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Efectivamente estábamos en la sección de felinos, y para nuestra mala suerte, estos felinos median más de metro y medio...

¿De verdad? ¿No podía ser un pequeño gatito?

──No se muevan. Hyunjin, toma la nariz del cachorro y no permitas que ladre. Los demás, guarden silencio y no hagan movimientos bruscos.

Sinceramente jamás fui muy fan de los animales, y menos de los que con una mordida pueden hacer estallar tu cráneo.

Ambos animales, dos tigres de bengala adultos, comenzaron a gruñir y a caminar lentamente hacia nosotros, no podíamos quedarnos así por mucho tiempo.

──Felix y Hyunjin, caminen lentamente a la puerta, prepárense para abrirla y correr a mi señal. Minho y Jeongin, nosotros vamos a correr primero para cubrirles la espalda, luego de eso, nos vemos en la sección de comida... ─esperé durante unos segundos─ Lee, Hyunjin, muévanse.

Ambos retrocedieron lentamente, algo que no les gustó para nada a los felinos, los cuales soltaron leves gruñidos a modo de reproche.

Coloqué con cuidado varias balas en la escopeta que trajo Hyunjin. Después de cargarla, Minho y Jeongin imitaron mis movimientos, y cuando estuvimos listos...

──¡Ahora!

Hyunjin y Felix abrieron las puertas y comenzaron a correr a la sección de comida. Era el lugar más seguro.

Minho y yo tratamos de asustar a los animales con varios disparos al techo, para no tener que dispararles, pero se detenían apenas por unos pocos segundos. No saldríamos vivos, no corríamos lo suficientemente rápido.

──Dios mío, ¡dispárenles de una maldita vez! ─nos gritó Jeongin, histérico.

Lo lamento.

Le disparé al primero varias veces y este cayó al suelo. Un nudo se formó en mi garganta, pero esto era necesario. El segundo se detuvo y observó al cadáver, después corrió aun más rápido en mi dirección. Estaba enojado, pero no lo culpé, acababa de dispararle al que pudo haber sido su compañero de toda la vida.

──¡So-yeon! ─gritó Minho, alterado.

Cerré los ojos esperando el impacto, pero sólo escuché varios disparos y un golpe seco al suelo.

Ahora él también había muerto.

Todos nos miramos asustados, esto era otro nivel. Caí al suelo y traté de descansar. En ese instante recordé a la única mascota que tuve en toda mi vida, y todo lo que lloré cuando los vecinos la atropellaron. Tal vez él se sintió igual cuando le disparé a su amigo...

Minho corrió hasta mí y se dejó caer de rodillas al suelo, para después envolverme en un abrazo.

──¿En qué estabas pensando, So-yeon? ¡Pudiste haber muerto!

──Lo siento, Min...

Suspiré. Estaba tan harta de todo eso.

──Rápido, ya tenemos que irnos ─intervino Hyunjin.

──¿Por qué estamos en el zoológico? ¿Qué estamos buscando?

──A mi hermano menor ─la respuesta de Jeongin fue apenas un susurro.

Minho y yo nos levantamos del suelo con cuidado, aun algo aturdidos por la situación. Continuamos caminando hacia la sección marina. Cuando por fin llegamos, Jeongin corrió a buscar por todos lados, desesperado e impaciente.

Todos le ayudamos, buscamos por todas partes una y otra vez, pero no había nadie. Y ninguno quería decirle algo más que obvio a Jeongin. Su hermano ya no estaba allí, y eso iba a destrozarlo.

──Vamos, él está bien, debe estar aquí... ¡Won! ¡Yang Jungwon!

Se detuvo frente a una de las peceras y revolvió su cabello con frustración, para después cubrir su rostro con sus manos, estaba llorando. Todos nos quedamos en silencio, nadie quería hablar, nadie se sentía capaz de hacerlo.

Caminé hasta él y lo abracé, el pelirrojo me correspondió de inmediato y mi hombro se empapó completamente con sus lágrimas.

──Solo tiene quince años, So-yeon. Es solo un adolescente inmaduro e indefenso...

Me dolió en el alma escucharlo hablar en ese estado.

──Ese día, exactamente ese maldito día... Won me rogó que me quedara con él para venir a ver la apertura de una nueva sección de tortugas que habían instalado justo aquí, me pidió que me quedará para no venir solo, pero yo me negué.

Jeongin pareció perder la voz por un momento, tuvo que esperar unos segundos antes de volver a hablar.

──Me negué a venir con él porque si faltaba al trabajo me despedirían, ahora mira lo que paso; todo se esta yendo al carajo y mi Wonnie ya no está. ¿Qué demonios voy a hacer, So-yeon? Mamá jamás le dio la atención que necesitaba, y yo tampoco...

Lo abracé aun más fuerte, estaba realmente mal. Minho y Hyunjin salieron en busca de otro auto, salir caminando a estas horas ya no era seguro.

Yongbok continuó buscando al menor, pero volvió a nosotros con las manos vacías. Yang Jungwon, ya no estaba aquí y Jeongin se quebró nuevamente en mis brazos.

[...]

Salimos del zoológico. El pelirrojo no había dicho ni una sola palabra, desde hacía ya, más de una hora. Todos decidimos guardar silencio y no volver a tocar el tema, al menos hasta que Jeongin pudiera digerir mejor la situación.

Felix, Jeongin y yo esperamos a que Minho y Hyunjin volvieran, luego de unos minutos, un auto realmente lujoso se estacionó frente a nosotros. Felix y yo le apuntamos con las armas de inmediato. La puerta del vehículo se abrió y Minho salió de este, el rubio estaba tan sorprendido como yo.

──Hwang y yo encontramos estas joyas en un estacionamiento a dos calles de aquí, las llaves estaban pegadas.

──¿Dónde está Hyunjin? ─pregunté, puesto que el azabache no se encontraba con Minho.

Antes de que Min respondiera, el motor de otro auto retumbó en todo el lugar y después, una camioneta se estacionó frente a nosotros, era una bestia.

La camioneta era extremadamente grande, a comparación con el auto, que aunque ambos eran demasiado caros, a juzgar por la marca, el deportivo blanco que Minho manejaba era aún más veloz, pero la camioneta que Hyunjin había elegido era más segura en caso de que esas cosas volvieran a rodearnos.

El más alto brinco desde el asiento a la banqueta.

──¿No había algo más humilde? Esto llama demasiado la atención ─reproché, con los brazos cruzados.

──Vamos, princesa, ¡sólo mírala! Es la cosa más hermosa ─exclamó el azabache, refiriéndose a la camioneta.

──Bien, ustedes ganan. Tenemos que salir de aquí, Jeo necesita descansar.

Minho hizo una mueca refiriéndose a Jeongin, rápidamente entendí y negué, este suspiró. Finalmente, todos entramos a los autos. Felix y Jeongin en la camioneta de Hyunjin y yo en el auto de Minho.

Mañana sería un largo día, pues luego de todo lo que Felix nos dijo, no pensábamos estar un día más en Corea.

survivors ─── bangchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora