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Un agudo sonido me despertó, no estaba en mi cama, ni en casa de mi mejor amiga. Mis rodillas sangraban, al igual que mis manos.

9 horas antes de que todo comenzará.

7 de junio del 2020, 11:19 am
Busan, Corea del Sur.

──So-yeon, ¡espera! ─Shin Ryujin, mi mejor amiga desde el colegio. Una de las chicas más populares del campus.

──Jin, ¿qué pasa? ¿Ya te echaron de casa?

──No seas estúpida, Ko. ¿Ya viste el video que subieron esta mañana? Lo borraron 14 segundos después de que estuvo en la nube, pero alguien logró salvarlo.

──¿Otro del fin del mundo?

──Sí, en Japón hay una protesta, pero los están desapareciendo, ¿puedes creerlo?

Tomó entre sus manos el aparato y colocó el video frente a mí. Era prácticamente una representación de todo a lo que los religiosos temían y trataban de dar a conocer a la sociedad.

Escenas de oficiales de policía en persecuciones, mientras algunos van quedando atrás. Manifestaciones, actualmente las guerras virales parecen ser un juego, en el año ya aparecieron más de 17 virus y enfermedades, uno de ellos era más bien parecido a los zombies.

El virus "Teka-19" podía considerarse el más aterrador de todos, sus efectos eran tétricos en el cuerpo humano y la población de todo el mundo ya no sabía que hacer. El gobierno se venía en caída libre, cada vez más presidentes y agentes muertos. Este ya no era un buen lugar.

──Bien, basta. No quiero ver más, es terrible ─aparté el teléfono, realmente prefería no meterme en nada de eso.

──Vamos a morir todos, So-yeon.

Tenía razón.

──No juegues con eso, Ryujin.

Empecé a caminar hacia mi próxima clase sin darle mucha más importancia. A veces ella podía ser muy dramática.

──¡Vamos juntas!

[...]
1:27 p.m

Ryujin y yo nos encontrábamos almorzando juntas en la entrada de la universidad, pronto sería hora de irnos a nuestro próximo bloque.

Quien habría dicho que ese sería mi último día con ella.

──Saliendo de aquí, ¿te gustaría ir al Night Club Bang?

──¿Crees que sea buena idea con todo lo que esta pasando? ─cuestioné, insegura.

──Claro, exactamente por eso; nos vendría bien distraernos un poco.

Dudé, pero aún así, asentí y acepte ir con ella, pues sabía que, aunque yo no fuera, ella se las arreglaría para salir de todos modos.

──Genial ─murmuró alegre, para luego tomar de mi plato el postre de vainilla que había comprado.

──¡Ryujin! Yo iba a comer eso. ¿Podrías devolverlo?

──No. Gasté todo mi dinero en una nueva computadora, a la antigua le cayó jugo de naranja encima y se estropeó.

──Gastas demasiado dinero, Shin.

survivors ─── bangchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora