas de desayuno.

—Buenos días —susurró Amanda, al momento de salir de su habitación—. ¿Alguna llamada de Tae?

—Noup —respondió Jimin, alzándose de hombros.

Al haber regresado, el espacio dentro del departamento se había reducido. No podían echar a Amanda, no solo porque ella pagaba un alquiler que le venía bien a Jimin, sino también porque era una buena amiga. Así que, después de hablarlo un día, Jimin y Taehyung decidieron dormir juntos en su habitación algunas veces y, otras, el chico se quedaba en la casa de su novio, Hyunjin.

—Ese tonto —bufó la chica, riéndose—. Debe estar pasándola muyyyy bien.

Seguían un poco apretados, pero por el momento, al menos hasta que Jimin ahorrara lo suficiente para mudarse a otro sitio, estaban bien. Además, como Tae y Hyunjin se habían dado de baja de la universidad, supuestamente por enfermedad, y habían volado hasta JeJu para disfrutar su tiempo como pareja, Jimin aprovechaba al máximo que la habitación era solo para él esos días.

Miel se despertó justo cuando el rubio terminaba de preparar su papilla y, junto a Amanda, desayunaron antes de que empezaran con sus respectivas actividades. Las náuseas habían disminuido, así que estaba tranquilo en ese ámbito.

Jimin terminó de abrigar al niño antes de salir del departamento con él en brazos. Tenía que exponer un proyecto de forma presencial, pues se le pasó el tiempo de espera cuando pudo, así que acomodó bien sus lentes negros y corrió hasta poder tomar un taxi para dirigirse a la universidad nacional de Seúl. Las aguas con respecto al engaño de su exnovio, se habían calmado un poco, más, sin embargo, en su posición, nunca estaba demás unos lentes negros que lo protegiera de algunos paparazzi descontrolados.

La Forma En La Que Te Amo (KookMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora