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Primera parte, versión de Chris.

──¡Todos despierten! ¡Ahora!

Minho pasaba uno por uno, moviéndonos de un lado a otro para despertarnos.

Carajo, ¿ahora que demonios pasaba?

──Hmm, cinco minutos más... ─refunfuñó Changbin, apartando la mano del pelinegro de un manotazo. 

Minho hizo caso omiso a las quejas del más bajo, tirándolo del asiento para así obligarlo a levantarse. Changbin lo maldijo en voz baja mientras se frotaba los ojos, perezosamente. 

Los demás terminamos de despertar, ahora estábamos más atentos, esperando una respuesta de parte del pelinegro, quien caminaba entre los asientos, buscando algo de manera desesperada. Su arma. Y eso fue suficiente para alertarme.

──Por allá, entre los árboles, ¿pueden verlo?

──¿De qué hablas, Min? ─lo presionó Seungmin.

Froté mis ojos un par de veces, forzándome a aclarar la vista.

──Hay hombres ahí...

──Sí, también los veo, pero no son cuerpos infectados... ─agregó Hyunjin, en un susurro.

──¡Por supuesto que no lo son! ─le espetó Minho, con obviedad.

──Cálmate, Lee. Ellos no se han dado cuenta de que estamos aquí, de ser así, no habrían esperado nada para atacarnos ─repuse─. Dejemos aquí a las chicas y vamos a ver qué esta pasando.

Me acerqué a Heeseung y golpeé ligeramente su pecho, al igual que con Sunghoon y los demás.

──¡Hey! ¡Arriba!

──¿Qué pasa? ¿Dónde está Yuna?

El castaño se levantó de inmediato de su asiento y buscó con la mirada a su hermana, claramente preocupado. Caminé a la puerta de la camioneta y me preparé para salir.

──Changbin y Minho irán a los lados, Seungmin, Hyunjin, Felix y Han atrás. Jeongin ─este último me observó, esperando una indicación y se paró junto a los demás─, cuida a las chicas.

──¡Gracias! Realmente no tenía muchas ganas de salir.

Rodé los ojos, el pelirrojo se sentó junto a So-yeon. Yuna y Yeji seguían dormidas, al fondo de la camioneta.

──¿Y nosotros qué? ─cuestionó Jay, los demás lo apoyaron.

──Nos cuidarán la espalda. Por ahora, esperen alrededor de la camioneta. Si necesitamos ayuda, vayan por nosotros.

Todos asintieron y comenzaron a bajar de la camioneta sigilosamente.

──Yang... por favor, cuida bien de So-yeon. No dejes que nada le pase ─casi le supliqué─. Y ten cuidado con las demás, solo son unas niñas.

[...]

Una vez que estuvimos fuera, comenzamos a caminar entre la neblina. Nuestro campo de visión era limitado, pero aún así podíamos ver la posición de los hombres.

──¡Christopher!

Hyunjin me jaló con brusquedad de la chaqueta, me giré para verlo e inmediatamente detuve mis pasos.

──¿Te volviste loco, Hwang? ─murmuré, molesto.

──Cierra la boca y mira por dónde caminas.

Lo miré confundido y después a mis zapatos, a unos cuántos pasos de mi había un cuerpo ya en descomposición, retrocedí asqueado y observé a los demás.

survivors ─── bangchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora