Abrí mis ojos con cansancio y después de parpadear un par de veces para terminar de despertar, miré a mi alrededor. Estaba recostada en el suelo de la camioneta, ¿cómo había llegado ahí?
──¿Chicos...?
Era la única persona dentro, por lo que supuse que los demás estarían fuera. Me coloqué mi abrigo y un par de zapatos que estaban en el suelo, para después salir de la camioneta y cerrar la puerta a mis espaldas.
Aún era temprano, o eso supuse al ver todavía algunas estrellas en el cielo.
La carretera estaba llena de neblina, era difícil ver con claridad. Comencé a caminar sobre el pavimento.
Los chicos no estaban, y eso me preocupó.
La temporada ya había empezado a afectar el lugar; las hojas secas tronaban con el contacto de las suelas de mis zapatos y el viento estaba más helado de lo normal. Tomando en cuenta eso, ya no podríamos dormir al aire libre.
Llevaba caminando unos 30 minutos, aproximadamente. No había encontrado nada y el sol ya había salido por completo. Ya era hora de que regresara. Formé pequeños montones de hojas secas para saber que camino tomar y volver a la camioneta , y aunque algunas se había esparcido a causa de la brisa, logré llegar fácilmente.
Ya podía ver la carretera a algunos metros de mí, me acerqué un poco más a esta, pero, al igual que antes, estaba vacía. Los chicos no estaban, y las cosas tampoco.
No me habrán dejado, ellos no harían eso... ¿oh sí?
Me alarmé y comencé a correr en dirección a la camioneta, traté de encenderla, pero no arrancaba. El motor solo hacía ruidos, pero se negaba a encender.
El sudor había empezado a empapar mi frente ante el pánico. Mi respiración se aceleraba, mis manos temblaban, mi visión se hacía cada vez más borrosa.
Comencé a buscar algún indicio dentro, alguna señal de violencia o forcejeo, pero había nada, las cosas simplemente habían desaparecido, y al parecer, también los demás. Bajé del vehículo y quité el seguro de mi arma.
──¿Chicos...?
Mi respiración irregular no ayudaba mucho, aún menos el hecho de que el frío no me permitía quedarme quieta. Eso sería, sin lugar a dudas, un gran problema al momento de disparar.
No fue más de media hora, ¿dónde estaban todos?
Otra vez estaba sola, cómo aquel día en el club, pero esta vez, no sabía si Minho llegaría para salvarme, o si Chris volvería a buscarme...
Habíamos prometido sobrevivir juntos, ¿no es así? No podían haberse marchado de la nada, no podía ser posible.
Traté de controlar mi respiración y me recargué contra uno de los árboles que se encontraban cerca de mí. Mis piernas franqueaban, me sentía horriblemente mareada.
Yo no era así, debía calmarme y pensar bien las cosas.
inhalé y exhalé repetidamente. Decidí regresar a la camioneta, pues de no hacerlo, el frío podría terminar matándome más rápido que la desesperación. Me senté en el asiento del conductor y abracé el volante con fuerza, recargando mi cabeza en mis brazos.
Giré mi vista al retrovisor derecho.
Carajo.
Algo pasó por detrás de la camioneta, venía hacia mi puerta. Bajé lentamente mi arma y me aseguré de que no pudiera verme.
Bingo.
Golpeé lo que sea que estuviera por atacarme en la cabeza, tirando su cuerpo al pavimento de la carretera, para después salir completamente del vehículo y apuntarle al cuerpo, lista para disparar.
──¡No dispares! ¡No dispares, carajo!
Abrí los ojos con sorpresa y dejé caer mi arma al suelo, temblando nuevamente.
──¿Jeongin...?
[...]
──Tienes que ayudarnos a salir de aquí. Vámonos los tres, Soo.
──Por favor, Ryujin, entiende que no es tan fácil.
El peliazul pasó sus manos por su cabello, frustrado. ¿Siquiera era buena idea intentar escapar de una base militar? No, claro que no.
──Escucha, si no escapamos ahora, van a matarnos, ¡a todos! ─susurró, para no despertar al chico que se encontraba hecho bolita en la cama de al lado, balbuceando entre sueños.
──¿Entonces qué sugieres, Shin? ¿Quieres que un idiota se revele ante el gobierno para escapar de una base militar de máxima seguridad con dos prisioneros?
La pelinegra guardó silencio y se recostó de golpe en la cama de la celda.
──Apenas y tengo un arma... entiéndeme, todavía no podemos arriesgarnos.
El silencio que se había formado fue interrumpido por un grito, un grito que alarmó a ambos jóvenes.
──¡M-48!
El más alto rápidamente cambió su expresión a una completamente seria y volvió a su posición como guardia de seguridad, ahora mostrándose intimidante ante la contraria.
──Teniente.
Soobin le dedicó una formal reverencia al hombre uniformado, en signo de respeto. Un respeto que ese desgraciando no se merecía en lo más mínimo.
──Abre, ahora. Ella se va conmigo.
──¿A dónde me lleva? ─cuestionó la chica, en un intento de mantenerse firme y ocultar el claro terror en sus palabras.
El hombre no respondió a su pregunta, y fue entonces cuando varios soldados llegaron para esposar a Ryujin.
Y sin importar cuanto chilló y luchó la pelinegra, fue sacada a la fuerza de su celda. Sintiéndose débil y con un dolor indescriptible en sus muñecas por la presión que las esposas le imponían, finalmente dejó de forcejear, dejándose vencer por el agotamiento.
El chico que antes dormía con tranquilidad abrió con lentitud sus ojos, apenas acostumbrándose a la luz de la celda. Su calma se esfumó de inmediato, después de ver como se llevaban por las malas a su compañera.
──¡Jinnie!
El peliazul sujetó por los hombros al chico, para evitar que saliera de la celda y sintió su corazón romperse cuando el rostro del menor fue empapado rápidamente por su llanto. Soobin se abofeteó internamente por tratar así al pequeño que tantas veces había llamado "hermanito".
──¡Jungwon, no!
Ese había sido su primer error.
──Vámonos, ya.
La orden del hombre fue seca. Inmediatamente, los soldados se llevaron a la joven y el mayor mandó de nuevo al chico, que ahora se encontraba sollozando inconteniblemente, aun observando hacia el pasillo por el que la pelinegra había sido arrastrada.
──No te preocupes, Wonnie ─intenta tranquilizarlo el mayor─. Ryujin es muy fuerte, ella estará bien...
El menor se dejó caer al suelo, siendo vulnerable en los brazos cálidos y el fuerte agarre del peliazul. Las lágrimas desbordándose sin poder evitarlo, el rostro cada vez más húmedo, la garganta cerrándose por la desesperación, el castaño no podía respirar.
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survivors ─── bangchan
Fanfictionun agresivo virus causa múltiples infecciones y muertes masivas. los pocos sobrevivientes deben arreglárselas para mantenerse en pie frente a un nuevo mundo lleno de caos, destrucción y secretos. * bangchan + fem oc * lee minho...